Toponimia de Amaxac
 
TOPONIMIA MUNICIPAL
 
Huamantla proviene de la palabra náhualt cuahuitl que significa árbol; así como de man de maní, que quieren decir junto, formado o alineado, y la posposición locativa tla que denota abundancia. Así Huamantla significa "lugar de árboles formados o juntos".
GEOGRAFÍA
LOCALIZACION
Ubicado en el Altiplano central mexicano a 2 500 metros sobre el nivel del mar, el municipio de Huamantla se sitúa en un eje de coordenadas geográficas entre los 19 grados 18 minutos 41 segundos latitud norte y 97 grados 55 minutos 24 segundos longitud oeste.

Localizado al oriente del estado, el municipio de Huamantla colinda al norte con los municipios de Terrenate y Altzayanca, al sur colinda con el municipio de Ixtenco, al oriente se establecen linderos con los municipios de Cuapiaxtla y Altzayanca, asimismo al poniente colinda con los municipios de Xaloztoc, San José Teacalco, Tetlanohcan, Tocatlán y Tzompantepec.
 
SUPERFICIE
De acuerdo con la información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, el municipio de Huamantla comprende una superficie de 340.065 kilómetros cuadrados, lo que representa el 8.53 por ciento del total del territorio estatal, el cual asciende a 3 987.943 kilómetros cuadrados.
 
CLIMA
Existen 27 estaciones climatológicas en el estado de Tlaxcala.

En cada una de ellas se lleva a cabo un registro, tanto de las variaciones del clima como del régimen pluviométrico, durante todos los días del año. La información de referencia es de gran utilidad para apoyar las actividades económicas regionales, en especial las relacionadas con la agricultura y la ganadería.

En el municipio el clima se considera semiseco templado, con régimen de lluvias en los meses de mayo, junio, agosto y septiembre Los meses más calurosos son marzo, abril y mayo. La dirección de los vientos en general es de suroeste a noroeste, igualmente la temperatura promedio mínima anual registrada es de 5.4 grados centígrados y la máxima es de 23.2 grados centígrados.

La precipitación media anual durante el periodo 1961-1996 en el municipio, es de 640.7 milímetros. La precipitación promedio mínima registrada es de 6.3 milímetros y la máxima de 119.2 milímetros.
 
OROGRAFIA
Se presentan en el municipio tres formas características de relieve:
  • Zonas accidentadas: abarcan aproximadamente el 20.0 por ciento de la superficie total y se localizan al norte del municipio y al sur en la zona de La Malinche.
  • Zonas semiplanas: ocupan aproximadamente el 30.0 por ciento de la superficie, se localizan al norte y sur del municipio.
  • Zonas planas: comprenden el 50.0 por ciento restante del territorio municipal y se ubican en el centro del municipio.
SUELO
Los recursos edafológicos de la región son de vital importancia para la economía local. A partir de ellos se genera la vegetación y la actividad agrícola, ganadera y forestal y son un factor determinante para la conservación de los suelos.

De acuerdo con la acuciosa investigación del Dr. Gerd Werner, publicada en su libro titulado Los Suelos enel Estado de Tlaxcala, editado por la Universidad Autónoma de Tlaxcala y el gobierno de Tlaxcala, existen en el territorio del estado suelos de tipo cambisoles, litosoles, andosoles, regosoles, gleysoles, fluvisoles, vertisoles, salenchakes, ranker, rendzinas, serosoles e histosoles.

En base a ese estudio, se determinó que en el municipio de Huamantla hay cinco grandes tipos de suelos: los cambisoles, fluvisoles, litosoles, andosoles y regosoles.

Corresponden a los cambisoles aquellos suelos de sedimentos piroplásticos translocados, con frecuencia y horizontes duripan ó tepetate. Los suelos fluvisoles, comprenden sedimentos aluviales poco desarrollados y profundos. Los litosoles, son extremadamente delgados, la roca se encuentra a menos de 10 cm., de profundidad. Los suelos tipo andosoles, son de sedimentos piroplásticos, por lo general bien desarrollados, de profundidad media a profundos, muy sueltos. En relación a los suelos regosoles, son de sedimentos sueltos, muy poco desarrollados, profundos, con horizonte A ócrico.
 
VEGETACION
Más de la mitad del territorio de este municipio está ocupado por las actividades agropecuarias. Alrededor del 35 por ciento de su superficie tiene vegetación silvestre y se localiza en el área del volcán La Malinche, ésta vegetación está dispuesta en varios estratos altitudinales. En la parte inferior se encuentra el bosque de encino (Quercus laeta, Q.optusata, Q. crassipes), que a menudo se encuentran conviviendo con el ocote chino (Pinus leiophylla); un poco más arriba el encino de hoja grande (Q. rugosa) se encuentra asociado al madroño (Arbutus jalapensis) y al pino real (Pinus monctezumae), además del pino blanco (Pinus pseudostrubus) y al ailite (alnus jurollensis). Este estrato es compartido con especies de menor talla como el huejote (Salix paradoxa) y el tepozán (Buddleia parviflora).

Entre los 2 800 y 3 500 m., de altitud se encuentra el bosque de oyamel (Abies religiosa), árbol cuya copa es parecida a la de un cono y que se caracteriza por su majestuosidad y belleza; por arriba de este bosque de oyamel se encuentra un bosque de pino alto (Pinus hartwegii), mismo que marca el límite superior de la vegetación arbórea, puesto que más arriba, antes de llegar a la cima de la montaña, sólo se encuentra la vegetación conocida como páramo de altura o zacatonal alpino y que indica una altitud superior a los 4 300 m.

Algo sobresaliente en la cima de la montaña, es la presencia de un pequeño árbol, cuyo nombre común es junípero o cedrillo enano (Juniperus monticola), arbusto que presenta hábito rastrero y comúnmente crece en sitios rocosos y fríos.

Es importante resaltar que la densidad media del arbolado en el volcán de La Malinche, es de 205 individuos por hectárea; el 61.5 por ciento de su arbolado son coníferas y el 38.5 por ciento son hojosas, además de presentar casi en la totalidad de su superficie huellas de incendio y de pastoreo.

En la parte más baja de este municipio, se encuentran vestigios de matorral xerófito cuyas especies características son: el maguey de cerro (Agave horrida), el agave pulquero (A. salmiana), el sotol (Nolina longifolia), la palma de izote (Yucca filifera), la palma (Dasylirion acrotriche), el tapón (Opuntia spinulfera), la pata de tlacuache (Senecio praecox), el nopal de alto (O. hypticantha), el nopal de ardilla (O. robusta), la biznaga o pitahaya (Mammilaria magnimamma), la salvia de bolita (Buddleia perfoliata), la trompetilla (Bouvardia ternifolia).
 
FAUNA
No obstante el crecimiento y expansión acelerada de la mancha urbana, en el territorio del municipio, todavía es común encontrar algún tipo de fauna silvestre como por ejemplo; conejo (Silvilagus floridanus) y liebre (Lepus californicus). En la planicie es posible localizar aves y reptiles como la codorniz (Cyrtonix montezumae), picapinos y víbora de cascabel (Crotalus sp.).
 
ECOLOGIA
Como resultado de los procesos de urbanización y cambios en la estructura económica, en el municipio de Huamantla se observa, como en el resto del país, los estragos y la problemática causada por los desechos industriales, la generación de basura, el aumento de las aguas residuales, así como la contaminación ambiental del aire y suelo.

Para combatir esa situación, así como para conservar y mejorar el ambiente, el municipio cuenta con la siguiente infraestructura para el tratamiento de aguas residuales y la contaminación del aire.
 
INFRAESTRUCTURA
CARACTERÍSTICAS
SISTEMAS DE TRATAMIENTO PÚBLICO
6 LAGUNAS DE OXIDACIÓN, 1 PANTANO ARTIFICIAL Y 1 LAGUNA AEREADA
VOLUMEN TRATADO ANUAL: 199 622.9 ,METROS CÚBICOS POR AÑO
SISTEMAS DE TRATAMIENTO PRIVADO
2 SISTEMAS DE LODOS ACTIVADOS Y 3 FOSAS SÉPTICAS
VOLUMEN TRATADO: 185 602.5 METROS CÚBICOS POR AÑO
CENTROS DE VERIFICACIÓN VEHICULAR 3 CENTROS DE VERIFICACIÓN ESTATAL
FUENTE:
SPF Dirección de Planeación e Informática. Datos proporcionados por:
Comisión Nacional del Agua, Gerencia Estatal. Subgerencia Técnica y Subgerencia de Construcción.
Centro SCT Tlaxcala. Subdirección de Administración; Unidad de Programación y Evaluación. Coordinación General de Ecología del Gobierno del Estado. Dirección de Normatividad, Inspección y Gestión Social.
 
La dinámica económica municipal, así como el crecimiento de la población, propician la generación de cerca de 81.0 toneladas de residuos sólidos diariamente. Esta basura es recolectada mediante una flotilla de 7 unidades recolectoras, que la depositan en el relleno sanitario distrital ubicado en el mismo municipio.

En lo que se refiere a la reforestación y por estar este municipio ubicado en el volcán La Malinche, cada año Huamantla participó con la plantación de 122 132 árbolitos de diferentes especies.

El organismo local que coordina todas las acciones de cuidado y protección al ambiente es la Comisión Municipal de Ecología, institución responsable de vigilar el cumplimiento de la Ley de Ecología y Protección al Ambiente del Estado de Tlaxcala.
ÉPOCA PREHISPÁNICA

Fase tzompantepec

La primera aldea sedentaria de la región corresponde a la fase Tzompantepec, localizada por los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, al sur de la actual ciudad de Huamantla, y constituyó uno de los 13 asentamientos de la cultura Tzompantepec descubiertos hasta ahora en Tlaxcala. Se calcula que la población total de los 13 asentamientos ascendía aproximadamente a 3 500 habitantes.

Esta localidad debió formarse entre los años 1800-1700 al 1 200 a.n.e., con agricultores indiferenciados que formaron una pequeña aldea. La fase ha sido denominada Tzompantepec debido a que en la región de San Salvador Tzompantepec, en el centro del actual estado de Tlaxcala, se encuentra un sitio que es característico de este periodo cultural.

El sitio huamantleco de la cultura Tzompantepec se encuentra en una loma de pendiente suave, ocupando entre tres y cinco hectáreas. Su forma es la de una aldea concentrada que sigue un patrón lineal para 25 casas cercanas a una fuente de agua. Las terrazas sobre las que se encuentran las casas - habitación, poseen un área intermedia entre cada una de ellas, destinada a cultivar plantas comestibles a manera de un pequeño huerto familiar. La arquitectura habitacional fue muy elemental, de material perecedero, simples troncos y varas recubiertas de lodo en forma cuadrangular. Al final de la fase Tzompantepec, los aldeanos huamantlecos construyeron algunos cimientos de piedra que corresponden a casas-habitación para los líderes de la aldea, o bien, para estructuras ceremoniales.

En la medida en la que el hombre de la cultura Tzompantepec avanzó en el conocimiento de su propio hábitat, comenzó a construir terrazas exclusivamente para cultivo, mismas que se generalizarían en la siguiente fase. Este acontecimiento hace suponer a los investigadores que al trascender la agricultura más allá de la aldea, el hombre empezó a cultivar en terrenos fuera de la misma, aunque a corta distancia.

La vida sedentaria demandó mejores útiles de trabajo para satisfacer las necesidades cotidianas. Así, impulsó al hombre a la construcción de hornos para el cocimiento de la cerámica elemental que por primera vez aparece en suelo huamantleco. Se trata de simples tecomates, ollas y escudillas, en su mayor parte monocromas, de color rojo, café o blanco y, excepcionalmente bicromas en color rojo sobre café. La decoración de esta cerámica es escasa, reduciéndose a simples incisiones o líneas anchas de color rojo alrededor de la pieza. Las figurillas de esta fase son toscas y asexuadas al principio, pero al final del periodo aparecen figurillas femeninas vinculadas a la fertilidad, lo que indica la importancia que fue adquiriendo la mujer en la sociedad. En los últimos años de la fase Tzompantepec aparecerían figuras zoomorfas.

Los hornos usados para cocer la cerámica también sirvieron para cocer las pencas y el quiote del maguey. A este último le encontraron cualidades comestibles por su dulce y jugoso sabor. El maguey sería una planta que acompañaría a los tlaxcaltecas a lo largo de su desarrollo cultural.

Aparte del ajuar utilitario hecho de cerámica, los primeros pobladores agregan una variedad de piezas líticas a las utilizadas por sus antepasados nómadas, tales como lajas para moler, metates, ápodos cerrados, morteros de paredes altas, hachas y cuentas de piedra pulida usadas para adorno.

La obsidiana, el sílex y el basalto, fueron los materiales preferidos para la fabricación de estos artefactos, así como para las puntas de proyectil que usaban para la caza que complementaba las actividades agrícolas, a fin de satisfacer las necesidades alimenticias. La organización social era todavía muy elemental, pero por los objetos encontrados y los vestigios de construcciones, se deduce la existencia de un jefe, o líder, encargado de planificar las labores agrícolas, de recolección y de la caza, así como de la distribución de los bienes de consumo y de los intercambios ocasionales con los asentamientos vecinos.

Fase tlatempa

En un sitio conocido como Los Cerritos de Natividad, al oeste de la actual ciudad de Huamantla, fueron encontrados vestigios de una villa que corresponde a la fase Tlatempa. Durante esa fase, varias aldeas correspondientes a la fase Tzompantepec experimentan un crecimiento demográfico por las mejores condiciones que la vida sedentaria les brindaba, así como por el arribo de nuevos grupos humanos al territorio que hoy ocupa el estado de Tlaxcala. Estos grupos procedían tanto del sur como del este y, en los últimos años de la fase, también del occidente.

La villa se distingue de la aldea no sólo por su mayor población, sino por su arquitectura, pues cuenta con estructuras elevadas y diversidad de construcciones que denotan una diferenciación social entre sus habitantes. Entre las estructuras arquitectónicas se encuentran desde cimientos, hasta plataformas o altares. La villa también se caracteriza por ejercer cierto control sobre varias aldeas y estancias ubicadas en su alrededor.

A esta fase cultural se le conoce como Tlatempa, porque los investigadores de la región descubrieron una villa que reúne las características de este periodo, en una loma denominada Tlatempa, cercana a San Juan Quetzalcoapan.

Paulatinamente se fueron incrementando los asentamientos en esta fase hasta llegar a 150, con distribución de casas de manera lineal y circular. Las villas concentraron entre 150 y 250 habitantes; las aldeas concentradas tuvieron entre 40 y 80 casas-habitación, con una población entre 200 y 400 habitantes; las aldeas dispersas, se calcula, estaban constituidas de 25 a 70 casas y su población fluctuaba entre los 125 y 350 habitantes; finalmente, las estancias se conformaban entre 50 y 10 casas-habitación.

La mayoría de los grupos humanos de esta fase, levantaron sus asentamientos en las laderas de los cerros o de las lomas y, excepcionalmente, en la cresta de los cerros, buscando que las fuentes de abastecimiento de agua permanentes como ríos, lagos, lagunas, o las temporales, quedaran a una distancia no mayor de los 200 metros.

La construcción de terrazas que aparecen en la fase Tzompantepec, continuó en la fase Tlatempa, agregándose la construcción de canales para el control de la erosión, pues al conducir el agua se retenía la tierra, evitando su arrastre por la lluvia. Además, mediante ello se impedían las inundaciones en las partes planas de la terraza y se propiciaba conservar la humedad por un lapso mayor al periodo de lluvias.

La técnica era muy elemental pero eficiente: si la lluvia era excesiva, simplemente se le conducía por los canales a pequeñas barrancas, de acuerdo con la gravedad de la pendiente; si la lluvia era moderada y se deseaba conservar la humedad, se obstruían los extremos de los canales con piedra y lodo. Otra ventaja de los canales, consistía en que se convertían en depósitos de tierra ricos en arcilla, limus y materia orgánica, usada posteriormente como fertilizante.

La técnica hidráulica llegó a desarrollarse un poco más en esta fase, mediante la excavación en el tepetate para formar jagüeyes o depósitos para el agua de lluvia o bien de elementales represas en las barrancas que cruzaban los sitios. Probablemente esta técnica apareció a finales de la fase Tlatempa y principios de la siguiente.

De las 30 villas pertenecientes a esta etapa, 20 están situadas en el territorio que hoy ocupa el estado de Tlaxcala, y otras 10 en el estado de Puebla. La población para los 150 asentamientos ha sido calculada en 29 000 habitantes. Esta cultura cubrió un área aproximada de 2 200 km 2 , en los territorios que hoy ocupan los estados de Tlaxcala y Puebla, 2 000 en el primero y 200 en el segundo.

El ajuar utilitario continuó produciéndose a base de obsidiana, sílex y basalto, con mayor pulimento en sus piezas, apareciendo los verdaderos metates con patas y sin ellas, así como las manos o morteros.

La cerámica alcanza un mayor desarrollo con la vajilla conocida como Tlatempa blanca, de mejores formas y acabados que la de la fase Tzompantepec. Consiste en grandes platos de base convexa y borde recto-divergente, algunos con pequeños soportes de domos perforados; cajetes de base y paredes convexas; tecomates de pequeño cuello; cuencos de paredes fuertemente convexas; ollas de cuello alto divergente y braseros con soporte de pedestal.En los últimos años de esta fase, la cerámica logra nuevos adelantos decorativos al aparecer piezas de color café y en menor proporción de color rojo. También se producen figurillas que representan al dios Huehuetéotl y zoomorfas que indican un culto al tejón, y otros animales como perros y aves.

En la fase Tlatempa algunos agricultores adoptan los oficios de ceramista, tallador de piedra y albañil, además de la aparición del comerciante responsable del intercambio de los excedentes y de los sacerdotes, quienes se encargan de los ritos y cultos religiosos.

La organización social se torna más compleja por las diferenciaciones de rango que ocurren entre los sacerdotes, artesanos y comerciantes, quienes ocupan la cima de la pirámide social, y el gran basamento formado por el campesinado.

Fase texoloc

Los arqueólogos del INAH han descubierto y explorado tres sitios en el municipio de Huamantla que corresponden a la fase Texoloc: terrenos adyacentes a los ejidos de Xalpatlahuaya, Los Cerritos de Natividad y de la Loma de San Dieguito. El primero había sido una villa Tlatempa que evolucionó favorablemente a pueblo Texoloc, lo que significó no sólo un mayor desarrollo arquitectónico, caracterizado por la aparición de un centro ceremonial planificado, donde se levantan algunas estructuras bordeando la plaza central de forma rectangular, además de otras plataformas bajas o de cimientos, restos testimoniales de las construcciones residenciales para los principales, quienes ya se habían diferenciado socialmente de la gran masa rural.

Estos tres asentamientos de la llanura de Huamantla formaron parte de los 14 pueblos donde se concentró el poder político, económico y religioso de manera regional, controlando las villas, aldeas y estancias que se localizaban a su alrededor.

A su vez, estos pueblos dependieron políticamente entre los años 800 y 600 a.n.e., de un pueblo “grande”, conocido como Tlalencaleca, situado en las faldas del volcán Iztaccíhuatl en el territorio donde hoy se ubica el estado de Puebla. En la primera mitad de la fase, denominada Texoloc temprano, esta cultura contaba con 164 asentamientos donde vivían 92 000 personas, ocupando una extensión aproximada de 2 000 km. En la segunda mitad de la fase conocida como Texoloc tardía, que abarca del año 600 al 350 a.n.e., la hegemonía que ejercía la ciudad de Tlalencaleca, fue compartida por otro pueblo “grande” o ciudad, conocida como los Teteles de Atotonilco, sitio ubicado en el hoy municipio de Altzayanca. Este nuevo centro urbano toma el control de la región oriental de la cultura Texoloc, quedando bajo su hegemonía los dos pueblos de Huamantla. Para fines de esta fase, el número de asentamientos llega a 230 con 21 pueblos, dos pueblos “grandes” o ciudades, varias villas, aldeas y estancias, que en conjunto tienen una población cercana a los 125 000 habitantes, cubriendo una área aproximada de 2 700 km 2 .

No se dispone de los cuadernos de campo elaborados por los arqueólogos que han explorado los sitios conocidos como Los Cerritos de Natividad y de Loma de San Dieguito en Huamantla, que corresponden a esta fase cultural, los cuales permitirían una descripción de las técnicas de construcción que usaron los habitantes de las poblaciones Texoloc en Huamantla. Por inferencia, se deduce que los muros de las estructuras piramidales se construyeron a base de retículas de adobe rellenos de piedra o tierra, formando cubos. Sobre esa retícula se volvía a colocar otra, hasta dar la forma y altura deseada como base o núcleo de construcción de sus plataformas o pirámides escalonadas; las construcciones eran cubiertas con estuco, o bien con piedra careada y tepetate recortado.

Los vestigios de las estructuras piramidales cuentan con anchas alfardas en las escaleras y el uso del talud-tablero se encuentra a finales del periodo Texoloc. En estas construcciones han sido encontrados estelas que representan a personajes ligados con la fertilidad y la agricultura, elementos calendáricos, esculturas de Huehutéotl y sarcófagos o cajas de piedra.

Los adelantos de la cultura Texoloc parten de los conocimientos acumulados en las dos fases anteriores: construcción de terrazas para habitación, habitación - cultivo y cultivo exclusivamente; el control del agua para drenar los excesos de lluvia y para retardar la erosión, adicionándose en esta etapa canales para riego primarios y secundarios que conducen el agua de arroyos o ríos de agua permanentemente, o bien como sistema de canales que parten de las represas o jagüeyes que captan el agua de lluvia para distribuirla por dichos canales.

Sin embargo, el mayor adelanto de la ingeniería hidráulica de la época, se da al aprovechar los campos inundados o de nivel friático muy elevado, para construir chinampas y camellones. El descubrimiento de los cultivos de humedad, modifican el medio ambiente. Este ingenio del hombre es una respuesta al mayor crecimiento demográfico.

La mayor productividad agrícola lograda, permite un tiempo libre para nuevas ocupaciones más sofisticadas como la producción textil, a base de la fibra del maguey; ello lo atestiguan los desfibradores líticos que han sido encontrados en los pueblos Texoloc, así como los malacates o pesos de huso para hilar.

La producción de telas de fibras de ixtle, alcanzaron una alta calidad comparativamente con las producidas con algodón, fibra no apta al cultivo en los terrenos de Tlaxcala.

La cerámica es más pulida que la producida en la fase Tlatempa y de mejor acabado, observando una clara influencia de las culturas del occidente de México, valle de Tehuacán, golfo central y sur de México.

A través de estas influencias podemos inferir que el comercio a grandes distancias es una práctica que se desarrolla durante esta fase y, en consecuencia, los comerciantes adquieren un status privilegiado dentro de la organización social.

La organización social tiene en la cúspide de la pirámide a los sacerdotes, quienes institucionalizan la religión por medio de un amplio panteón de dioses, entre los que encontramos a Huhuetéotl, Tláloc y Xólotl, además de otros de menor rango relacionados con la fertilidad. La construcción de centros y pirámides ceremoniales, las esculturas y estelas religiosas, así como la celebración de ceremonias y ritos, son indicadores de la forma de control que habían logrado los sacerdotes durante este periodo.

A este grupo siguen en importancia los artesanos que han logrado superar los oficios de la agricultura, así como los comerciantes que se han tornado indispensables para el intercambio del excedente económico. Finalmente, en la base de la pirámide, encontramos a los campesinos encargados de la producción agrícola y del mantenimiento de la infraestructura. La formación de pueblos “grandes” o ciudades va a establecer también formas de control macroregional, fenómeno que se repetirá con las estancias, durante la época colonial.

Fase tezoquipan

La fase Tezoquipan es considerada como la de mayor apogeo cultural por los adelantos logrados en las técnicas de construcción y en el desarrollo de los servicios urbanos, además del progreso alcanzado en el manejo de los sistemas hidráulicos aplicados a una agricultura de carácter intensivo y de mayores rendimientos. En ésta época los oficios se multiplican, generando una mayor variedad en la producción artesanal, que a su vez ayuda a impulsar el comercio entre las diferentes regiones de mesoamerica. Todo este proceso lo dirige una organización social más compleja, bajo el liderazgo sacerdotal, quienes detentan el monopolio del conocimiento acumulado por el hombre durante siglos.

Con el objeto de precisar este periodo tan importante, los estudiosos de la historia de Tlaxcala lo han clasificado en Tezoquipan temprano que abarca del año 350 al 100 a.n.e., y Tezoquipan tardío que va del año 100 a.n.e., al año 100 d.n.e.

El número de asentamientos humanos en Tezoquipan temprano era de 291. De ellos, 12 eran “pueblos grandes” o ciudades, que ejercían control sobre 25 pueblos, 61 villas, y 193 aldeas. Estos 291 asentamientos se encontraban dispersos en todo el Bloque Tlaxcala, las llanuras de Apizaco, la Sierra de La Caldera, parte de los llanos de Huamantla y la cuenca de los ríos Atoyac y Zahuapan, en el Bloque Nativitas, además de una pequeña porción del actual territorio del estado de Puebla. Estas áreas abarcaban aproximadamente una extensión de 3 000 km 2 , con una población calculada en 174 185 habitantes.

Para la subfase Tezoquipan tardío, el número de asentamientos apenas se incrementó en 6 más, dentro de la extensión territorial ya descrita y una población calculada en 180 730 habitantes. El número de “pueblos grandes” o ciudades apenas aumentó en dos más.

Esta fase ha sido denominada Tezoquipan en honor de la actual población de San Jorge Tezoquipan, porque en terrenos adyacentes a la misma se descubrió un sitio arqueológico en el que se encontraron una serie de vestigios que reúnen las evidencias materiales del auge cultural alcanzado durante los años que corresponden a este periodo.

En Huamantla se localizan tres sitios, Tezoquipan en terrenos cercanos a Los Cerritos de la Natividad, los ejidos de Xalpatlahuaya y Loma de San Dieguito. Estos tres sitios fueron explorados por investigadores del INAH mediante pozos de sondeo estratigráfico para obtener material cultural, y poder precisar con mayor detalle la cronología de los materiales obtenidos durante la exploración de superficie. Con esta información disponible y la que se refiere a otros asentamientos, es factible reconstruir de manera general la vida material de sus antiguos pobladores.

Estos tres sitios muestran un desarrollo urbanístico, consistente en la disposición de plazas limitadas por altas estructuras piramidales, calles internas perfectamente trazadas y plataformas de menor tamaño para zona residenciales de los líderes o principales.

En Los Cerritos de la Natividad y en la Loma de San Dieguito, los arquitectos adaptaron grandes terrazas y plataformas a la pendiente del terreno. En cambio en los ejidos de Xalpatlahuaya, fabricaron los basamentos con 2 y 3 cuerpos.

Cada uno de estos sitios debe contener unas 25 pirámides orientadas con base en los puntos cardinales, con acceso por el lado oriente. Estas estructuras cívico-religiosas están alineadas, formando plazas abiertas.

El uso del talud-tablero en algunas de las construcciones o bien la superposición de cuerpos de talud en otros, y el uso del adobe como base de sus construcciones, mismos que fueron recubiertos con estuco blanco y rojo, o bien de piedra careada o de tepetate cortado para los taludes o paramentos de sus estructuras, más las anchas alfardas en sus escaleras, son los elementos constructivos con mayor presencia en estas estructuras.

Durante la fase Tezoquipan el control de las técnicas hidráulicas en el desarrollo de los cultivos llega a su máximo apogeo, sembrándose en terrazas y en campo abierto, mediante el uso de canales para drenar o irrigar los campos. En los poblados Tezoquipan de Huamantla se han encontrado el mayor número de depósitos y represas para el almacenamiento, control y distribución del agua, ya no sólo de lluvia, sino de corrientes permanentes de agua.

Entre las técnicas sobresalientes de esta fase destaca la construcción de diques para desviar y utilizar el agua de los ríos, aprovechándola a través de canalizaciones en terrenos elevados o a las orillas de los ríos y de lagunas, como en el interior de estos o en las ciénegas o pantanos. La modificación del medio ambiente a través de la construcción de chinampas y camellones en este tipo de terrenos, descubre las inmensas posibilidades de la agricultura de humedad, obteniendo dos cosechas anuales de algunos cultivos, dejando tiempo libre para otras actividades.

Este tiempo libre va a ser usado para impulsar la actividad artesanal en la alfarería y cerámica, la producción textil, la arquitectura y la construcción, la escultura y aquellos oficios orientados a pulir basalto o construir estelas, etc.

Durante la fase Texoloc los campesinos dedican mayor tiempo a la producción agrícola para producir sus alimentos. Igual acontece en la fase Tezoquipan, sólo que algunos logran abandonar el campo para dedicarse exclusivamente a la construcción y mantenimiento de los templos y centros cívicos religiosos; otros más se dedican exclusivamente a esculpir estelas y esculturas religiosas.

Como consecuencia del régimen teocrático que prevalece, el desarrollo de la cerámica y la alfarería provoca que esta actividad trascienda el ámbito familiar para pasar a la producción de carácter mercantil , incluso al uso de desfibradores y pesos de husos, utilizando la fibra del maguey para la producción textil, etc.El excedente de esta producción artesanal se intercambia con otras regiones, de donde emerge la actividad del pochteca como una nueva especialidad, típica del comerciante que intercambia productos y obtiene insumos de otras regiones. Así lo atestigua la influencia de otras culturas del occidente de México, del Golfo Centro y de los valles de Tehuacán y de Oaxaca en la cerámica Tezoquipan.

La religión se consolida durante este periodo y los sacerdotes ejercen el poder político, económico y religioso sobre la masa campesina mediante los mitos, ritos y creencias sobrenaturales para afianzar su liderazgo social.

A finales de la fase Tezoquipan ocurrieron una serie de cambios en el Valle de México y en el de Puebla, que trastocaron la vida cultural de Tlaxcala. Florecen las ciudades de Teotihuacán y de Cholula, centros culturales que ejercen fuerte atracción para los intelectuales y artesanos de las ciudades tlaxcaltecas, quienes por su celo religioso emigran hacia ellas, aportando sus conocimientos y habilidades en el desarrollo urbanístico de las mismas.

Fase tenanyecac

Durante la fase Tenanyecac, los “pueblos grandes” de La Loma de Santiaguito y el de los Ejidos de Xaltlapahuaya, quedan despoblados o bien disminuyen en población e importancia. Entre las causas que provocaron el despoblamiento se encuentra el proceso de ruralización al que fueron sometidas varias poblaciones, por la sangría demográfica que provocaron los grandes centros urbanos mesoamericanos. Solamente Los Cerritos de la Natividad logra sobrevivir.

Ante el empuje cultural y la expansión de Teotihuacán y Cholula, los asentamientos tradicionales de Tlaxcala se repliegan en sí mismos, convirtiendo a sus ciudades en auténticas fortalezas militares. Este repliegue implicó el desplazamiento de la clase sacerdotal, por los señores de la guerra, quienes asumen el poder político, sin que la religión deje de ser importante. El ascenso de los militares al poder no buscó la expansión de las ciudades-estado de Tlaxcala, por el contrario, lo que se proponen es la defensa de la autonomía, evitando convertirse en tributarios de Cholula y Teotihuacán.

La amenaza contra la autonomía de los asentamientos tradicionales de Tlaxcala fue real, si se considera que el territorio ocupado por la cultura Tezoquipan quedó dividido en dos áreas durante la fase Tenanyecac, por grupos teotihuacanos que establecen un corredor comercial con asentamientos propios, entre lo que hoy es la ciudad de Apizaco y la ciudad de Huamantla. A su vez, Cholula llega a tener asentamientos propios en el sur de Tlaxcala.

De lo anterior se deduce que de los años 100 al 650 Tlaxcala fue el escenario de tres culturas: la Tenanyecac, la teotihuacana y la cholulteca. La primera da continuidad a las fases Tzompantepec, Tlatempa, Texoloc y Tezoquipan, que corresponden a los asentamientos más tradicionales de Tlaxcala; la segunda fue la irrupción de grupos foráneos que establecieron la “ciudad de los dioses”, cuya función fue constituir centros de acopio, distribución e intercambio entre el Altiplano, el Golfo Central y el Sureste de México; finalmente, la cultura cholulteca con una vecindad tan próxima y habiendo logrado convertirse en un centro religioso, expande su presencia hacia las regiones circunvecinas, entre ellas, el sur del actual estado de Tlaxcala, de Zacatelco hacia los límites con el actual estado de Puebla.

Pese a que el corredor teotihuacano se bifurcaba en Huamantla, siguiendo dos caminos: uno hacia el actual municipio de El Carmen Tequexquitla y de ahí a la Sierra Blanca por el norte de Perote; el otro camino seguía rumbo al sur, hacia Acatzingo, Puebla, para continuar a Tehuacán, rumbo a Oaxaca. En ninguno de ambos caminos existen testimonios de que hubiera, en espacios del actual municipio de Huamantla, alguna población teotihuacana importante. Por lo anterior se plantea “una síntesis” de la cultura Tenanyecac que se desarrolló en Los Cerritos de la Natividad, población Tenanyecac ubicada en terrenos del municipio de Huamantla.

En general la fase Tenanyecac es un periodo de estancamiento cultural, donde la tecnología que había avanzado y caracterizó a la fase anterior, se debilita y desaparece en diferentes aspectos de la vida cultural.

Por lo que respecta a la construcción, se continúa con la erección de plataformas superpuestas en talud y en la orientación de los edificios principales con sentido norte-sur y ligera desviación hacia el este. El recubrimiento con estuco desaparece en los edificios, o bien, es más delgado al que se usó durante la fase Tezoquipan.

El tamaño de las estructuras arquitectónicas disminuye durante esta fase, dedicando mayores elementos a la fortificación de la población, la que mantiene una posición estratégica.

La cerámica adquiere formas más toscas en sus acabados, disminuyendo su producción y, como consecuencia, el número de hornos usados para su conocimiento.

La producción lítica es bastante dispareja, pues mientras existe un mejor acabado en la producción de puntas de proyectil, lo que demuestra un regreso a las actividades de caza y pesca, en la producción de metates se reduce la calidad, regresando a la confección ápoda, lo que significa una mayor tosquedad en sus acabados.

Sólo la industria textil da muestras de sostenerse, como lo evidencia la serie de desfibradores encontrados, que permiten una obtención más fina de la fibra de ixtle, usada en la producción de telas, etc. En cuanto a la producción agrícola, hay un estancamiento tecnológico en el uso del agua y en los sistemas de producción.

La inmigración otomí

Los investigadores del INAH señalan que una parte de los llanos de Huamantla fue territorio ocupado por la cultura Texcalac, la cual se inició en el año 650 y da continuidad a la cultura de los asentamientos más tradicionales de Tlaxcala, pero no indican qué sucedió con el “pueblo grande” de Los Cerritos de Natividad, población que todavía subsistió durante la fase Tenanyecac. Tampoco hacen algún comentario sobre otros asentamientos.

Por la simple referencia territorial, deducimos que tal vez Los Cerritos de Natividad tuvo un decremento demográfico, retrocediendo a una simple villa con aldeas a su alrededor, y que por su escasa población y poca importancia, ya no se menciona.

Al mismo tiempo que se da la cultura Texcalac, las culturas olmecas-xicalancas, Teotihuacana y Tlaxco, aparecen en el escenario tlaxcalteca, como consecuencia de varios acontecimientos que ocurren fuera del ámbito del territorio que hoy ocupa Tlaxcala.

La cultura Olmeca-Xicalanca se establece en el valle poblano-tlaxcalteca a la caída de Cholula ,ocurrida en el año 650 d.n.e. Este grupo, llegado de la región del Golfo con anterioridad a este acontecimiento, llena el vacío dejado por Cholula, estableciendo su capital en Cacaxtla.

Las culturas teotihuacana y Tlaxco, que también son contemporáneas de la fase Texcalac, poseen una estrecha relación, porque ambos tienen su origen en Teotihuacán. Esta ciudad entra en un periodo de franca decadencia hacia el año 750 d.n.e. Cuando esto ocurre, varios grupos étnicos la abandonaron y van a establecerse a Xilotepec y Chiapan, alrededor de la ciudad de Tula, sucesora de Teotihuacán.

En Tlaxcala la caída de Teotihuacán permite a los grupos Texcalac apoderarse del corredor comercial teotihuacano, cerrándolo y dándole unidad a la cultura local. La cultura teotihuacana subsiste durante un largo trecho en la región de Calpulalpan, pero hacia el año 900 la parte norte de Tlaxcala es ocupada por grupos otomiés, procedentes de las huastecas dando origen a la cultura Tlaxco.

En el año 1 100 concluye la fase Texcalac y comienza la fase propiamente Tlaxcala, que toma su nombre ya no de un lugar del territorio, sino del grupo étnico teochichimeca que establece los señoríos de la República de Tlaxcala, desplazando a los olmecas-xicalancas.

Hacia el año 1 168 cae Tula y su imperio, provocando la emigración del grupo otomí que se había asentado en sus alrededores. Transitando con rumbo a la cuenca de México, fundan la población de Xaltocan en el año 1 220. Desde aquí logran consolidarse y expanderse hacia la sierra de Puebla y Mextitlán, Hidalgo. Su expansión y crecimiento les permite fundar el señorío de Azcapotzalco, hacia el año 1 230. Disensiones internas provocan el enfrentamiento entre los señoríos de Xaltocan y Azcapotzalco. Al ser derrotados los otomiés de Xaltocan, emigran hacia Tlaxcala.

Los peligros y desventuras de estos otomíes no terminarían ahí, pues según el códice de Huamantla, en el cerro de Tiltepec, combaten con los otomiés de Atlangatepec, que habían llegado con anterioridad, desarrollando la cultura Tlaxco. Estos les impiden el paso. Los recién llegados derrotan a los otomiés de Atlangatepec. Con esta victoria ganan el derecho de paso y el reconocimiento de los tlaxcaltecas teochichimecas, quienes les permiten cruzar el río Zahuapan y seguir su camino, llegando a establecerse en el sureste de la gran Matlacuayetl y sureste del río Atoyac.

En opinión de las investigadoras Hilda Milena Roprivitza y Angélica Rodríguez Maldonado, del departamento de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, estos acontecimientos debieron ocurrir por el año de 1 455. Cabe señalar que el grupo otomí no sólo obtuvo el derecho de paso del senado de Tlaxcala, sino el permiso para establecerse, fundando Tecoactzinco (abajo en la culebra de piedra), hoy exhacienda de Tecoac.

Conforme a la tradición oral, éstos otomiés procedían de una cueva en Chiapan, lugar que ubicaban en el actual territorio del estado de Hidalgo. También de la tradición, eran guiados por los dioses Xochiquetzal y Ototecuhtli.

Pero como señala Carmen Aguilera: “Los orígenes de los otomíes están perdidos en el tiempo y en la leyenda”. Autores como Diego Muñoz Camargo afirman que los otomiés fueron los primeros pobladores de Tlaxcala.

Lo único comprobable, por los vestigios dejados en los asentamientos de la cultura Tlaxco, es que las primeras inmigraciones otomiés a Tlaxcala ocurrieron en el año 900 d.n.e., y posteriormente siguieron varias oleadas migratorias como las que hemos señalado, que dan origen a las poblaciones otomiés en el Valle de Huamantla.

Diego Muñoz Camargo confirma que grupos de xaltomecas, chalcas y otomíes, que se rebelaban contra los tenochcas, terminaron emigrando hacia Tlaxcala, incluso, se sabe que durante el reinado de Moctezuma I, hubo otras migraciones hacia Tlaxcala.

El mismo Diego Muñoz de Camargo dice que los señoríos de la República de Tlaxcala permitieron los asentamientos otomíes en la periferia de su territorio, a condición de reconocer su vasallaje, dejando claro que eran tributarios o “pecheros”, debiendo guardar las fronteras contra los tenochcas.

Es evidente que los otomíes fueron guarda fronteras de los señoríos tlaxcaltecas, pero también que la condición de vasallos no fue estricta, y que incluso la relación fue más bien amistosa y de aliados contra un enemigo común, representado por los tenochcas.

Lo anterior se sustenta en el desarrollo que tuvo la cultura Tlaxco, contemporánea de las fases Texcalac y Tlaxcala, además de las fuentes históricas que hacen referencia a los señoríos otomiés de Tliliohquitepec, Atlangatepec y Tecoac, como señoríos independientes que participaban durante las guerras floridas para capturar prisioneros y sacrificarlos a sus dioses.

El mismo autor señala que, entre los señoríos indepedientes de los aztecas que Ahuizotl invita a Tenochtitlán para la inauguración del templo de Huitzilopochtli, se encuentran: Tlaxcala, Huejotzingo, Cholula, Tecoac y Tliluhquitepec.

El señorío de Tliluhquitepec desapareció antes de la llegada de los españoles, lo que no ocurrió con Atlangatepec y Tecoac. Este último, por haberse situado en Huamantla, merece particular atención.

Actualmente en Huamantla existen varios poblados con el nombre del señorío de Tecoac: San Francisco Tecoac, Francisco Villa Tecoac, Francisco I. Madero Tecoac y Arroyo Tecoac. Todos al oriente del arroyo Quimicho.

Los arqueólogos que han explorado la zona, consideran que el señorío de Tecoac ocupó una área aproximada de 60 km 2 , aunque es posible que sea mayor porque también se encuentran asentamientos que corresponden a la cultura Tlaxcala. El señorío de Tecoac, al igual que el de Atlangatepec y el de Tliliuhquitepec pertenecieron a la cultura Tlaxco.

En estos 60 km 2 se han descubierto diez asentamientos, de cuyos vestigios se desprende que cuatro de ellos tenían dimensión de villas y una de ellas había sido fortificada; cuatro eran aldeas concentradas y dispersas y los dos restantes estaban equipados como observatorios militares. En conjunto tenían una población cercana a los 3 000 habitantes.

Estos sitios se ubican en terrenos adyacentes a las faldas de la sierra de Terrenate, por la cañada del río Apulco y el cerro de San Pedro. Los asentamientos se establecieron en las laderas y crestas de los cerros, así como en las lomas. En las pendientes de los terrenos se construyeron terrazas para casas-habitación, así como para realizar cultivos o bien para ambos usos. Los sitios actualmente están altamente erosionados.

Los manantiales o fuentes de abastecimiento se encuentran a cierta distancia de los asentamientos. Sin embargo, algunos de ellos procuraron ubicarse al lado de arroyos temporales o bien, construyeron jagüeyes dentro de los mismos. Los canales de irrigación fueron muy escasos, construyéndose depósitos para conservar el agua. No se conocen otros sistemas de control de agua.

Las estructuras ceremoniales fueron de escasa altura, no sobrepasan los tres metros. Parece ser que en una época de conflictos estaban más interesados en desarrollar una arquitectura defensiva, como la construcción de fosos y murallas.

En los asentamientos se han encontrado fragmentos de metates trípodes y ápodos, abiertos y cerrados. También se han recuperado raspadores de obsidiana espigados, que servían para obtener fibra de maguey y elaborar el ixtle que se usó para la producción textil. La vajilla Tlaxco fue monocroma, bicroma y tricoma, de pasta gruesa, mediana y fina.

En general los otomiés de Tecoac vivían de la guerra, la agricultura y la explotación del bosque. Después de levantar las cosechas, asistían a las guerras floridas en el lugar y fecha en las que eran convocadas por los mexicas, o bien cuando violaban las fronteras.

Los otomiés cultivaban maíz, chile, frijol, tomate y aguacate. Especial cuidado tenían con el cultivo del maguey, del que se extraía el líquido con el que se elaboraba el pulque que se consumía en las celebraciones religiosas y para estimularse antes de entrar en combate. Las espinas del maguey eran usadas como agujas e instrumentos de sacrificios. De las pencas obtenían las fibras para el hilo de ixtle y la leña cuando quedaban secos, también para techar sus casas. Los tallos envejecidos era utilizados como varazón de sus casas. También obtenían papel tipo estraza para sus pinturas y caracteres. Las estopas servían para confeccionar cuerdas y alpargatas. Las aplicaciones medicinales consistían en utilizar las pencas asadas para heridas y quebraduras, etc.

Consumían el mezquite como golosina y gustaban beber agua de chía como refrescante en época de calor. También cocían el Ahuatli que lo comían con chile o bien lo usaban para elaborar el pan.

La domesticación de animales consistía en tener guajolotes, patos y perros en pequeños corrales. La adquisición de proteína animal dependía de la caza y pesca. Los lagos y los ríos cercanos a donde llegaban aves migratorias como patos y gallos, eran lugares preferidos para la cacería. Tampoco escapaban los venados, jaguares, gatos monteses, onzas, ardillas, etc., que cazaban mediante arco y flechas, lanzas, redes, ligas, cerbatanas, macanas y garrotes.

Aprovechaban la madera del bosque de las faldas de La Malinche, obteniendo leña para el fogón y teas para la iluminación.

Entre los trabajos artesanales se encontraba la producción del papel amate que se obtenía de la corteza del árbol del jonote blanco y colorado. En la artesanía destaca el tejido, donde las mujeres otomíes mostraban una habilidad excepcional. Finalmente, había que citar la alfarería con la variedad de ollas, comales, tecomates, cajetes, copas y platos de barro que se producían.

La división del trabajo era muy simple: los hombres dedicados a la guerra, la sementera y la caza; las mujeres a las labores del hogar y el telar.

Desde Xaltocan los otomíes reverenciaban a la luna como la diosa vieja y a Huehuetéotl, el dios viejo, que representaba el fuego. También consideraban a Otontecuhtli señor del fuego y de los muertos, y primer caudillo de los otomiés. Xochiquetzal era la diosa joven descendiente de la diosa vieja. Edahí fue el dios del viento y de la lluvia. Okhwadapo fue el dios de las hierbas y del campo. Bimazopho era el dios tutelar de las cosechas. Yoccipici, el Mixcoatl de los tenochcas y el Camaxtli de los tlaxcaltecas.

El contacto con los pueblos nahoas les había hecho aceptar divinidades provenientes de esa cultura, entre ellos Huitzilopochtli y Tezcatlipoca.

En la teogonía otomí, los dioses habían creado un hombre y una mujer, que denominaron Uxumuco y Cipastonal, respectivamente, a quienes mandaron que labraran la tierra e hilaran y tejieran, y que de esta unión nacerían los otomiés macehuales, recomendándoles que trabajaran con amor, entusiasmo y que no fuesen perezosos. La misma teogonía no explica de qué pareja descienden los nobles, llamados pillis, quienes recibían tributo de los macehuales (campesinos, mercaderes y artesanos). El señorío de Tecoac llevaba una vida apacible hasta que apareció el pequeño ejército de Hernán Cortés.

El conquistador extremeño, después de quemar las naves, se dirigió hacia el interior de México. A su paso sometió pueblos y se alió con otros, entre estos últimos destacan los naturales de Cempoala, quienes le recomendaron atravesar el territorio de Tlaxcala para llegar a México-Tenochtitlán. Cortés envió una embajada de cempoaltecas al senado de Tlaxcala, con el propósito formal de solicitar el permiso de paso para su ejército, pero en el fondo lo que la embajada tenía como misión era la de atraerlos como aliados para un eventual enfrentamiento con México-Tenochtitlán.

Como los embajadores no regresaban, Cortés que se encontraba en Ixtacamaztitlán, se impacientó y decidió aventurarse el 31 de agosto de 1 519 hacia el territorio de Tlaxcala. Al caminar por la cañada que hoy se conoce como “La Mancera”, los españoles descubren y quedan sorprendidos por la muralla de enormes dimensiones que separaba a Tlaxcala de los señoríos del Golfo Centro. El 1º de septiembre de 1 519 Tochpacxochihuilli, señor de Tecoac, salió al encuentro de los invasores, atacándolos de inmediato. La superioridad técnica de los europeos que usaron cañones, espadas, caballos y ballestas, dispersó al grupo otomí, que perdió 17 guerreros, no sin antes matarles un caballo con las filosas navajas de obsidiana.

Al día siguiente Xicohténcatl Axayacatzin, enfrentó a las huestes de Hernán Cortés en Tecoac, con resultados adversos. Los intentos por derrotarlos en varias batallas fueron infructuosas. Sólo hasta que resultó imposible vencer a los españoles y ante la amenaza de una posible alianza de los españoles con los aztecas, Tlaxcala optó por la paz y la alianza con los extranjeros.

Los acontecimientos de 1519 a 1521 se sucedieron vertiginosamente, el señorío de Tecoac, al igual que los demás de Tlaxcala, quedaron bajo el dominio español.

LA COLONIA

Los otomiés de Tecoac acompañaron al ejército de Hernán Cortés a la conquista de México-Tenochtitlán. En premio a su participación, Hernán Cortés los consideró “fidelisimos caciques y vasallos”, premiándoles con un viaje a España en 1 528. La embajada del señorío de Tecoac, le solicitó a Carlos V que les otorgara una merced para fundar el pueblo de San Luis Cuahmanco, al pie de la montaña Matlalcueyetl. El monarca accedió a la solicitud expidiendo la cédula correspondiente.

Por instrucciones del virrey Don Antonio de Mendoza, el gobernador de Tlaxcala, en presencia de los caciques, señaló el lugar para erigir el pueblo de San Luis Huamantla, dando posesión de los solares correspondientes a los fundadores nombrados por su majestad, señores: Don Juan Maldonado y Paredes, Juan Rafael Tenorio, Don Alonso Muñoz Camargo, Don Francisco Lucas García, Don Eugenio Leal Chocolatzin, Don Diego Guevara y Don Juan de Aquino.

La traza de calles, barrios, iglesia y plaza principal fue hecha a punta de cordel de piel de toro, como se acostumbraba en la época, otorgando solares a otras cuarenta familias más.

De esta manera Huamantla se asentó, teniendo cómo deidad protectora a la Matlalcueyetl o “sierra de las faldas azules”. En opinión del historiador Don Diego Muñoz Camargo, el lugar encogido para erigir la ciudad de Huamantla estaba bien dotado de recursos naturales y de un suelo fértil, pues tenía muchos campos para ejidos y montes, y aunque tierra fría producía. Pero ¿cuál fue el paisaje donde se fundó Huamantla? Los otomiés llamaron Matlacuayetl o sierra de las faldas azules a “una sierra sola, redonda y llana”, que en opinión del historiador citado “no hay cosa semejante en el mundo”. “La sierra grande y maravillosa parece a simple vista una piña de color azul, tan bien compuesta y perfeccionada, que la naturaleza le construyó por capitel, un mogote que la imaginación humana no hubiese podido esbozar”.

En el siglo XVI, se decía que no tenía lugar descubierto, pues toda estaba llena de pinos, robles encinas, álamos, quejidos, cedros, cipreses, abetos y otros árboles de “muchas diversidades”. La cumbre de la montaña es un basalto desnudo por estar nevado la mayor parte del año. Sus pliegues, quebradas o barrancas, fueron la morada de venados, jabalíes, león americano, gallinas y gallipavos, etc. En los años que siguieron a la fundación de Huamantla, sus primeros pobladores registraron que “las aguas” comenzaban en abril y concluían en octubre, congelándose la lluvia en la cúspide de la Matlacuayetl. Por la mañana las nubes permanecían por encima de la montaña, tomando formas caprichosas.

A los pies de la sierra se dilatan varios valles, entre ellos los de Huamantla y Atzompan. En el primero se encontraba la ciudad del mismo nombre, donde el agua llegaba por medio de una red de canales de madera que provenían de los escurrimientos de la Matlalcueyetl. Los valles de tierra fértil pronto fueron cultivados con trigo y cebada que competían con el maíz por el uso del suelo. El maíz no perdió la importancia que tenía desde la época prehispánica, por el contrario, para 1540

Huamantla se convirtió en la primera región productora de excedentes de maíz, apenas seguida por Ixtacuixtla. Este fue el paisaje donde levantaron sus moradas los fundadores de Huamantla. Huamantla por ser parte de la provincia realenga de Tlaxcala, debía ser habitada únicamente por tlaxcaltecas y otomíes, de conformidad con la real cédula que en 1535 había otorgado el emperador Carlos V a la embajada tlaxcalteca que había encabezado el gobernador Don Francisco Maxixcatzin. Sin embargo, el privilegio y la promesa real sería quebrantada; primero, por el virrey Don Antonio de Mendoza, y después sería desconocida por Felipe II, sucesor de Carlos V.

El virrey Don Antonio de Mendoza otorgó varias mercedes de tierras a españoles entre 1539 y 1543. Entre éstas destaca la otorgada a Diego Muñoz de Camargo, padre del historiador de Tlaxcala, en el Valle de Atzompa y la de Juan Ochoa de Lejalde en Nopaluca, ambos en los valles de Huamantla.

La estancia de Diego Muñoz Camargo llegó a ser tan próspera, que su propio hijo nos dice que comenzó con dos ovejas burdas, y que al cabo de diez años logró tener más de 40 000, procurando hacerlas merinas, con los pies de cría de la especie que trajo el virrey Don Antonio de Mendoza.

Además de estas mercedes otorgadas a españoles en Huamantla, había otras más en otras partes de Tlaxcala, provocando la inconformidad del Cabildo, quien en 1552 envió una embajada a España, llevando consigo un Yaotlancuiloli, “pintura de guerra”, conocido más tarde como el Lienzo de Tlaxcala. En la cual destacaban la participación de Tlaxcala en la conquista al lado de los españoles, por lo que demandaban la supresión de las estancias españolas en Tlaxcala. Los indígenas, además de alegar que con esas mercedes otorgados por el virrey Don Antonio de Mendoza se infringía la real cédula de 1535, las estancias ganaderas perjudicaban las sementeras y los cultivos de los indígenas, pues el ganado los consumía.

El Consejo de Indias conminó al virrey Luis de Velasco, para que visitara Tlaxcala y remediará ahí mismo lo que conviniera a las sementeras y heredades indígenas, indincándole que las apelaciones interpuestas por las estancias no trabaran las resoluciones del rey, pero además, señalaba que las resoluciones tomadas por el virrey deberían ser consultadas con el propio rey.

Don Luis de Velasco, no atendió las instrucciones del Consejo de Indias, pues envió en su lugar a Francisco De Verdugo, corregidor de Tepeaca, a resolver el conflicto. Este, al igual que lo había hecho con anterioridad el corregidor Diego Ramírez, se limitó a revisar y ajustar el número de cabezas de ganado menor que había en las estancias, suprimiendo algunas, que en su criterio perjudicaban a los poblados indígenas más cercanos.

Si bien las estancias otorgadas por el virrey Don Antonio de Mendoza no fueron numerosas, constituyeron el portillo por donde se filtró la penetración española en una provincia que, por sus méritos, debería mantenerse poblada por indígenas. La penetración y apropiación de tierras en Tlaxcala por españoles, creció como consecuencia de la crisis demográfica que padeció la provincia dada las epidemias traída por los españoles, que diezmaron a la población, además, de los decesos que ocurrieron por la participación de Tlaxcala en la conquista-pacificación de la Nueva España. Esta crisis demográfica se tradujo en un abandono de tierras, convirtiéndose muchas de ellas en incultas. Por otra parte la economía mercantil propiciada por el cultivo, cuidado y cosecha de la grana obtenida de la cochinilla, generó liquidez en la economía local, provocando que muchos macehuales y terrazgueros, accedieran a poseer tierras mediante un mercado de bienes raíces, que no pudo detener el Cabildo indígena.

Lo anterior queda sustentado por las numerosas escrituras de compra-venta, donaciones y arrendamientos que se conservan en el Archivo Histórico del Estado de Tlaxcala. Como la escritura de Francisca Mendoza, viuda de Don Juan Tapia, que otorga dos contratos de compraventa, a María Martínez, viuda de Don Diego de Galicia que fue alcalde de Huamantla en 1591 y 1594, la cual vendió tierras en San Miguel Tenancingo, recibidas en herencia de su primer marido Juan Salazar.

En el caso particular de Huamantla puede decirse que la penetración española fue vía el mercado de bienes raíces y por transacciones que realizaron las grandes casas señoriales, tanto de las huehuecalli, como de las pilcalli y teccalli.

A fines del siglo XVI encontramos en Huamantla a los siguientes estancieros y labradores españoles: Alonso Martínez de la Morena, con una estancia de ovejas en Tecoac; Rubén Arias, Diego López Coo y Juan Arias de Villa Verde, con grandes labranzas de trigo y tropas de carreteras (Arias era dueño de un molino en Tecoac); Francisco Luis, con labores de trigo y maíz y otras granjerías de mediana escala, casado con Doña Catalina de Castro, de la cabecera de Tizatlán, heredera de grandes extensiones de tierra con terrazgueros a Huamantla; Diego Muñoz Camargo propietario de varias fincas rurales en Huamantla; Matías del Portillo dueño de estancias de ovejas y el canónigo Alonso Hernández de Santiago, también dueño de estancias de ovejas.

Pero las estancias, fincas rurales y labranzas no podían funcionar sin la mano de obra indígena, por lo que aparece en escena un nuevo personaje: el gañán que absorbe a macehuales y terrazgueros.

En 1623 el gobierno colonial solicitó a los guardianes de los conventos franciscanos que levantaran un censo del número de indios tributarios de cada doctrina, separando los que vivían en los pueblos, de los que habitaban en las propiedades rurales de los españoles. En Huamantla, el número de indios tributarios fue de 1 618, de los cuales 992 (61%), habitaban en cinco pueblos y 626 (39%), en las 62 estancias de labradores que habían en la región.

En 1630 se elaboró una memoria de los propietarios rurales de la provincia de Tlaxcala, con el número de gañanes que había en sus fincas. Lo correspondiente a Huamantla se da a conocer en el cuadro estadístico anexo: “Número de Gañanes en Huamantla. Año de 1630”.

El proceso de penetración española en Tlaxcala y, por ende, en Huamantla, se completó entre 1598 y 1614 con una política colonial que se propuso congregar los pueblos dispersos o escasos de población, como consecuencia de la crisis demográfica. La Congregación, también se proponía debilitar las instituciones indígenas, pues los indios terrazgueros fueron dotados de parcelas al ser congregados, convirtiéndose en macehuales, lo que disminuía las rentas de las casas señoriales. Al mismo tiempo, las tierras que quedaban abandonadas como consecuencia de las Congregaciones, fueron transferidas mediante ventas a los colonos españoles.

La penetración española impulsó una agricultura mercantil, sobre todo en Huamantla, que se convirtió en el siglo XVII en un dominio de labradores españoles.

Durante los siglos XVII y XVIII se experimenta una transformación en el campo de Huamantla. Gradualmente las estancias y sitios de ganado lanar ceden espacio a los cultivos cerealeros, disminuyendo la producción ganadera. Esta nueva agricultura de carácter mixto, será decisiva en la formación de las haciendas, como unidades empresariales de producción durante el periodo colonial.

La producción cerealera se aceleró como consecuencia del incremento de la demanda de trigo y harina, no sólo para el gran mercado de la ciudad de México, sino para el mercado externo constituido por las flotas españolas que llegaban a Veracruz, hasta el abasto para la Colonia española en la Habana, Cuba, y las demás islas de las Antillas.

Por otra parte, de la producción triguera que ya se había asentado en los valles de Atlixco y San Pablo en Puebla, también empezó a penetrar la región de Huamantla, punto clave en el camino de México a Veracruz. Pero no sólo con la producción de trigo se inició una agricultura comercial, también el maíz comenzó a experimentar una alza constante de precios entre 1580 y 1630, ocupándose las haciendas de su cultivo, dejando la producción de subsistencia a los indígenas.

La superioridad de la agricultura española frente a la indígena fue evidente. Aquella, como dice Gibson, contaba con tierras para una producción extensiva, además de trojes para su almacenamiento y medio de transporte para su distribución, mano de obra suficiente a la que le escamoteaban los ingresos mediante una práctica muy sencilla: cuando los precios del maíz eran elevados, pagaban a sus gañanes con dinero, en cambio cuando los precios del maíz iban a la baja, pagaban en especie.

En la etapa temprana de la formación de las haciendas de Huamantla, la producción comercial se centró en el trigo y posteriormente en el maíz, sobre todo cuando éste incrementó sus precios, siendo substituido en sus funciones de consumo forrajero por la cebada; cultivo de menor costo, por lo que fue utilizado ampliamente en la engorda de cerdos y en la manutención de los animales de tiro.

Para muestra de lo anterior basta un botón: la hacienda de Doña María Mendoza en Huamantla para el año de 1602 sembraba 40 fanegas de trigo, 3 de maíz, 3 de haba y 30 de cebada. Este último cultivo seguía en importancia al trigo.

En Huamantla no todo fue abundancia. Durante el siglo XVII y XVIII ésta región, como otras del Altiplano, sufrieron las consecuencias de las heladas y las sequías de manera cíclica. Las mayores hambrunas que recuerda la historia fueron en 1642, cuando el precio de la fanega de maíz aumentó súbitamente de 8 y 10, a 28 reales; en 1661-1662 cuando la fanega de maíz llegó a costar 40 reales. En el siglo XVIII, el año de 1785 fue el de mayor escasez de maíz.

Las siembras quemadas por las heladas o las resiembras perdidas por las sequías, afectaron de manera sustancial a la economía indígena de subsistencia, quienes tenían que recurrir a las haciendas para su sobrevivencia. Estas que también eran afectadas por los fenómenos meteorológicos, tenían mayor capacidad de resistencia, pues en las bodegas siempre había reservas capaces de atender las necesidades de las mismas, o bien, para la venta de sus excedentes a los precios de mercado, que siempre iban a la alza en esas circunstancias, dejándoles pingües ganancias.

Gracias a esta previsión, la coyuntura de la crisis económica ayudaba a mantener el sistema de gañería, pues los gañanes de la hacienda se endeudaban con el hacendado; asimismo, los tlaquehuales, trabajadores libres, empezaban a endeudarse engrosando, a la larga, las filas de los gañanes, pues al perderse las cosechas, automáticamente descendían los jornales en las haciendas, siendo éstas incapaces de absorber el total de los desocupados, además de bajar los precios de los jornales, lo que provocaba el endeudamiento de los desposeídos de la fortuna.

Los que no alcanzaban “la protección de las haciendas”, tenían que emigrar hacia tierras más lejanas, donde el meteoro no hubiera afectado la producción, o en su defecto, vagar por las ciudades en busca de trabajos eventuales para su manutención.

La desocupación por malas cosechas implicaba un desempleo por siete meses aproximadamente, pues tanto la hacienda como la propia economía indígena de subsistencia, al transitar un nuevo ciclo agrícola con la siembra, se reiniciaba la ocupación de tlaquehuales.

Afortunadamente no todo fue calamidad durante la vida colonial de Huamantla. Hacia 1524 llegaron los primeros frailes franciscanos a Tlaxcala, quienes se dieron a la tarea de evangelizar e iniciar el proceso de hispanización de la nobleza indígena.

Después de las fundaciones conventuales, de educación y salud en la recién erigida ciudad de Tlaxcala, los franciscanos organizaron la provincia religiosa conforme a la organización indígena de pueblos “cabecera” y pueblos “sujetos”. Así, llamaron a los primeros cabeceras de “doctrina” e iglesias de “visita” a los segundos. Para la organización religiosa de su provincia contaron con el apoyo del Cabildo Indígena de la ciudad de Tlaxcala, quien en reunión de enero de 1564 sugirió a las autoridades virreynales el establecimiento de frailes en los cuatro puntos cardinales de Tlaxcala, en obvia alusión a las cuatro cabeceras señoriales. Después de tres años, las sugerencias fueron aprobadas y la construcción de los conventos se inició en abril de 1567, en Huamantla, Ixtacuixtla y Hueyotlipan. Para 1569 los frailes residían en las instalaciones conventuales.

La organización religiosa, como era evidente, siguió la vieja organización indígena, pero cambiando la sede de las cabeceras para ubicarlas en espacios más estratégicos, a fin de atender a las poblaciones “sujetas” a las mismas: el convento de Tepeyanco substituyó a la cabecera de Ocotelulco; el de Huamantla, a Tizatlán; el de Hueyotlipan, a Quiahuixtlán y el de Atlangatepec a Tepeticpac.

Huamantla como heredera de la cabecera de Tizatlán, recibió a los primeros franciscanos en 1567, comenzando la construcción del convento ese año, bajo la dirección de Fray Pedro Meléndez. Hacia 1585 el convento fue concluido, contando con claustro alto y bajo, dormitorios, celdas y jardines, y un ingenioso sistema de abastecimiento de agua. Sin embargo, lo que más tarde sería la iglesia de San Luis Obispo apenas contaba con los cimientos, administrándose los servicios religiosos en una modesta capilla, pues la primera, no se terminaría sino hasta finales del siglo XVIII.

El fervor religioso de la ciudad de Huamantla se manifestó con la construcción de las once ermitas e iglesias de visita que fueron eregidas, en la medida en que la ciudad se fue conformando. De ésta manera, se construyeron las capillas de los barrios de El Calvario, La Trinidad, La Santa Cruz, San Miguel, San Juan, San Francisco, San Sebastián, Santa Ana, San Antonio, La Caridad y San Diego. Las iglesias de visita correspondieron a las poblaciones de San Juan Ixtenco, San Pablo, San Lorenzo, Cuapiaxtla, Santiago Xaloztoc y San Nicolás.

En 1562, los principales de Tlaxcala le habían solicitado al rey que sólo la orden de los franciscanos entrara a la provincia. Durante siglo y medio esa orden fue la única responsable de la evangelización, habiéndole otorgado la Santa Sede el privilegio de no estar sujeta a la autoridad episcopal, sino sólo a sus superiores y a las reglas de la misma. Clemente VII, Adriano VI y Paulo III, concedieron a los franciscanos de Tlaxcala la administración de los santos sacramentos, además de oficiar misa y las demás funciones propias de los párrocos.

Esta situación no agradaba al clero secular, y menos a los obispos de Puebla de los Angeles, así como a los estancieros españoles de la misma ciudad, que veían con desagrado la hegemonía social indígena en una provincia que les estaba vedada.

Los pretextos de relajamiento rural que se adujeron, no fueron otra cosa, que una forma de justificar la rápida secularización de las parroquias franciscanas, mediante su trasferencia a sacerdotes ordenados en el seminario de Puebla. El proceso de secularización fue llevado a cabo por el poderoso obispo de Puebla Don Juan Palafox y Mendoza, en diciembre de 1640 y enero de 1641.

Pocos franciscanos aceptaron la disposición del obispo, la mayoría se resistieron a entregar las iglesias a los párrocos. La disputa entre el clero regular y secular por los conventos, iglesias, objetos sacros, imágenes, organización de fiestas religiosas etc., y la campaña de mutuo desprestigio en que se enfrascaron también incluyó a los indígenas, quienes sufrieron las consecuencias de la represión, por parte del clero secular, que a la larga se impuso sobre el clero regular.

Hubo quejas de que los nuevos párrocos cobraban excesivos aranceles por los servicios religiosos. Los indígenas de Huamantla manifestaron que los párrocos incumplían sus promesas de buen trato, pues se negaban a enterrar a sus difuntos en la parroquia, por lo que se veían obligados a llevarlos al convento franciscano de manera clandestina y por la noche, donde sí eran aceptados para recibir cristiana sepultura. Agregaban que muchos morían sin confesión, porque algunos párrocos no conocían la lengua otomí, además de haberse apoderado de los bienes de varias cofradías indígenas.

Estas prácticas podían modificarse aplicando correctivos a los abusivos sacerdotes, pero lo que no iba a tener remedio fue la descomposición social que se produjo al convertir a varias iglesias de “visita” en cabeceras de “doctrina”, pues automáticamente se rompió con la ancestral organización indígena en la que los pueblos “sujetos” eran tributarios de las “cabeceras”, o bien participaban en las obras públicas mediante el trabajo no retribuido de faenas o tequios.

La autonomía que adquirieron algunas poblaciones fue aceptada a cuenta gotas por el Cabildo indígena de la ciudad de Tlaxcala, quien reconoció que no podía seguir centralizando las funciones gubernamentales. En 1590, inicia una reforma en la que se establece, aparte de los cuatro alcaldes de la ciudad que representan a las cuatro cabeceras como una unidad indivisible, otros “cuatro alcaldes provinciales”, quienes debían de residir en Tepeyanco, Huamantla, Hueyotlipan y Atlangatepec, nuevas sedes de las cuatro antiguas cabeceras. Sólo que los alcaldes eran designados por el propio Cabildo, lo que originó malestar en las poblaciones citadas, las que aspiraban a una mayor autonomía.

Si a ello se agrega la corrupción del Cabildo Indígena de Tlaxcala y la intervención de los virreyes en la designación de los gobernadores indígenas, prolongándose algunos de ellos en el poder más allá de los periodos establecidos originalmente, se comprenderá el surgimiento de disidencias en el aparato político.

Pese a los esfuerzos de descentralización, el Cabildo Indígena incurrió en un proceso de corrupción y de prácticas antidemocráticas, como la reelección constante de los alcaldes y su designación por las autoridades virreinales, sin alguna participación y consenso de la población.

La secularización de las parroquias no sólo fue poner bajo el dominio del obispado de Puebla las iglesias de doctrina y de visita, sino una forma más de desestabilización del gobierno indígena de la ciudad de Tlaxcala sobre toda la provincia, pues hasta esa época los franciscanos de una u otra manera habían ayudado a que el proceso de hispanización fuera llevado a la práctica por la clase política de Tlaxcala, representada por la nobleza indígena.

El segundo golpe vendría apenas 14 años después de la secularización de las parroquias, cuando los estancieros españoles residentes en Huamantla enfrentaron la resistencia del Cabildo Indígena para apropiarse de la tierra primero, y de la mano de obra, después.

Huamantla desde fines del siglo XVI se había convertido en la segunda ciudad de importancia en la provincia, con una población española numerosa, cuyos intereses estaban más asociados con las vecinas regiones poblanas de San Juan de los Llanos, Nopaluca, Tepeaca y el valle de San Pablo.

El volumen de negocios en Huamantla iba en aumento y a pesar de ello no contaba con escribano público para dar fe y registro de los contratos y testamentos. Por su parte, el teniente español tenía una jurisdicción muy limitada; finalmente las declaraciones aduanales se hacían en la ciudad de Tlaxcala, etc., pero lo que más preocupaba a la población de labradores españoles era tener que tratar con los “mandones” indios para conseguir una oferta oportuna de mano de obra para las faenas agrícolas. En síntesis, los labradores españoles resentían el predominio político de la nobleza indígena sobre ellos.

Como los labradores alegaban que el “centralismo indígena” los asfixiaba solicitaron a la Audiencia de México en 1654, su separación de la ciudad de Tlaxcala y de su Cabildo Indígena, transformando el partido de Huamantla en un corregimiento español, en el que se designara un corregidor particular, un escribano público y alguacil mayor de los españoles, además de un gobernador y Cabildo para los naturales.

A cambio de la independencia de Huamantla, los peninsulares ofrecían a la Corona un donativo de 4 000 pesos. Argumentaban los labradores españoles que esa ciudad había crecido poblacionalmente y que contaba con más de sesenta haciendas y cien vecinos españoles. Pero también se referían al meollo del problema, exponiendo las constantes disputas entre los pueblos y las haciendas por la “posesión de los indios”, quejándose de que los “mandones” del Cabildo Indígena ocupaban a los indios para cumplir con el pago de tributo y para servicios personales, sirviéndose de ellos, además de inquietar a los indios de las haciendas.

Por contrapartida, el Cabildo Indígena acusó a los labradores de “vaciar” los pueblos para sus estancias, no sólo para explotarlos sino para despojarlos de sus tierras. Advirtió también que los españoles de Huamantla eran unos advenedizos, cuyos títulos sobre sus propiedades eran ilegales y que trataban mal a los trabajadores de las haciendas. Sostenía que de proceder la solicitud de los españoles, descendería el tributo que pagaba la provincia; señalaba además que los seis pueblos del partido de Huamantla estaban habitados por naturales y que habían dado su reconocimiento al gobierno de la ciudad de Tlaxcala.

Los pueblos a que se refería el Cabildo, fueron: Huamantla, San Juan Aichtempan, San Pablo Zitlaltepec, San Lorenzo Cuapiaxtla, Santiago y San Nicolás. Finalmente, el Cabildo argumentaba en contra de la solicitud de los labradores españoles, que éstos lo que querían era la “libertad” de ejercer la violencia contra los indígenas, quedando impunes sus delitos al quedar al margen el Cabildo que protegía a los indígenas de los abusos de los europeos.

El 24 de abril de 1654 el virrey de la Nueva España, Duque de Alburquerque, emitió sentencia en relación a la controversia, desechando la pretensión de los estancieros españoles. El Cabildo de Tlaxcala salió victorioso.

La disidencia ilegítima de los estancieros españoles, fracasó en buena medida porque la población indígena no se movilizó favoreciendo el fraccionamiento de la unidad tlaxcalteca que pretendían los extraños a Huamantla. Sin embargo, existían viejas demandas de los auténticos huamantlecos por tener acceso a una mayor autonomía y a erradicar prácticas que perjudicaban la buena marcha de la región, como parte de la provincia en su conjunto. Entre estos demandados destaca la que presentaron en 1656 los pueblos de Huamantla, Tizatlán y San Juan Auchtempan, pertenecientes a la cabecera del segundo pueblo, ante el Juzgado General de Indios para que no fuera reelecto Pedro Torres como alcalde, lo que demuestra la inconformidad de los pueblos con la descomposición que presentaba el Cabildo indígena.

La unidad de la provincia se mantuvo gracias a la cohesión que le dio la nobleza indígena a la organización prehispánica, adaptándola a las concepciones municipalistas españolas. Sin embargo, el crecimiento de la población y de las actividades productivas, hacía necesario mejorar el aparato estatal. El Cabildo, que ejercía un control central desde la ciudad de Tlaxcala, no entendió la necesidad de descentralizar las funciones administrativas, soltando un poco los férreos amarres que tanta efectividad le habían proporcionado en el pasado, lo que chocaba con la tendencia hacia una mayor autonomía provincial.

Los naturales de Huamantla le solicitaron a la Real Audiencia la elección de su alcalde provincial, demanda que les fue concedida el 19 de noviembre de 1741. La Real Audiencia estableció que fuera electo el alcalde provincial, durante el mismo periodo en el que fueran electos el resto de los capitulares de la ciudad de Tlaxcala.

Como los alcaldes provinciales eran designados por el Cabildo Indígena de la ciudad de Tlaxcala, quienes los reelegían constantemente, alguna solicitud para modificar ésta práctica debieron hacer los naturales de Huamantla, porque el 19 de noviembre de 1741, por provisión de la Real Audiencia, se autorizó que Huamantla eligiera entre sus naturales a su alcalde provincial, mediante una terna escogida entre sus “nacionales”. Elección que se haría junto a la del resto de los capitulares de la ciudad de Tlaxcala.

La elección del alcalde provincial de Huamantla en estos términos, tuvo escasa resistencia del Cabildo Indígena de la ciudad de Tlaxcala. Este argumentó que tal alcalde siempre había sido designado por el propio Cabildo. Huamantla logró la elección directa de su alcalde provincial, quien continuaba formando parte del Cabildo Indígena de la ciudad de Tlaxcala, manteniéndose la unidad de la provincia.

Esta “reforma política” que daba cierta autonomía a la ciudad de Huamantla, en lugar de calmar los ánimos separatistas de algunos habitantes de la ciudad, fue aprovechada por el teniente español Marcos Antonio, quien en 1756, instigó al alcalde provincial Joseph Manuel Hernández y a los alcaldes que lo habían antecedido en el cargo Francisco García, Ignacio García y Juan Baltasar, además de 7 oficiales de los barrios de San Nicolás y de La Trinidad, para que hicieran labor de proselitismo entre los diferentes barrios de la ciudad, a efecto de separase de la jurisdicción de la ciudad de Tlaxcala, pero conservando los privilegios de la provincia. Para tal efecto se dieron a la tarea de levantar los autos correspondientes. Lo destacado de este movimiento, era que provenía de los oficiales de la república de Huamantla. Los disidentes no contemplaron que los privilegios que ejercían, eran un derivado de su pertenencia al Cabildo de la ciudad de Tlaxcala, por lo que tal separación hubiera significado la pérdida de los mismos.

Este movimiento también fracasó cuando el principal instigador, el teniente español, el alguacil mayor y otros alcaldes anteriores a Hernández, además de otros oficiales de la República, así como el común de los naturales de la cabecera de Huamantla, manifestaron su inconformidad para con los disidentes.

Los conflictos del Cabildo Indígena de Tlaxcala no terminarían con ese movimiento. De una u otra manera tendría que lidiar con los estancieros españoles, quienes no se resignaban a someter sus acciones a un gobierno indígena. Entre estas confrontaciones destaca la que encabezó Joseph González de Silva, quien en 1764 demandó ante la Audiencia de México al gobernador español en Tlaxcala, de apellido López Matosso, por apropiarse del dinero de los tributos, lucrar en las carnicerías y con el dinero recaudado para la defensa del puerto de Veracruz, en tiempos de la invasión británica a la Habana, además de hacer un uso corrupto de la alhóndiga.

La verdad es que la acusación contra el alcalde español era consecuencia de viejos pleitos con el Cabildo Indígena de la ciudad de Tlaxcala, que llevaba una excelente relación con el gobernador español.

Joseph González de Silva había organizado a los estancieros españoles de Huamantla, quienes lo habían elegido diputado, para que conjuntamente con Antonio Palacios y Alvarado, concluyeron con el Cabildo indígena la “composición de tierras”. La composición no era sino un procedimiento por medio del cual los españoles carentes de títulos de propiedad, legalizaban sus propiedades con donativos a la Corona.

El Cabildo no aceptó la propuesta de los dos diputados de las estancias de Huamantla, quienes ofrecían un donativo de 300 pesos. Cantidad muy inferior, en opinión del Cabildo, al valor de las posesiones españolas en el partido de Huamantla.

En la controversia entre Joseph González de Silva y el gobernador Alonso López Matosso, el Cabildo dio su apoyo al gobernador español “por lo agradecido que está la ciudad (de Tlaxcala) de haberle guardado sus fueros”.

Alonso López Matosso tuvo que salir de Tlaxcala llamado por el gobierno virreynal, quien le impidió regresar , con el consiguiente disgusto del Cabildo: Este triunfo envaneció más a Joseph González de Silva, quien en una actitud racista negaba la racionalidad a los miembros del Cabildo. Este no olvidó la ofensa y en 1767 obtuvo del virrey la comisión para visitar las haciendas y averiguar las condiciones de trabajo de los gañanes y tlaquehuales. Obvio que entre las haciendas que más resintieron la inspección del Cabildo, fue una de las de Joseph González de Silva establecida en Tlaxco.

En la segunda mitad del siglo XVIII el sistema agrícola de producción de las haciendas y ranchos, estaba consolidado en Huamantla y en el resto de Tlaxcala. Las haciendas alrededor de la Matlacuayetl eran de menor dimensión respecto a las de Tlaxco, pero producían mejores ganancias, por su clima húmedo y semifrío, con suelos profundos y mejor drenados que el resto de la provincia.

La vida transcurría tranquila en la región. Pero una serie de acontecimientos se sucedieron hasta trastocar la vida apacible de la provincia: Tlaxcala y Huamantla, para la segunda mitad del siglo XVIII, dejaron de ser ciudades de población exclusivamente indígenas, al concentrarse en su seno una numerosa población española y criolla dueña de haciendas y ranchos, o bien de personal administrativo y operativo de las mismas, además de los dueños de obrajes. Esta población ya se había manifestado en contra de la supeditación al Cabildo Indígena. Este a su vez, había perdido autoridad paulatinamente. Originalmente dependió directamente de la Corona, después quedó subordinado al virrey y a la Audiencia de México. Pero el golpe de gracia a los privilegios de Tlaxcala, vendría después de la visita de José de Galvez, quien instrumentaría las reformas borbónicas de Carlos III, transformando los gobiernos provinciales en intendencias. Por esas reformas Tlaxcala pasó a ser parte de la Intendencia de Puebla en 1787.

La resistencia de Tlaxcala a esta medida no se hizo esperar. En 1793 la clase política de Tlaxcala, después de 6 años de intensa lucha, por Cédula Real del 2 de mayo de ese año, logra que Tlaxcala quede constituida en un gobierno militar independiente de la intendencia de Puebla, sujeto únicamente a la autoridad del virrey.

Con el nuevo gobierno, Tlaxcala se organiza en 7 cuarteles o tenentiazgos, siendo uno de ellos el de San Luis Huamantla. El tenentiazgo incluía los barrios de la ciudad, más los pueblos de Cuapiaxtla, San Juan Ixtenco, San Nicolás Terrenate y San Pablo Zitlaltepec.

LA INDEPENDENCIA

Las reformas borbónicas que pretendían un control más férreo de la Colonia, fueron incapaces de impedir la movilización independentista de la Nueva España. La población indígena de Huamantla, que de una u otra forma había sido incorporada a la forma de gobierno colonial y resentían los controles y explotación que ejercía la población española, mostraron su simpatía por el movimiento encabezado por el cura Don Miguel Hidalgo y Costilla, la madrugada del 15 de septiembre de 1810.

Para los huamantlecos no fue fácil su participación en las filas insurgentes, porque el centro realista de Puebla sofocaba rápidamente cualquier brote de disidencia. Pese a ello, los ciudadanos de Huamantla se unieron a las filas insurgentes de Vicente Gómez, quien tuvo varios enfrentamientos con el coronel De la Concha en Huamantla, Tlaxco y Calpulalpan.

Pero la nota de gloria de Huamantla en la guerra de Independencia no se daría en su territorio, sino en los actuales estados de Guerrero y Michoacán, donde el talento del destacado patriota Dr. José Manuel de Herrera, brillaría junto al liderazgo de José María Morelos y Pavón.

El Dr. José Manuel Herrera se había unido al movimiento insurgente, publicando en Cholula el periódico “El Mejicano Independiente”, en el que se difundían las concepciones ideológicas de los insurgentes y los éxitos de los mismos sobre las fuerzas realistas. Los férreos controles que ejercían las autoridades poblanas sobre la Intendencia, hacían meritoria la labor clandestina de impresión y de distribución que realizaba éste talentoso insurgente.

El 13 de septiembre de 1814, José Manuel Herrera asiste como diputado de Tlaxcala a la instalación del primer Congreso Constituyente en Chilpancingo, Guerrero. José Joaquín de Herrera es uno de los participantes más destacados en el Congreso, aportando las concepciones democráticas que había asimilado durante su infancia y juventud en el pasado prehispánico de la República de Tlaxcala. Amén de que al igual que otros sacerdotes progresistas, había leído a los enciclopedistas franceses, siguiendo puntualmente la formación de las concepciones liberales que estaban surgiendo en Europa.

Como diputado de Tlaxcala, asiste a la firma de la Constitución de Apatzingán, Michoacán, culminación del pensamiento liberal de Don José María Morelos, que había esbozado en Los Sentimientos de la Nación.

José Joaquín Herrera destacó entre los constituyentes de Apatzingán, no sólo por su erudicción y talento, sino por las profundas convicciones independentistas, lo que fue determinante para que el gobierno insurgente lo designara en 1815 ministro plenipotenciario de México ante el gobierno de los Estados Unidos.

En 1821 cesa la actividad ambivalente que habían mantenido las autoridades tlaxcaltecas respecto al movimiento de independencia, apoyando el Plan de Iguala y recibiendo al contingente insurgente al mando del general Nicolás Bravo.

Como consecuencia de los tratados de Córdoba del 24 de agosto de 1821, Tlaxcala se dio a la tarea de elegir su diputación provincial, además de los diputados que asistirían al Congreso Federal. Posteriormente vendría el ascenso de Agustín de Iturbide y su caída como emperador de México. Tlaxcala se definió en favor de los republicanos, adhiriéndose al Plan de Casa Mata, reiniciando la organización administrativa de la provincia.

Los primeros veinticinco años de vida independiente fueron difíciles para Tlaxcala, empezando porque el Congreso Constituyente de 1824 no le reconoció la calidad de Estado Libre y Soberano, como consecuencia de las imposiciones de la diputación de Puebla, quien solicitó la anexión de Tlaxcala, argumentando que ahí no se contaba con los elementos necesarios para hacer frente a una administración estatal.

El principal intrigante fue el sacerdote Miguel Valentín, líder de la fracción de la diputación poblana, quien también se desempeñaba como cura de Huamantla. Este advenedizo no dudó en usar el ascendiente religioso que ejercía sobre los notables de Huamantla, arrastrando al propio Ayuntamiento hacia sus posiciones anexionistas. Convenció al alcalde y regidores, para que elaboraran y enviaran una “representación” al Congreso Constituyente, en la que daban su anuencia para la anexión de Tlaxcala a Puebla.

La representación del Ayuntamiento de Huamantla, fue apoyada por los Ayuntamientos de Tlaxco, Apetatitlán, Ixtacuixtla y San Dionisio Yauhquemecan, como consecuencia de la labor de proselitismo que llevaron a cabo los diputados tlaxcaltecas José Antonio Díaz Varela y el también sacerdote Manuel Bernal, quienes tenían intereses muy concretos como hacendados en la región de Tlaxco, además del rico comerciante de Apetatitlán, Fausto Zamudio.

El H. Ayuntamiento de Tlaxcala dio la batalla interna, agrupando a los demás Ayuntamientos en la corriente favorable a la autonomía. Durante las sesiones del Congreso Constituyente, correspondió al diputado Miguel Guridi y Alcocer, enfrentar directamente en la tribuna al cura Miguel Valentín, invalidando uno a uno los argumentos que éste esgrimía para la anexión de Tlaxcala a Puebla.

La división interna que mostraron los Ayuntamientos encabezados por el de Tlaxcala, pesó en el ánimo de los diputados constituyentes, quienes asentaron en el Acta Constitutiva de la Nación Mexicana, que la situación de Tlaxcala sería definida más tarde por una ley constitucional, que promulgaría el cuerpo legislativo federal. El 24 de noviembre de 1824, fue expedida la citada ley, dando el triunfo parcial a los autonomistas, al establecer la condición de Tlaxcala como territorio de la Federación, sujeto a los supremos poderes. Las pretensiones anexionistas habían fracasado.

La desunión de los hijos de Tlaxcala, habían propiciado perder su condición del estado Libre y Soberano. Pero como si no fuera suficiente esa calamidad, aún le esperaba otra peor, como consecuencia de los enfrentamientos entre federalistas y centralistas. Estos últimos, por el Plan de Cuernavaca de 1835 y posteriormente por el de Toluca, suprimen el régimen federal y substituyen a la Constitución de 1824 por El Código de las Siete Leyes, estableciendo como forma de gobierno la República Central. Por esta nueva constitución, Tlaxcala pierde su condición de territorio de la Federación, para convertirse en un “distrito” más, perteneciente al Departamento de México. El distrito de Tlaxcala quedó organizado políticamente en tres partidos: Tlaxcala, Tlaxco y Huamantla.

Durante el proceso de Independencia, no se presentaron cambios sustanciales en los niveles de vida de la población de Huamantla. Aunque su territorio no fue escenario de enfrentamientos de importancia, la infraestructura caminera y los sistemas de irrigación, así como los almacenes y otras instalaciones sufrieron algunos daños y el abandono de su mantenimiento, con el consiguiente deterioro de los mismos.

Pese a las vicisitudes que vivía el país, el territorio y después distrito de Tlaxcala en su conjunto y el partido de Huamantla en particular, fueron recuperándose. Se repararon las averías que dejó la guerra y la agricultura nuevamente se puso de pie. El valle de Huamantla se recuperó mediante la siembra de maíz, frijol, avena, cebada, papa y alverjón; la ganadería también se recuperó y con ello las viejas haciendas coloniales, entre éstas destacan por esos años la de San Diego y la de Nuestra Señora del Carmen.

Los viejos patios donde se ubicaba la noria o el pozo profundo, volvieron a tener movimiento de cuadrillas ocupados en las faenas cerealeras; los abrevaderos y la fuente satisfacían la sed del ganado y de los boyeros, encargados del manejo de los animales de tiro. Las eras circulares fueron reparadas en su empedrado y los machos con sus coces separaban el grano de la paja, en tanto fue los gañanes aventaban y cernían las semillas.Los caballos, machos y mulas transportaban las cargas de cereales a las trojes donde se guardaban las semillas; la elaboración y conservación del forraje tenía su sitio especial en las construcciones cilíndricas y medio enterradas que se llamaban silos; los establos servían para la guarda y ordeña del ganado Holsteín que ya por esas épocas abundaba en Huamantla. A veces, las haciendas contaban con un pequeño tentadero, donde los rancheros probaban sus ansias de novilleros; pero lo que no podía faltar era la “calpanería”, caserío destinado para vivienda de los gañanes y sus familias. Otros anexos estaban constituidos por el temazcal, ancestral baño indígena, la capilla para los oficios religiosos y excepcionalmente la escuela de primeras letras.

Los caminos y puentes que permitían la comunicación de la hacienda con las poblaciones más cercanas, o bien, con los caminos principales, también fueron objeto de reparación y mantenimiento.

Pese a esta recuperación, los años de 1835 a 1846, conformaron la década más aciaga de la historia de Tlaxcala, como la llamó Miguel Lira y Ortega, pues tras la pérdida de la autonomía, vino el olvido y la amenaza de perder la identidad que durante varios siglos Tlaxcala había logrado mantener. Afortunadamente para Tlaxcala y para el país, los desaciertos del régimen centralista causaron la inconformidad de la población, pronunciándose en Guadalajara el 20 de mayo de 1846 por la vuelta al federalismo. Tlaxcala se adhiere al Plan, recobrando su calidad de territorio sujeto a los supremos poderes.

Tlaxcala estaba dedicando sus energías a la reorganización interior de su gobierno, cuando ocurrió la invasión norteamericana de 1847. Con patriotismo, Tlaxcala contribuyó a la defensa del país, con 400 tlaxcaltecas que integraron el batallón de San Blas, al mando del coronel Santiago Xicohténcatl. Después de la derrota del ejército mexicano siguió la ocupación de las plazas estratégicas por el ejército invasor. Los herederos de Tlahuicole en Huamantla, escribieron una de las páginas más brillantes de la historia nacional al rechazar a las fuerzas invasoras norteamericanas que intentaron ocupar la plaza de Huamantla. Eulalio Villaseñor al frente de la guarnición y de los civiles de Huamantla, levantaron barricadas en las entradas de la ciudad y en los edificios más altos, desde donde repelieron los intentos de asalto. Las veces que las fuerzas enemigas se acercaron a las posiciones defensivas de los huamantlecos fueron rechazados, causándoles numerosas bajas. Ante la imposibilidad de tomar la plaza, los norteamericanos se retiraron a Puebla.

Una vez concluida la guerra de intervención norteamericana, Tlaxcala nuevamente orientaba sus energías a reorganizar su gobierno interior y a reparar los daños que había dejado el conflicto bélico, cuando la diputación poblana solicitó al congreso la anexión de Tlaxcala a Puebla. En esa ocasión los anexionistas no contaron con ningún apoyo interior de Tlaxcala, pues todos los Ayuntamientos, incluido el de Huamantla, protestaron por tan insistente como injusta demanda, que por enésima vez fracasó rotundamente.

LA REFORMA

México vivió por esos años un proceso de desestabilización con pronunciamientos, ascensos y descensos de presidentes, ocupando la presidencia de la República en 1855 Antonio López de Santa Ana. Poco tiempo después se proclamaba el Plan de Ayutla, por el que fue derrocado este último, y se convocaba al país a un nuevo Congreso Constituyente.

Tlaxcala se adhirió al Plan de Ayutla, eligió diputados al Congreso Constituyente y con fecha 13 de diciembre de 1856, fue aprobado el dictamen sobre la solicitud de la diputación tlaxcalteca para que la entidad dejara de ser territorio, convirtiéndose en Estado Libre y Soberano. La Constitución fue promulgada el 7 de septiembre de 1857.

Entre las acciones que emprendió el gobierno de Tlaxcala fue la apertura de un nuevo camino que partiendo de la hacienda de San Juan Bautista Quintero, del municipio de Cuapiaxtla, llegara a las inmediaciones de San Martín Texmelucan, pasando por las poblaciones de Huamantla, Apetatitlán y Tlaxcala. Además de establecer siete Juntas para fomentar la instrucción primaria. La segunda Junta tuvo como sede la ciudad de Huamantla, abarcando las municipalidades de Ixtenco, Zitlaltepec, Tzompantepec y Terrenate. Otra de las acciones emprendidas en los escasos seis meses del gobierno de Guillermo Valle, fue erradicar las bandas de delincuentes y facinerosos que habían en la entidad.

Tlaxcala empezaba a tomar su ritmo cuando un pronunciamiento en contra de la Constitución de 1857 apareció en el escenario nacional, mediante el Plan de Tacubaya. Este pronunciamiento dividió al gobierno constitucional de Tlaxcala, pues mientras Don Guillermo Valle, la guarnición y parte del pueblo de Tlaxcala se adhirieron al citado Plan, el secretario de gobierno Miguel Lira y Ortega y los diputados del Congreso local, se manifestaron en contra de tal pronunciamiento.

El presidente de los pronunciados Zuloaga, determinó que Tlaxcala volvía a la condición de territorio, declarando a Huamantla capital del estado, indicando que el jefe político sería nombrado por su gobierno. Esta declaratoria no tuvo efecto porque el 6 de enero de 1858, Guillermo Valle se había separado del gobierno del estado y el Congreso local designó a José Manuel Saldaña, gobernador interino, quien trasladó los poderes a Santa Ana Chiautempan, y posteriormente a la hacienda de Tzitzimapa, en las faldas de La Malinche.

Durante tres años combatieron liberales y conservadores en el país y en Tlaxcala, destacándose en ésta el general Antonio Carvajal. El 22 de diciembre de 1860 concluyó la guerra de Reforma, restableciendo en la gubernatura al licenciado José Manuel Saldaña. Sin embargo, los conservadores no se dieron por derrotados y recurrieron a la intervención francesa, mediante la creación del efímero imperio de Maximiliano de Habsburgo.

Después de la derrota del 5 de mayo de 1862, los franceses se prepararon para tomar la ciudad de Puebla, por segunda ocasión, como preámbulo para tomar la capital de la República. Tlaxcala quedó comprendida en el Ejército de Oriente, cuyo general en jefe era el general zacatecano Jesús González Ortega. Para coadyuvar a la defensa de tan importante plaza, los contingentes tlaxcaltecas se concentraron en la ciudad de Huamantla. El sitio de Puebla comenzó el 16 de marzo de 1863, habiendo durado setenta y dos días. A la toma de Puebla siguió la ciudad de Huamantla el 3 de septiembre de 1863. Posteriormente fue ocupado todo el estado.

EnHn 1866 el general Juan N. Méndez nombró al general Antonio Rodríguez Bocardo, gobernador y comandante militar de Tlaxcala, estableciendo la sede política y militar en Huamantla. La ciudad y sus haciendas prestaron los recursos de que disponían para desalojar a las tropas imperialistas. En 1867 Rodríguez Bocardo, Lira y Ortega y Juan N. Méndez, ocupan la capital del estado, haciéndose cargo del gobierno Miguel Lira y Ortega.

Restablecida la paz y habiendo tomado posesión como gobernador constitucional de Tlaxcala Miguel Lira y Ortega, Huamantla siguió siendo uno de los cinco distritos en los que fue organizado el estado. Pronto el nuevo gobernador, se dio a la tarea, conjuntamente con las autoridades municipales, de introducir el agua potable, además de establecer varias escuelas de primeras letras en las poblaciones pertenecientes al distrito.

Como correspondía al pensamiento liberal, quedó establecido que la educación de carácter religioso sería responsabilidad de los padres de familia y que en las escuelas se abstendrían de fomentar la educación de cualquier credo religioso. Para evitar los problemas que en el pasado se habían presentado por la negativa a sepultar algunos muertos en los atrios de las iglesias, se estableció que Huamantla tendría su propio cementerio civil.

Las controversias entre hacendados y gañanes fueron resueltas con la intervención del gobierno del estado, quien dio garantías a los trabajadores, pues en opinión del gobernador, no faltaban hacendados que pretendían esclavizarlos.

La agricultura y la ganadería de Huamantla recobraron su pujanza con la inauguración del Ferrocarril Mexicano, permitiéndole el acceso al mercado de la ciudad de México, aparte de los de Puebla, Hidalgo y Veracruz, donde eran muy apreciados los cereales de sus haciendas.

Nuevos acontecimientos nacionales interrumpieron la vida cotidiana de la región.La reelección del presidente Don Sebastián Lerdo de Tejada para el periodo 1876-1880 no fue del agrado de un viejo aspirante al cargo, el general Porfirio Díaz, antiguo conocido en Tlaxcala por su participación en la guerra de intervención francesa, como jefe de la segunda división en el Ejército de Oriente.

Por el Plan de Tuxtepec, el general Porfirio Díaz desconoció la reelección y ganó simpatías en el trayecto de Oaxaca rumbo a la ciudad de México.

En Hidalgo se le unen los generales José M. Coutto Lenne, Juan Crisóstomo Bonilla y en Puebla, el general Juan N. Méndez, quienes incrementan los contingentes tuxtepecanos.

Poco antes de llegar a la hacienda de Tecoac, cercana a la ciudad de Huamantla, ocurren algunas escaramuzas entre los ejércitos porfiristas y lerdistas. Este último bajo el mando del general Ignacio Alatorre organiza la batalla decisiva en la hacienda citada el día 16 de noviembre y, cuando parecía que iban a vencer a los porfiristas, llega en auxilio de éstos las fuerzas comandadas por el general Florentino, quien traicionando a Lerdo se une a los porfiristas, contribuyendo a vencer a sus antiguos compañeros.

La batalla de Tecoac debió ser sumamente enconada entre ambos ejércitos, pues se calcula que en pocas horas quedaron tendidos en el campo de batalla como tres mil hombres. Al enterarse Don Sebastián Lerdo de Tejada de la derrota, deja la ciudad de México con rumbo a Michoacán donde solicita a sus partidarios ayuda militar para continuar la lucha. Al no encontrar eco a sus demandas abandona la ciudad de Morelia, dirigiéndose a Toluca y de ahí a Acapulco, donde embarcó hacia los Estados Unidos.

Por contrapartida, Porfirio Díaz fue recibido el 26 de noviembre en la capital de la República con manifestaciones masivas de júbilo. Los balcones estaban atestados de gente que lo vitoreaban a su paso, mientras una muchedumbre llenaba el Zócalo de la capital, en la que sobresalían las banderas ondulantes de las asociaciones de artesanos, al ritmo de los repiques de campana de la catedral y no lejos de ahí, los cañones resonaban en honor del héroe del 2 de abril. Concluía la etapa de la Reforma y daba inicio otra época la del Porfiriato.

LA REVOLUCIÓN MEXICANA

El 26 de mayo de 1910 los antirreleccionistas se reunieron en Contla para dirigirse a tomar la ciudad de Tlaxcala, mediante un audaz plan que incluía secuestrar al gobernador. Al fallar el plan y recibir contraorden del centro político de Puebla que dirigía Aquiles Serdán, los antirreleccionistas se dispersaron.

Más tarde se precipitaron diversos acontecimientos: el 16 de septiembre de 1910 en Zacatelco, donde fue reprimida una manifestación antirreleccionista; las elecciones fraudulentas otorgándole el triunfo a la formula integrada por Porfirio Díaz para presidente y Ramón Corral para vicepresidente; así como la prisión de don Francisco I. Madero en San Luis Potosí y el plan que con ese nombre convocaba a un levantamiento armado para el 20 de noviembre de 1910.

Los tlaxcaltecas asistieron puntualmente a la cita y para el 20 de noviembre de 1910 ya estaban instalando campamento en La Malinche. El viejo gobernador adquirió fusiles y parque para acabar con los focos de la rebelión, disponiendo que el 11 de febrero de 1911 fuerzas federales de Huamantla, Chiautempan y Zacatelco conjuntamente con el primer cuerpo de rurales, batiera a los rebeldes en toda la línea desde San Pablo del Monte hasta terrenos de Huamantla.

Juan Cuamatzi, después de una breve pero exitosa campaña, cae prisionero, siendo fusilado el 26 de febrero de 1911.

Los revolucionarios presos en Huamantla, al enterarse de su muerte, se armaron de valor, amotinándose hasta desarmar a sus guardianes, a los que tomaron por sorpresa, dando muerte al sargento Miguel Cerón del 2º Batallón del estado, al cabo 2º de Caballería Aurelio Martínez y al sargento 1º del Cuerpo Rural de la Federación, Domingo Navarrete.

En su mayoría huyeron hacia La Malintzi donde engrosaron las filas de los maderistas. El 27 de febrero el Coronel Próspero Cahuantzi se dirigió a todos los prefectos, mediante una circular en la que los conminaba a mantener una estrecha vigilancia sobre los prisioneros, a efecto de que no sucedieran otras fugas como la ocurrida en Huamantla.

Pese a estas medidas, los brotes revolucionarios se extendieron a otras partes del estado surgiendo más campamentos revolucionarios como los de los cerros de San Bartolomé Tenango y de Texoloc, por el rumbo de Nativitas.

Ni la formación de una fuerza armada patrocinada por los funcionarios y empleados del gobierno del estado, y otra financiada por los hacendados, además del reforzamiento de los destacamentos de Chiautempan, Zacatelco, Tlaxco, Calpulalpan y Apizaco, ni la adquisición de 150 fusiles de 7 mm., y 12 500 cartuchos para los mismos, detuvieron el movimiento revolucionario.

El 21 de mayo de 1911, el dictador Porfirio Díaz capitulaba mediante la firma de los tratados de Ciudad Juárez. El 25 de ese mes, Porfirio Díaz presentaba su renuncia a la Presidencia de la República. Consecuentemente, el 30 de mayo el coronel Próspero Cahuantzi pedía licencia al Congreso del estado para separarse de su cargo y, al día siguiente, ante los hechos irreversibles, presentaba formal renuncia al cargo de gobernador, dejando como interino al hacendado Diego L. Keenedy, quien solamente duró dos días en el cargo, haciendo entrega del mismo al Sr. Agustín Sánchez. El 2 de junio la ciudad de Tlaxcala era ocupada por las fuerzas maderistas.

En los primeros días de julio, la mayoría de los Ayuntamientos, entre ellos el de Huamantla, presentaron en masa su renuncia, de conformidad con la circular número 37 expedida por el ministerio de Gobernación, en la que recomendaba que se satisfaciera la opinión pública, designando autoridades que procedieran de los grupos revolucionarios.

Habiendo triunfado en las elecciones el Partido Antirreleccionista, asumió la gubernatura el 1° de diciembre de 1911 el connotado dirigente sindical Antonio Hidalgo, conservando un buen número de funcionarios de la administración cahuantzista, provocando con ello que algunos revolucionarios nuevamente se levantaron en armas en La Malintzi. Como contrapartida, los hacendados se organizaron en la Liga de Agricultores, con el deliberado propósito de instrumentar la contrarrevolución.

La inconsistencia en las filas revolucionarias generó simpatías hacia el Plan de Ayala que el general Emiliano Zapata firmaba, invitando a desconocer al gobierno del Presidente Madero a escasos meses de haber tomado posesión, pues no se atendía la demanda del reparto agrario, que había movilizado a las masas campesinas. El gobernador Antonio Hidalgo vio cómo de sus propias filas surgía la deserción, cuando el inspector de las fuerzas rurales del estado, a cargo del coronel Rutilo Espinoza Caloca, pretextando una inspección al cuartel de la infantería y caballería de Huamantla, desarmó a la guardia del mismo, llevándose armas de fuego, municiones y caballos, pronunciándose en contra del gobierno maderista, para enfilar posteriormente con rumbo hacia el estado de Puebla y engrosar las filas zapatistas.

A esas deserciones siguieron otras. La gubernabilidad para Antonio Hidalgo resultaría difícil, no sólo por sus limitaciones propias, sino porque las fuerzas del antiguo régimen se iban a manifestar de diferentes maneras para recuperar el poder.

Entre los obstáculos interpuestos al gobernador Antonio Hidalgo, fueron muy comentados en la prensa los sucesos del 3 de enero de 1912 en Huamantla. Antonio Hidalgo designó como prefecto político de esa cabecera distrital a un señor de apellido Ramírez, quien se hospedó en uno de los hoteles de la población, avisando a su antecesor en el cargo, con el objeto de llevar a cabo la entrega de la prefectura. A los pocos momentos llegó una banda de música al hotel, tocando de inmediato el himno nacional. Enseguida entró una comisión para indicarle al señor Ramírez que lo aguardaba el prefecto para hacerle entrega de las instalaciones y documentación correspondiente. Ramírez se dio cuenta de que los integrantes de la comisión se encontraban en estado de ebriedad, por lo que recomendó a sus acompañantes no aceptar ninguna provocación. Al llegar a la prefectura las puertas del edificio se encontraban cerradas, pero frente a los mismos, medio centenar de jóvenes que tendrían entre los 12 y 15 años, aguardaban su llegada, armados con piedras.

En cuanto tuvieron a las nuevas autoridades a su alcance, los jóvenes empezaron a arrojar los guijarros en contra del Sr. Ramírez y su comitiva, quienes tuvieron que refugiarse en una de las casas aledañas, mientras el prefecto cahuantzista, de apellido Corona, observaba impasible desde la azotea del palacio municipal la piedriza que le propinaban a quien, “ingenuamente”, se le había ocurrido aceptar relevarlo en el cargo.

Los acompañantes de Ramírez fueron perseguidos por varias calles de la población, mientas otras arrojaban piedras al domicilio donde le habían hecho el favor de protegerlo.

Pese a esas dificultades, el gobierno maderista de Antonio Hidalgo se dio a la tarea de terminar el acueducto que pasaba por las calles de la Ropilla en Huamantla, mismo que surtía de agua para la ciudad a los algibes y fuentes de abastecimiento.

También durante su breve administración mejoraron las instalaciones escolares en el distrito de Juárez, del cual era cabecera la ciudad de Huamantla. En su último informe de gobierno, Antonio Hidalgo comentaba que en la cabecera funcionaban cinco escuelas oficiales, las cuales atendían una población escolar de 245 alumnos; comentaba que en el municipio de El Carmen había dos escuelas a las que asistían 150 alumnos; Altzayanca, tenía 4 escuelas para una población escolar de 134 alumnos; Terrenate también tenía dos escuelas a la que asistían regularmente 46 alumnos y finalmente Cuapiaxtla contaba con dos escuelas para 80 alumnos.

El informe consigna otras obras de fomento en Huamantla y otras localidades. Sin embargo, Antonio Hidalgo enfrentaría presiones al final de su periodo, teniendo que dejar la gubernatura en manos de la contrarrevolución. Un lance desafortunado fue la actitud ambivalente que asumió ante la huelga de peones acasillados del verano de 1912, misma que cimbró los distritos de Huamantla, Apizaco, Tlaxco y parte de Calpulalpan.

Huamantla estaba dominada por los hacendados cerealeros y ganaderos más importantes del estado, quienes a decir de los campesinos, los obligaban a trabajar desde las cuatro de la mañana hasta las siete de la noche; el pago de sus jornales seguía siendo mediante fichas para intercambiarlas en la tienda de raya; el jornal era de 38 centavos y de seis y doce a los niños; los jornaleros eran obligados a trabajar aunque estuvieran enfermos, los castigos por faltas elementales implicaban su detención en la tlapixquera; la falta de asistencia a misa se castigaba con una multa de diez centavos por cada miembro de la familia; denunciaban la existencia de guardias blancas, que sometían a los peones y sus familias a sus caprichos que además eran amenazados por los amos con la posibilidad, muy real, de ser consignados al servicio de las armas, que por la menor desavenencia eran despojados de sus “peojales”, pequeñas parcelas en las que sembraban el peón y sus familias.

Durante la huelga, un peón de la hacienda de Xalpatlahuaya, había sido golpeado por el administrador, por no acarrear agua suficiente, dejándolo encamado en el hospital de Huamantla.

Todas estas quejas quedaron expuestas en un famoso documento titulado “yo ocuso” y que, dirigido al Presidente Madero, fue consecuencia de la imperceptible agitación que realizaron algunos activistas del Partido Antirreleccionista Tlaxcalteca, quienes recorrían las fincas distribuyendo un volante, y pegándolo en cuanto lugar fue posible, que llanamente decía: “Constitución de 57, artículo 51: Ninguna persona está obligada a prestar servicios sin su pleno consentimiento y justa retribución”. Como algunos peones no sabían leer, se les hizo aprender de memoria, repitiéndolo cuantas veces fuera necesario.

En un principio Antonio Hidalgo simpatizó con el movimiento pero con reservas para apoyarlo abiertamente cuando los hacendados de la Liga de Agricultores llamaron la atención de Don Francisco I. Madero, Presidente de la República, por el precedente que sentaba el movimiento, este fue liquidado en setenta y dos horas, sin ninguna garantía para los peones, quienes regresaron a sus labores en peores condiciones.

Esa derrota, implicó que la Liga de Agricultores mantuviera su lucha hasta derrocar a Antonio Hidalgo, anulando la presencia del Partido Antirreleccionista Tlaxcalteca, como aconteció cuando se decidió su sucesión en la gubernatura de Tlaxcala. La excesiva confianza del presidente Madero y del gobernador Hidalgo en las fuerzas del antiguo régimen, provocaron la caída y asesinato del primero y la represión de los partidarios del segundo; sobrevino así la decena trágica y la usurpación huertista. El Plan de Guadalupe del 26 de mayo de 1913, unificó a los inconformes en un sólo ejército que venció a la usurpación. La usurpación trajo como consecuencia el enfrentamiento entre los revolucionarios y las propias fuerzas de la usurpación, creando zozobra e inquietud en las diferentes poblaciones del distrito de Juárez en Tlaxcala.

El 3 de julio de 1913 fue atacada la hacienda de San Diego del Pinar del municipio de Huamantla por una partida de zapatistas que dieron muerte, entre otros, al español Jesús Lovin Ruíz.33 La hacienda nuevamente fue atacada el 29 de septiembre cuando grupos revolucionarios huían de la persecución de los federales al mando del mayor C. Amado Navarro, intentaron apoderarse de las instalaciones de la hacienda para hacerse fuertes. Desafortunadamente para los revolucionarios, los dueños y dependientes de la finca rechazaron el ataque, terminando por huir rumbo a La Malintzi.

Un acontecimiento trascendente en la lucha contra la usurpación huertista lo constituyó el establecimiento de un gobierno revolucionario en la montaña de La Malintzi con fecha 22 de octubre de 1913, cuando se reunió el congreso de Tlaxcala designando gobernador al general Pedro Morales, antiguo presidente del Partido Antirreleccionista Tlaxcalteca.

En abril de 1914 ocurre la invasión norteamericana al puerto de Veracruz. Huamantla, la heroica ciudad, de inmediato se puso en actividad organizando bajo la bandera de la Cruz Blanca un hospital de sangre. Afortunadamente los invasores se retiraron sin que fuere necesario el concurso de los mexicanos para expulsarlos del país.

La usurpación huertista duró hasta el 15 de julio de 1914 cuando el pretoriano presentó su renuncia. El 4 de agosto los constitucionalistas analizaban los planos de Tlaxcala, Apizaco, Huamantla y Tlaxco. El día 20 de agosto entraban las fuerzas revolucionarias a la plaza de Tlaxcala El 26 de agosto entraba en Huamantla un contingente revolucionario al mando del mayor Santiago Hernández, perteneciente al ejército del noroeste bajo el mando del general Pablo González, con el objeto de guarnecer a la población.

La unidad de los contingentes tlaxcaltecas agrupados en la brigada Xicohténcatl se rompió, cuando el general Pablo González, Jefe del Ejército del Noroeste, intervino en los asuntos de Tlaxcala, intentando designar como gobernador de la entidad al mayor “Vicente F. Escobedo”, periodista que usaba el seudónimo de “ego”, miembro del estado mayor del general Pablo González, quien había ocupado la secretaría particular del gobernador porfirista, coronel Próspero Cahuantzi, por lo que fue vetado por los revolucionarios de Tlaxcala.

Esa actitud digna generó el enojo del general Pablo González, quien sin mensurar las consecuencias de sus actos, únicamente concedió el grado de general a Máximo Rojas, degradando a Pedro Morales, Domingo Arenas y demás integrantes de la brigada Xicohténcatl al inmediato inferior, creando con ello, el germen de la división interna.

Vendría después la convocatoria a la Convención Revolucionaria misma que de la ciudad de México se trasladaría a la de Aguascalientes, al sobrevenir la división de los contingentes nacionales. Máximo Rojas seguiría a los carrancistas, Domingo Arenas a los zapatistas y Pedro Morales a los villistas. De esa manera los tlaxcaltecas se incorporaron a la lucha de facciones. Domingo Arenas rectificaría la posición años más tarde, reincorporándose al constitucionalismo y llevando a la práctica sus ideales agraristas en la región del alto Atoyac de Puebla y Tlaxcala, donde operó hasta su trágica muerte a manos de los zapatistas, cuando trataba de incorporarlos a las filas del constitucionalismo.

La convocatoria para la elección de ayuntamientos, a la que siguió la de la elección de diputados al Congreso Constituyente, propiciaron al país y a Tlaxcala el gradual retorno a la vida institucional, hasta que el 23 de febrero de 1918 se expidió la convocatoria para que el tercer domingo de marzo se eligiera el ejecutivo y el Congreso local. El Partido Liberal Constitucional Tlaxcalteca propuso al general Máximo Rojas, mientras que el Partido Liberal Tlaxcalteca postuló al general Anastacio Meneses. El primero ganó la elección, resultando diputados por el distrito de Juárez, propietario y suplente, respectivamente, los señores: Lic. Moisés Huerta y Nicolás Montiel.

Durante el informe del gobernador provisional saliente, general Luis M. Hernández, se refirió al problema entre Huamantla e Ixtenco sobre la propiedad de una extensión de monte de La Malintzi, que se encontraba en disputa. También hacia referencia a la reorganización del hospital de Huamantla, a la que había ayudado el Ayuntamiento de la ciudad.

ÉPOCA CONTEMPORÁNEA

La vida continuó su curso, y aún no se disipaba la niebla y el olor de los disparos de las carabinas, cuando Feliciano Rivera, allá por 1925 compraba y vendía semillas mientras que Bernardo Lima despachaba toda clase de abarrotes en su tienda “El Progreso”. Ignacio Zamudio, a su vez, ofrecía la ropa al último grito de la moda en su bien surtida tienda “La Barata”. Otros prósperos comerciantes fueron Manuel Palacios, quien también competía en el ramo de abarrotes desde “La Puerta del Sol” y para no quedarse atrás Víctor Mayuet había denominado a su negociación comercial “La Valenciana”, y la no menos española de Alfredo Bretón llamada “La Sevillana”.

Poco a poco Huamantla regresaba a la apacible vida de provincia, sin que ello implicara inacción. Por el contrario, en 1942 se estableció la planta industrializadora de leche en polvo y crema de la empresaria Ana María Rico y la fábrica de galletas Isabel, sucursal de la de Puebla, años más tarde funcionarían la empacadora Silva, S.A de C.V., dedicada a la producción de embutidos de cerdo; Fertilizantes de Tlaxcala S.A., dedicada a producir insumos que requieren los campos de la región para auxiliar a la productividad de las siembras y “Super Mole Huamantla” fabricante de mole y pipían en pasta. “Delpeyrat” con cuarenta operarios empaca las piñas y peras provenientes del golfo; “Mercado de Pestañas, S.A.,” también da ocupación a más de sesenta mujeres produciendo los elementos necesarios para el embellecimiento de las mujeres; mientras que Industrial de Huamantla S.A., dedicada a la confección de blancos, produce sábanas, manteles, pañales, etc., propiedad de Francisco Martín del Campo Chávez, quien da ocupación a 134 trabajadores; industrias de Huamantla, S.A., se dedica a la confección de ropa fina para dama. A estas industrias habría que agregar Industrial Fotográfica de Tlaxcala S.A., que da trabajo a cuarenta hombres y mujeres.

Los medios de comunicación más apreciados por los huamantlecos son “El Noticiero Tlaxcalteca” y El Semanario “Alvenia” donde aparecen los sucesos más notables de la región, así como las estaciones de radio XEHT, “La Voz de Tlaxcala” desde Huamantla, que hizo su primera emisión “al aire” el 20 de noviembre de 1949.

Durante la inauguración de la citada radiodifusora, desde el cine “Variedades” Huamantla escuchó en vivo a artistas de la talla de Luis G. Roldán, Gloria Luz, El Trío Chachalacos, Evaristo Tafolla y su orquesta, Manolita Alegría, Héctor Pardo y su quinteto, el pianista Eduardo Falcón y Los Rancheros. La locución del evento estuvo a cargo de los profesionales Germán Figaredo y Raúl Rayguadas Carrasco.

Los empresarios a quienes Huamantla debe tan importante medio de comunicación y esparcimiento, fueron los señores: Miguel Corona, Alfonso Macías, Mario y Saúl Pardo.

El servicio telefónico fue inaugurado en 1932; la central telefónica fue instalada en la casa número 3 del Parque Juárez, situada en el centro de Huamantla. Más tarde se sumaría a este medio, las comunicaciones telegráficas en la avenida Hidalgo.

También a los huamantlecos les dio por volar. En 1953, Ricardo Cumbre se dedicaba a ofrecer vuelos a quien deseara sentir las alturas, mediante una cómoda tarifa, en una avioneta que se deslizaba por una pista ubicada junto al antiguo lienzo del charro.

La salud en Huamantla ha estado a cargo de los médicos Francisco Huacuja, Heriberto Uribe, Juan España y Nicolás Aspeitia, así como del jalapeño Miguel Barrientos y el militar Francisco Javier Llanos. La medicina homeopática, que también tiene pacientes, tuvo en el Dr., Cárdenas, uno de sus más dedicados y esforzados paladines.

Amador Fernández, los Antonios Hernández, Vargas uno y Covarrubias el otro; Alberto Zacayo, Renato Téllez, Alfonso Auyo, Rosendo Bello, Vladimir Zapata, José Zamora, Rodrigo Avila, Antonio Barrientos Sánchez y, la doctora Noemí Gómez, no sólo han combatido enfermedades, sino han traído al mundo a los hijos de Huamantla.

Huamantla también ha contado con farmacias como la de César Llano; la “San José” de don Gregorio y Magdalena Cavarrubias; “La Guadalupana” de Agustín Espejel, así como la farmacia “Nueva” de Teresa Murrieta y “Del Carmen” de Gloria Montiel.

HOMBRES DISTINGUIDOS

José Manuel Herrera.- Nació en San Luis Huamantla, en 1776, hijo de José Ignacio Herrera y María Gertrudis Sánchez. Licenciado y Doctor en Teología en 1803 por la Universidad de México, ocupó los curatos de Santa Ana Acatlán y Guamuxtitlán y en 1811 la Capellanía de Chiautla, cuando fue tomado y atacado este pueblo. Se adhirió a la causa insurgente y acompañó a Morelos en la toma de Oaxaca.

Diputado por Tecpan en el Congreso de Chilpancingo y firmante del “Manifiesto al Pueblo Mexicano”, en Chilpancingo el 6 de noviembre de 1813. Morelos lo designó para ir a entablar negociaciones con los Estados Unidos, llegando hasta Nueva Orleans y regresa a México en 1816. Colaborador de Bustamante en “El Correo del Sur”. En 1821 fue llamado por Iturbide para establecer el periódico el “Mexicano Independiente”, que llegó a ser el órgano de la Revolución encabezada por el futuro emperador. Ministro de Relaciones Interiores y Exteriores con la Primera Regencia del 5 de octubre de 1821 al 11 de abril de 1822, con la Segunda del 11 de abril al 18 de mayo de 1822, y con Iturbide emperador del 19 de mayo al 10 de agosto de 1822. Diputado por Tlaxcala, Ministro de Justicia con Vicente Guerrero el 7 de abril de 1829, y con José María Bocanegra del 18 al 23 de diciembre de 1829. José Manuel de Herrera, el primer Ministro de Relaciones Exteriores de México, envió a la Secretaría de Estado de Washington la primera comunicación oficial emanada del México Independiente, y estableció las relaciones formales entre los dos países. Murió en la ciudad de México en 1831.

Alvaro Salazar Lozano.- Nació el 12 de octubre de 1933 en Huamantla. Médico Veterinario por la UNAM y licenciado en derecho por la Universidad Autónoma de Tlaxcala en 1980. Presidente Municipal de Huamantla de 1968 a 1970, impulsó la educación pública y se pavimentaron varias calles, por su iniciativa. En 1970, fue secretario general de la CNOP en Tlaxcala y director de la preparatoria “Trinidad Sánchez Santos” en 1973. Patrocinó la segunda edición de la Monografía de Huamantla de Pedro Martínez, en 1974, de 53 páginas con grabados. Desde 1959 director del Centro de Fomento Ganadero de Huamantla.

Ha publicado varios opúsculos como “Ganadería Tlaxcalteca”, Puebla, 1965. 20 páginas. “Ganado bovino de carne en Tlaxcala”, Embriotonía en bovinos, experimentación con ganadotropina en reproducción de los cerdos, donde expone sus experiencias que había realizado por primera vez en México sobre inseminación artificial en cerdos. El 8 de abril de 1975 Presidente del Comité Estatal del PRI, en 1978 diputado local, mediante su intervención el PRI patrocinó varios folletos de Luis Nava como: Homenaje Póstumo a las Mujeres Tlaxcaltecas, México 1975; “Principales Caudillos Revolucionarios de Tlaxcala”, 1977. Publicó “Anecdotario Huamantleco”, Tlaxcala, 1980, 86 páginas. Ha viajado por Europa, ha incursionado en el periodismo y en la radio. Miembro activo del Círculo Amigos de la Cultura de Huamantla, que preside Esteban Montiel.

Josefa Castelar.- Nació en Huamantla en el año de 1827, quedó huérfana muy niña y fue adoptada por don Francisco Castelar que vivía en la antigua calle de Arco. Siendo ya una adolescente empezó a trabajar en las casas acomodadas prestando sus servicios como doméstica. Mejor conocida como la mujer que arrojó de Huamantla a los gringos a cañonazos.

La calle que fue escenario de cuando las fuerzas americanas entraron a Huamantla se le llamó la “Calle del Tiro”, que recordó por muchos años el acto heroico de esta ilustre huamantleca que defendió su patria y su solar nativo infringiendo al enemigo invasor una de las bajas más contundentes. Posteriormente a esta acción, Josefa Castelar contrajo matrimonio con don José María Blancas y a los pocos años se trasladaron a la ciudad de Puebla donde murió.

Paulina Maraver Cortés.- Nació en 1867 en Huamantla, fueron sus padres don José María Maraver y la señora María Concepción Cortés, cuando contaba con seis años de edad, tuvo la desgracia de perder a su padre, hombre de gran patriotismo, que prestó sus servicios en la batalla del 5 de mayo de 1862.

Después de ejercer su magisterio en Palmar de Bravo de 1881 a 1884 y en vista de los informes que dieron las autoridades del lugar, le fue concedida una pensión por el gobierno del estado de Puebla para ingresar en la Escuela Normal, donde obtuvo el título de profesora normalista, el 11 de febrero de 1891. Inmediatamente tomó la dirección de la escuela de San Martín Texmelucan, Puebla y en 1891 pasó a la ciudad de Zacatlán, Pue., a hacerse cargo de la dirección de la escuela Juárez hasta 1893, fecha en que pasó a la ciudad de Puebla.

Dado el prestigio que como educadora se había ganado, dirigió sus esfuerzos al establecimiento de una escuela particular, en la que vio patentizadas las simpatías efectivas de las que gozaba con una matrícula satisfactoria. Lastimada por la despedida oficial hizo de su escuela un centro de amistad y partidismo, no tardando en adquirir los caracteres de una positiva Junta Revolucionaria de Mujeres.

El colegio particular se llamó “Enrique Pestalotzi” y se fundó en 1909. Se adhirió a la causa revolucionaria formando parte activa en el partido de Aquiles Serdán, quien le tenía gran estima, ya que siempre fue su consejera. Después de los acontecimientos del 18 de noviembre de 1910 la profesora Maraver siguió la causa y así se captó la confianza del General Emiliano Zapata.

Como era natural estas actividades no podían quedar ocultas y como ella celebraba frecuentes juntas en su propio domicilio, provocó su persecución en la época del General Huerta, que encarceló a sus familiares. Como consecuencia del atentado cometido en la persona del presidente de la República don Pascual Ortíz Rubio, sin justificación de ninguna especie la profesora Maraver fue encarcelada en la penitenciaría del Distrito Federal, no obstante que para esa fecha había dejado toda actividad política.

La gran educadora murió en la ciudad de Puebla el 28 de julio de 1954. Sus restos descansan en la rotonda destinada a los veteranos de la Revolución, cerca de la tumba hoy vacía de los hermanos Serdán en el Panteón Municipal.

Francisco Rosete Aranda.- Nació en Huamantla en el año de 1900. Formó parte de una familia dedicada al espectáculo de los títeres que alcanzó gran fama en nuestro país y en el extranjero desde 1835. A partir de esa fecha, la familia Aranda se entregó al difícil arte de titiriteros, dando vida a una compañía de autómatas. Su trabajo continuó hasta 1947, es decir, duró más de cien años.

La compañía en sus largas correrías se instalaba, ya sea en un gran teatro, o bien transitaba entre los montes y veredas para colocar su carpa en terrenos de alguna ciudad provinciana. Recorrieron muchos lugares cuando aún no había grandes carreteras. En ese tiempo se transportaban en carretas o en bestias de carga, sus enormes manteados, sus cajas de títeres y todas las cosas necesarias para montar el espectáculo.

Un día su padre lo sorprendió manipulando a los muñecos y lo regañó con fuerza, pues el deseo de su padre era que él estudiara una carrera y tomara un rumbo distinto. Con esa intención lo dejaron al cuidado de unos familiares en el estado de Hidalgo, en donde llegó a cursar hasta la preparatoria, pero su vida se desarrollo en la familia de artistas dedicados a los títeres.

Bernardo Báez.- Nació en el año de 1916, formando parte de una familia modesta. A los 24 años se inició en arte, de la confección de alfombras a base de flores, con el que ha logrado asombrar a miles de visitantes y admiradores. Es el más reconocido artesano de alfombras de flores de la feria de Huamantla, famosas en todo México y en algunos países del mundo.

“Una de las más grandes satisfacciones es que me haya abrazado el señor Salvador Allende, que era Presidente de Chile allá por el 1972, año en que vino a México. Días antes, fui llevado en helicóptero a sobrevolar los alrededores de Tequila, Jalisco, en busca del lugar adecuado para hacer el retrato de ese distinguido visitante. Fue el más grande trabajo que he hecho y él me felicitó personalmente. Yo estaba muy emocionado”.

Otra de las cosas que realiza muy bien es la pintura y, como distracción, trabaja en el campo: siembra frijol y maíz, tiene árboles frutales y rosales. Así se distrae y regresa a su casa con muchas ganas de pintar y hacer alfombras.

Ha hecho trabajos para algunas rancherías, como para líderes, funcionarios y ¡hasta presidentes de la República! ha viajado hasta Roma, donde hizo una alfombra copiando los dibujos de Miguel Angel (gran pintor italiano). Esta obra de arte se la dedicó al papa Juan Pablo II.

Los trabajos que recuerda con mucho cariño son los que ha hecho en el Estadio Azteca, en la Plaza de Toros México, así como en el Teatro de los Insurgentes y en el Palacio de los Deportes de la ciudad de México.

El trabajo que le ha dado más satisfacción es el que hizo en la Plaza de la Constitución en México, donde recuerda que ocupó tres toneladas de flor de Cempasúchitl y que le abrió las puertas para darse a conocer en un nivel internacional.

Leonarda Gómez Blanco.- La distinguida maestra Leonarda Gómez Bravo nació en Sotutoha Yucatán el 21 de diciembre de 1900. Hija del silvicultor Mariano Gómez y de Emelia Blanco Cardenia. Su abuelo fue jefe político en la región y maestro autodidacta quien la impulsó por los nobles caminos del magisterio.

La niña Leonarda Gómez Blanco aprendió la lengua maya y las primeras letras de su inteligente madre, quien la inscribió a los seis años como alumna de la escuela “La Mejorada” de la ciudad de Mérida Yucatán. Posteriormente ingresó al Instituto Literario donde había estudiado su mamá y que años más tarde se transformaría en la Escuela Normal para Señoritas. Siguió sus estudios de educación preescolar en la Escuela de Educadoras de Mérida Yucatán. Aquí hace amistad con la lidereza Rosa Torres González y con Carmen Gosgaya, quienes la introducen con Elvira Carrillo Puerto.

Este grupo de entusiastas jóvenes coadyuvarían a la fundación del Partido Socialista del sureste, donde germinarían las enseñanzas del sonorense general Salvador Alvarado y de Felipe Carrillo Puerto.

La joven educadora se liga a la Revolución Mexicana enseñando las primeras letras a los soldados yaquis del general Urbanejo en la primaria que se establece en el cuartel de San Sebastián de su natal Yucatán. De ahí se incorpora como maestra a la Escuela Primaria Juan N. Alvarez del barrio de San Juan en Mérida.

En 1930 Tlaxcala la adopta como una de sus hijas predilectas, cuando llega a Ixtacuixtla para enseñar a los infantes de esta población en su escuela primaria. Después llegaría a la confluencia de los ríos Atoyac y Zahuapan donde con humildad franciscana se convierte en simple alumna de la Misión Cultural de la población. Se prepara como maestra misionera y con la vocación que traía del Partido Socialista del sureste va a Ixtlan, la tierra de Benito Juárez, donde se enamora de un destacado tlaxcalteca el Profr. Francisco Hernández y Hernández. A ambos los une la pasión por México, por la educación, por los campesinos y por los indígenas.

La misionera de la enseñanza, fue a Campeche donde fue nombrada directora interina de educación federal. La Secretaría de Educación Pública reconociendo sus méritos la nombra subjefa de educación audiovisual en el Departamento de Misiones.

Pero la inquieta educadora quiere volver al contacto directo con los campesinos y con los indígenas. Nuevamente es maestra misionera y profesora en la Escuela Regional Campesina de el Mexe en el Valle del Mezquital en el estado de Hidalgo. Su prestigio entre sus alumnos campesinos crece, y es llamada como profesora a la Escuela Regional Campesina de Tamatán Tamaulipas. Los veracruzanos de la huasteca quieren recibir sus enseñanzas y nuevamente emigra hacia esa región, donde imparte sus conocimientos.

Su experiencia en las escuelas normales rurales se consolida durante su estancia en la Escuela Normal de Jalisquillo Nayarit. Pero la maestra Leonarda Gómez Blanco quiere regresar a Tlaxcala, la tierra que la adoptó, y se dedica en cuerpo y alma a la formación de varias generaciones de profesores normalistas en la Escuela Normal Rural de Soltepec en Huamantla.

Los años de experiencias en diferentes normales rurales, las lecturas maduras y el estudio permanente de los clásicos y de los autores modernos de la pedagogía y de la técnica de la enseñanza, pero sobretodo el sentido social de la escuela rural mexicana, le dan a la cátedra que sustentó la maestra Leonarda Gómez, la calidad de forjadora de muchas generaciones tlaxcaltecas.

MONUMENTOS HISTÓRICOS

Exconvento de San Luis. La construcción de este convento franciscano se terminó hacia 1585. Parte del conjunto arquitectónico es la Capilla Abierta de San Luis, caracterizada por sus grandes dimensiones y cuya estructura consta de cinco arcos de medio punto, sostenidos por columnas toscanas de capitel dórico, con doble crujía.

El Templo, que hoy se conoce también con el nombre del Señor del Desposo, fue concluido a fines del siglo XVII, y tiene una fachada de estilo barroco de características sencillas. El primer cuerpo de la portada tiene un arco de medio punto, y el segundo alberga un nicho, la escultura de San Antonio, flanqueada por los escudos de la orden franciscana. La torre es de cantera y luce en sus dos cuerpos esbeltas columnas salomónicas. Capilla abierta del Convento de San Luis. En el interior sobresale el retablo principal de estilo churrigueresco con relieves antropomorfos. A lo largo de los muros están distribuidos retablos de estilo neoclásico con óleos sobre tela. En el monasterio, el claustro ha sido remodelado a través del tiempo; sin embargo, es posible distinguir algunos elementos originales como las columnas toscanas del claustro bajo y las del alto con capitel ornamentado. Como parte del conjunto, se levanta una pequeña construcción conocida como la Capilla de la Tercera Orden, cuya portada es sumamente sobria y desprovista de elementos decorativos. En su interior, el sotocoro y coro muestran pinturas antiquísimas al óleo. Destaca el retablo mayor, de estilo barroco y las pinturas en los muros laterales.

La Parroquia de San Luis. Data de la época colonial, su fachada está decorada con cantera gris y una serie de nichos ocupados por esculturas realizadas en alabastro, conserva una sola torre y una pequeña espadaña. En el interior se conservan pinturas sobre lienzo con la técnica al óleo, la mayoría de autores anónimos. Los retablos barrocos son de gran valor artístico y están dedicados a la Virgen María y Jesucristo. Sobresale una pintura con la imagen de la Virgen de Guadalupe, cuya autoría se le atribuye al famoso pintor Miguel Cabrera quien fue fundador de la academia de pintura mexicana “Sor Juana Inés de la Cruz”.

El Museo Nacional del Títere. Famoso por su originalidad y reconocido en Latinoamérica. Ubicado en antigua casona del siglo XVIII. El museo esta dividido en ocho salas: la primera muestra algunos ejemplares de la India, Indonesia, y el sureste de Asia, de los llamados Wayang Kulit, Wayang Golek y Wayang Klutik. La segunda sala está dedicada a los títeres de occidente, sobresaliendo el neuro pastas de Grecia, el maccus de Roma, el punch y judy de Inglaterra, además se aprecia un mapa donde se señalan los países que tienen antecedentes de títeres.

La sala tres exhibe algunas piezas articuladas de origen prehispánico encontradas en las zonas arqueológicas de Cacaxtla y Xochitécatl. La sala cuatro tiene una valiosa colección de títeres de la primera época de la famosa compañía “Rosete Aranda”, que tuvo sus orígenes en esta ciudad en 1935, para concluir las funciones de la compañía en 1913, la cual llego a contar con 5 040 piezas.

La segunda época de la compañía se muestra en la sala cinco, que va desde la adquisición de la compañía por Carlos Espinal, incursionando así los títeres Rosete Aranda en el cine y la televisión, dando en 1958 su última función. La sala seis presenta la época de oro del teatro guiñol mexicano (1932) destacando titiriteros como Germán y Lola Cueto, Angelina Beloff y Roberto Lago, entre otros, dando origen a grupos como el Nahuátl, Rin Rin y Comino. La sala siete tiene ejemplares de hilo y de guante, creados y donados por Donald Cordry de Estados Unidos. En la sala ocho se exhiben ejemplares del norte de España y sur de Francia, que transportan al mundo mágico de los carnavales de la región Vasca.

Antigua Casa Cural.- Construida entre los siglos XVIII y XIX, posteriormente fue el famoso Colegio Juana de Arco. Actualmente alberga el Centro Cultural Huamantla, se compone de ocho salas en las que se imparten talleres diversos y exposiciones temporales.

Palacio Municipal. Guarda en el interior un mural que narra la fundación de la ciudad realizado por el maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin, una reproducción en relieve del Códice de Huamantla y una galería donde muestra una serie de fotografías de los presidentes municipales. Patio del centro cultural Huamantla.

Parque Juárez o Plaza Central. En la parte central hay un kiosco construido en los primeros años de este siglo.

Museo Taurino. Anexo a la plaza de toros “La Taurina”, muestra en maquetas las principales plazas de toros del país y la historia de la tauromaquia en esta localidad, además de carteles del siglo pasado, suntuosos trajes de luces, muletas, capotes, banderillas y notas periodísticas de toreros renombrados de Tlaxcala Kiosko del parque Juárez.

HACIENDAS

San Cristóbal Lagunas.- Su construcción se llevó a cabo en varias etapas que van del siglo XVIII, XIX y parte del siglo XX. Era utilizada para la agricultura y ganadería, esta hacienda está dividida en dos predios; su régimen de propiedad es privado, su fachada principal es de aplanado blanco, sus muros están elaborados con piedra y adobe, las cubiertas son de viguería de madera con teja y viguería de madera con ladrillo terrado; la forma de su cubierta es plana de un sólo nivel y el ancho de sus muros es de 70 cms.

La hacienda cuenta con: troje, machero, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales.

El Balcón.- La época de construcción es del porfiriato. La fachada principal es de aplanado blanco, sus muros están elaborados con piedra y adobe, las cubiertas de la hacienda se elaboraron con viguería de madera con tejamanil, la forma de la cubierta es plana, es de un sólo nivel, y el ancho de los muros es de 80 cms.

Esta hacienda contaba con una troje, tinacal, machero, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales.

Santa Bárbara.- Su construcción data de los siglos XVIII y XIX. La fachada principal es de aplanado blanco, tiene muros construidos en piedra, adobe y tabique, las cubiertas de la hacienda son de viguería de madera con solera, la forma de las cubiertas es plana, la construcción es de un sólo nivel y sus muros son de un espesor de 70 cms., el régimen de propiedad es privado.

Esta hacienda cuenta con: troje, macheros, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales, la hacienda se construyó sobre una zona montañosa y se localiza sobre la carretera Huamantla-Apizaco, por el kilómetro 8.2 por el desvío a la colonia Chapultepec.

La Compañía.- Se construyó en cuatro épocas, siglo XVII, XVIII, XIX y el porfiriato. La fachada principal de esta hacienda es aplanado de color amarillo, los muros se construyeron con piedra y adobe, los entrepisos están hechos de viguería de madera con tejamanil, así como también las cubiertas, la forma del entrepiso y la cubierta es plana, esta construcción cuenta con 2 niveles, el ancho de los muros es de 70 cms. La hacienda contaba con troje, tinacal, macheros, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales, esta hacienda se construyó en un valle. Se localiza sobre la carretera Huamantla-Nicolás Bravo, por el kilómetro 2.8 en la localidad de La Compañía.

Guadalupe.- Construida durante el porfiriato. Los muros de esta hacienda se elaboraron con material de piedra, la cubierta se elaboró con adobe y ladrillo, la forma de la cubierta es plana, es de un sólo nivel y sus muros tienen un espesor de 70 cms.

La hacienda contaba con una troje, machero, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales. Estas instalaciones se construyeron sobre un valle, se localiza por el camino de terracería Huamantla a Guadalupe de sur a norte por el kilómetro 4, en la localidad de Guadalupe.

San Francisco Soltepec.- La época de su construcción data de los siglos XVIII, XIX, el porfiriato y XX. Esta hacienda fue restaurada, actualmente su infraestructura se usa como restaurante–bar, está ubicado en la casa principal, la cual se conserva en excelente estado.

Su fachada principal es de forma plana, color amarillo, sus muros están hechos de piedra y adobe, su cubierta es plana y está hecha en viguería de madera con tejamanil, es de un sólo nivel y sus muros tienen un espesor de 70 cms.

Contaba con una troje, tinacal, machero, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales. El principal tipo de producción era agrícola, ganadera y pulquera.

San Diego Notario.- Esta hacienda se encuentra en ruinas y fue construida en los siglos XVIII y XIX, las instalaciones fueron otorgadas por el gobernador en propiedad a los ejidatarios.

Su fachada principal es aplanada en color blanco, los muros que la sostienen son de piedra y adobe, su cubierta esta hecha en viguería de madera y tejamanil, está elaborada de forma plana, es de un sólo nivel y los muros tienen un espesor de 80 cms. La principal producción fue agrícola, ganadera y pulquera.

Los espacios con que contaba esta hacienda fueron: troje, tinacal, machero, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales.

San Martín Notario.- La época de construcción data del siglo XVIII y el porfiriato. La fachada principal es aplanado, los muros que la sostienen están hechos de adobe y piedra, su cubierta es plana y está hecha en viguería con tejamanil, es una construcción de dos niveles y los muros tienen un ancho de 80 cms., es de propiedad privada, El principal tipo de producción era agrícola y ganadera. Vista lateral de la entrada principal de la hacienda San Martín Notario.

Los espacios que tenia son los siguientes: troje, machero, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales.

El Molino.- La época de su construcción fue durante el siglo XIX. La fachada principal es aplanado blanco y los muros que la sostienen son de piedra y tabique, es de un sólo nivel, el régimen de propiedad es privado, los espacios con que cuenta son: capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales.

La Natividad.- La época de construcción fue en los siglos XVIII y XIX, la principal producción de la hacienda fue agrícola. Los sitios que la conformaban son: troje, machero, establo, capilla, calpanerías y corrales, esta hacienda está construida sobre una zona montañosa.

La fachada es de aplanado blanco y sus muros fueron hechos de piedra y adobe, los entrepisos son de viguería, madera y terrado; la cubierta es de viguería de madera con tejamanil, la forma del entrepiso y de la cubierta son planas, la parte principal es de dos niveles, y el ancho de los muros es de 80 cms.

San Francisco Tecoac.- La época de construcción fue del siglo XIX, la principal actividad fue la agricultura, los espacios que tiene son: la troje, machero, capilla, calpanerías y casa de huéspedes

Esta construcción tiene una fachada de aplanado color blanco, los muros que sostienen esta construcción fueron hechos de piedra y adobe, la cubierta esta hecha de viguería de madera con solera, lo mismo que su fachada, también es plana cuenta con un sólo nivel, los muros tienen un espesor de 80 cms., la hacienda es de propiedad privada.

San Miguel Báez.- La época de su construcción fue durante el siglo XIX, la principal actividad era la agricultura, los espacios que había en su interior eran la troje, machero, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales.

La fachada principal es de aplanado color blanco, los muros son de piedra y adobe, también la cubierta es plana y está hecha en viguería de madera, de tejamanil y solera. La hacienda es de un sólo nivel, los muros tienen un espesor de 80 cms., y es propiedad privada.

Santa Ana Ríos.- La época de construcción data durante los siglos XVIII y XIX. La fachada principal es aplanado blanco, de un sólo nivel y es propiedad privada, los muros están hechos de piedra y adobe, las cubiertas están hechas de madera y ladrillo, es plana y el sistema que se empleó fue viguería de madera y ladrillo terrado.

Los espacios con que cuenta son: troje, machero, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales, la actividad principal era la agricultura.

Santiago Brito.- Fue construida en el siglo XIX. La hacienda cuenta con una fachada de aplanado blanco, los muros que tiene fueron elaborados con piedra, ladrillo y adobe, la cubierta es plana y fue hecha con viguería de madera con solera. Es de un sólo nivel y sus muros tienen un espesor de 80 cms., al centro de la casa principal tiene una fuente y por la parte noreste se encuentra la capilla y un lienzo charro y tentadero. Las instalaciones son propiedad privada.

Los sitios que tiene son: troje, machero, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales. Las actividades eran agrícolas. La hacienda se construyó en un valle, el cual está localizado por la carretera Huamantla – Apizaco a la altura del kilómetro 4.8 por la desviación norte sur 3er., kilómetro en la localidad de Santiago Brito.

Santo Domingo.- Esta hacienda se construyó en el siglo XIX. La forma de la fachada principal y de la cabecera son aplanado, ésta última está hecha en viguería de madera, los muros están hechos en piedra, ladrillo y adobe, el ancho de los muros es de 70 cms., en la parte central cuenta con una fuente. La hacienda es propiedad privada.

Los espacios que tiene son los siguientes: troje, machero, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales, su producción era agrícola y ganadera, se edificó en un valle, el cual está localizado por el camino Xicohténcatl-Benito Juárez, a la altura del kilómetro 1.5 en la localidad de Santo Domingo.

Xalpatlahuaya.- Su construcción abarcó los siglos XVIII y XIX, su principal producción era agrícola, ganadera y pulquera. Los espacios que componen a la hacienda son: troje, machero, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales. Esta hacienda tiene el régimen de propiedad ejidal y privado, las calpanerías se han dividido a la mitad, una corresponde a la escuela veterinaria de la U.A.T., y la otra es para los ejidatarios, lo que origina que por parte de la escuela remodelen las casas.

Por lo que corresponde a la hacienda, en general tiene una fachada de aplanado blanco, los muros están hechos de piedra y adobe, los entrepisos son de viguería de madera con tejamanil y tanto la forma de los entrepisos como de la cubierta son planas, la hacienda cuenta con dos niveles de construcción y un espesor de 70 cms., en sus muros.

San Antonio Atenco.- La época de construcción corresponde al porfiriato. Esta hacienda aún conserva gran parte de su estructura original, sin embargo ya tiene algunas modificaciones con estructuras de acero y lámina metálica, así como divisiones de block.

La fachada principal es aplanado blanco, los muros están hechos de piedra y adobe y tienen un espesor de 80 cms., es de un sólo nivel y la cubierta es de viguería de madera con tejamanil, además de que la cubierta es plana. El principal sistema de producción fue el agrícola, ganadero y pulquero. Los espacios con que cuenta son: troje, tinacal, machero, establo, capilla, calpanerías y casa del hacendado.

Xonecuila.- La época en que fue construida fue durante el porfiriato. Actualmente esta hacienda se encuentra en remodelación, por lo que ha sufrido cambios en sus cubiertas originales por concreto, también en el recubrimiento tiene una estructura de acero con lámina. La fachada principal es de aplanado blanco, los muros son de piedra y adobe, tienen un espesor de 70 cms., la hacienda es de un sólo nivel y el régimen de propiedad es privado, su cubierta es plana y se construyó en viguería con solera y concreto.

La producción de esta hacienda fue ganadera, agrícola y pulquera, los sitios con que contaba son: troje, tinacal, machero, establo, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales.

San Pedro El Batán.- La hacienda fue construida en los siglos XVIII y XIX, tiene una fachada de aplanado color blanco, los muros tienen un espesor de 80 cms., y están elaborados en piedra y adobe, es propiedad privada. Los espacios con que contaba son: la troje, machero, establo, capilla, calpanerías y casa del hacendado; la principal producción era agrícola.

OBRAS DE ARTE

Las más representativas en lo que se refiere a pinturas, son los murales localizados en el Palacio Municipal. Y en la entrada a Huamantla la escultura en bronce dedicada a la afición taurina de la región.

FIESTAS POPULARES

Del 1º de agosto al 15 de agosto de cada año, se celebra la feria de Huamantla, en honor a la Virgen de la Caridad.

Da inicio la celebración el 1º de agosto. Diariamente se ofician misas a las 8 horas y rosarios a las 18 horas, recepción de peregrinaciones de los barrios y colonias de Huamantla, poblaciones de Tlaxcala y

de otros estados.

El día 31 de julio en la basílica de la Caridad se confecciona la primera alfombra de flores, se queman fuegos artificiales y hay una serenata.

Del 1º al 15 de agosto, diariamente hay elaboración de alfombras de aserrín y de flores en el atrio de la iglesia de la Caridad. Inician a las 7 de la noche y terminan la alfombra entre 4 y 5 de la madrugada. Antes y después de elaborar la alfombra hay quema de cohetes. Algunas veces las alfombras se confeccionan hasta el día 22 que es la Octava de la Virgen.

El día 14 de agosto es el día principal y “Se conoce como la noche que nadie duerme”. Entre las 10 y 11 de la mañana los habitantes del poblado empiezan a iluminar y a adornar las calles con diferentes arreglos de distintos materiales.

Entre las 17 y 18 horas se empiezan a elaborar los extraordinarios tapetes de aserrín multicolor y flores a lo largo de las principales calles (cuatro kilómetros. aproximadamente) por dónde pasará la procesión de la Virgen de la Caridad.

A las 20 horas, peleas de gallos en el palenque improvisado. A la medianoche, se oficia misa solemne en la basílica de la Caridad. Después de la misa, es la cascada de fuegos pirotécnicos que cae de la fachada principal del templo.

El 19 de agosto al medio día es la tradicional Huamantlada la cual se realiza en calles y callejones tradicionales de la ciudad.

ARTESANÍAS

El municipio de Huamantla ha alcanzado fama a nivel nacional e internacional, por el diseño y la elaboración de alfombras de aserrín y flores, trenzado de hilo macramé con el que diseñan maceteros, rebozos, carpetas, manteles, bolsas, monederos, morrales y capas.

POBLACIÓN

Los procesos de poblamiento son resultado de la dinámica demográfica que experimenta la comunidad. Por ello, en este apartado, se realiza un breve examen de tal dinámica, mediante el análisis de las principales variables demográficas, como son la población total, la tasa de crecimiento, la de natalidad y mortalidad que determinan el crecimiento natural de la población, a sí como la densidad de población.

De acuerdo con datos del XIII Censo General de Población y Vivienda, 2010. INEGI, la población del municipio de Huamamtla es de 84 979 habitantes, lo que representa el 7.3 por ciento de la población total del estado que es de 1 169 936 habitantes. Es importante señalar que es el segundo municipio más grande de la entidad, después de Tlaxcala con una población de 89 795 habitantes, superando a los municipios de Apizaco con una población de 76 492 habitantes y Chiautempan con 66 149 habitantes. La pirámide de edades es un indicador que muestra el comportamiento de la población por edades. Ahora bien, la información sobre la población por edades, indica que el municipio tiene una población joven, es decir, que los grupos de menor edad son de mayor tamaño que los que le preceden.

 
PIRÁMIDE DE EDADES
 
POBLACIÓN POR SEXO 2010
CONCEPTO
TOTAL
HOMBRES
MUJERES
ESTATAL
1 169 936
565 775
604 161
MUNICIPAL
84 979
41 296
43 683
Fuente:
SPF Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
INEGI. XIII Censo General de Población y Vivienda, 2010.
 
TASA DE CRECIMIENTO
La tasa de crecimiento media anual es un indicador que muestra la evolución de la población, relacionando el crecimiento natural con el social y su conocimiento permite establecer estrategias demográficas en un espacio geográfico determinado.
 
TASA DE CRECIMIENTO MEDIA ANUAL
PERIODO
ESTADO
MUNICIPIO
2000 - 2010
1.91
2.40
Fuente:
SPF Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
INEGI. XIII Censo General de Población y Vivienda, 2010.
 
DENSIDAD DE POBLACIÓN
Para el año del 2010, el municipio registró una densidad de 249.89 habitantes por kilómetro cuadrado. Lo que le ubica como uno de los municipios con menor densidad de la población en el estado.
 
DENSIDAD DE POBLACIÓN 2015
CONCEPTO
POBLACIÓN
SUPERFICIE(Km2)
DENSIDAD(HAB/KM2)
ESTATAL
1 169 936
3 987.943
293.37
MUNICIPAL
84 979
340.065
249.89
Fuente:
SPF Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
INEGI. XIII Censo General de Población y Vivienda, 2010.
 
TASA DE NATALIDAD
La tasa de natalidad es un cociente resultante de la relación entre el número de niños nacidos vivos en el 2018 por cada 1 000 habitantes y la población total del 2010. Este indicador muestra el comportamiento natural de la población y hoy nos permite conocer también el desarrollo de los procesos de planificación familiar.
 
TASA DE NATALIDAD 2018
CONCEPTO
POBLACIÓN
NACIMIENTOS
TASA a/
ESTATAL
1 330 143
24 842
19
MUNICIPAL
96 859
2 011
21
a/
Fuente:
Por cada 1 000 habitantes.
SPF Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
INEGI. Dirección General de Estadística; Dirección General Adjunta de Integración e Inventarios Estadisticos. CONAPO, Consejo Nacional de Población (Proyecciones de población a mitad de cada año).
 
TASA DE MORTALIDAD GENERAL Y MORTALIDAD INFANTIL
La tasa de mortalidad general es el número de defunciones en el 2018, por cada 1 000 habitantes, y la tasa de mortalidad infantil, es el resultado del número de defunciones ocurridas entre los niños menores de un año por cada 1 000 niños nacidos vivos. Estos índices son útiles para conocer la proporción en que ocurren las defunciones, ya que su comportamiento es un indicador de las condiciones de bienestar del municipio.
 
TASA DE MORTALIDAD GENERAL 2018
CONCEPTO
POBLACIÓN
DEFUNCIONES
TASA a/
ESTATAL
1 330 143
6 806
5
MUNICIPAL
96 859
427
4
a/
Fuente:
Por cada 1 000 habitantes.
SPF Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
INEGI. Dirección General de Estadística; Dirección General Adjunta de Integración e Inventarios Estadisticos. CONAPO, Consejo Nacional de Población (Proyecciones de población a mitad de cada año).
 
TASA DE MORTALIDAD INFANTIL 2018
CONCEPTO
NACIMIENTOS
DEFUNCIONES DE MENORES DE UN AÑO
TASA a/
ESTATAL
24 842
289
12
MUNICIPAL
2 011
31
15
a/
Fuente:
Por cada 1 000 habitantes.
SPF Dirección de Planeación y Evaluación Datos proporcionados por:
INEGI. Dirección General de Estadística; Dirección General Adjunta de Integración e Inventarios Estadisticos.
EMPLEO

Para el año del 2015, la población de 12 años y más en el municipio de Huamantla fue de 69 702 habitantes, ocupando la Población Económicamente Activa una participación del 48.5 por ciento, mientras la Población Económicamente Inactiva representaba el 51.4 por ciento. La Población Económicamente Activa (PEA) es el total de personas de 12 años y más en edad de trabajar que se encuentran ocupados y desocupados.

En los últimos años Huamantla ha experimentado una profunda transformación de sus sectores productivos. Las estadísticas que ofrece la Encuesta Intercensal 2015 reflejan que del total de la Población Ocupada fue de 32 114 y la desocupada con una población total de 1 712 en el municipio.

Respecto a los asegurados totales registrados para el municipio en el 2015, el IMSS reportó un total de 7 387 trabajadores donde 6 347 son permanentes, 1 028 son eventuales urbanos y 12 eventuales del campo.

 

DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN POR CONDICIÓN DE ACTIVIDAD 2015

POBLACIÓN
CANTIDAD
POBLACIÓN DE 12 AÑOS Y MÁS 69 702
ECONÓMICAMENTE ACTIVA 33 826
    OCUPADA 32 114
    DESOCUPADA 1 712
ECONÓMICAMENTE INACTIVA 35 799
    PENSIONADOS O JUBILADOS -
    ESTUDIANTES -
    QUEHACERES DEL HOGAR -
    OTRO TIPO -
NO ESPECIFICADAS 77
FUENTE:

a/
SPF. Dirección de Planeación. Datos proporcionados por:
INEGI. Encuesta Intercensal, 2015.
Comprende: Personas con alguna limitación física o mental permanente que les impide trabajar y personas en otras actividades no económicas.
VIVIENDA

La vivienda es un factor importante para alcanzar el bienestar de la población. Contar con un espacio físico resulta un elemento vital para la integración familiar que se traduce en el sano desarrollo de la comunidad.

Según datos de la Encuesta Intercensal 2015. El municipio de Huamantla contaba con 20 858 viviendas particulares habitadas y un total de 92 851 ocupantes, con un promedio de 4.5 ocupantes por vivienda.

 
TOTAL DE VIVIENDAS Y SUS OCUPANTES 2015
CONCEPTO
CANTIDAD
TOTAL DE VIVIENDAS
20 858
OCUPANTES EN VIVIENDAS PARTICULARES
92 851
Fuente:
SPF Dirección de Planeación e Informática. Datos proporcionados por:
NEGI. Encuesta Intercensal 2015
 

Los servicios de las viviendas en su interior constituyen un elemento especial para el bienestar de la sociedad. Para el 2015, 19 692 viviendas contaban con drenaje, 20 634 con energía eléctrica y con agua entubada 20 631.

 
VIVIENDAS PARTICULARES HABITADAS QUE DISPONEN
DE AGUA ENTUBADA, ENERGÍA ELÉCTRICA Y DRENAJE
2015 (Porcentaje)
CONCEPTO
CANTIDAD
PORCENTAJE
VIVIENDAS QUE CUENTAN CON DRENAJE
19 692
94.4
VIVIENDAS QUE CUENTAN CON ENERGÍA ELÉCTRICA
20 634
98.9
VIVIENDAS QUE CUENTAN CON AGUA ENTUBADA
20 631
98.9
Fuente:
SPF Dirección de Planeación e Informática. Datos proporcionados por:
NEGI. Encuesta Intercensal 2015
 

En el municipio de Huamantla se han realizado diferentes acciones de vivienda del sector público por programa, en el 2018 se otorgaron 842 créditos a la vivienda en el municipio.

CRÉDITOS PARA VIVIENDA POR ORGANISMO 2018

CONCEPTO
CRÉDITOS
BANCA 81
CFE 1
BANJERCITO 1
CONAVI 114
FONHAPO 371
FOVISSSTE 29
INFONAVIT 229
ISSFAM   1
SHF 15
NOTA:

FUENTE:
El término "créditos para vivienda" conceptualiza en una sola referencia las diferentes modalidades de vivienda y líneas de crédito que realizan y otorgan.
SPF Dirección de Planeación e Informática. Datos proporcionados por:
CONAVI.
SALUD
 
La salud es una condición básica para la óptima calidad de vida, para que las personas puedan enfrentar los retos de su desarrollo y aprovechar las oportunidades que el entorno les brinda. Así, los esfuerzos en la prevención, curación y rehabilitación han sido permanentes. La colaboración interinstitucional ha permitido satisfacer la demanda con oportunidad, calidad y calidez.

Los servicios que tiene el municipio para hacer frente a la demanda de salud en el sector público son a través de instituciones de Seguridad Social y de Asistencia Social cómo son IMSS, ISSSTE, Módulo Médico del Gobierno del Estado, OPD Salud de Tlaxcala, el OPD SEDIF y el Centro de Rehabilitación Integral.

La infraestructura de salud esta integrada por un hospital general, 9 centros de salud rural y un centro de salud urbano, además de contar con 3 unidades moviles del OPD Salud de Tlaxcala y un centro nueva vida que estan instalados y prestan servicio en 10 localidades; una unidad de medicina familiar de consulta externa del IMSS así como también dos unidades del IMSS-PROSPERA, una unidad del ISSSTE y tres unidades médicas del OPD SEDIF.

La población derechohabiente del municipio que esta registrada para recibir los servicios del sector salud, durante el año 2018 el ISSSTE registró 6 100, el Módulo Médico que depende del gobierno del estado benefició a 571 personas de este municipio y el IMSS registró a nivel estatal un total de 449 188 derechohabientes, la información no se tiene disponible por municipio por motivo de revisión de cifras.
 
POBLACIÓN DERECHOHABIENTE
huamantla
 

UNIDADES MÉDICAS, RECURSOS HUMANOS Y MATERIALES
Y SERVICIOS OTORGADOS EN EL SECTOR SALUD 2018

CONCEPTO
SEGURIDAD SOCIAL
ASISTENCIA SOCIAL
IMSS

IMSS

PROSPERA

ISSSTE
MÓDULO
MÉDICO DEL
GOBIERNO
DEL ESTADO
OPD SA-
LUD DE TLAX-
CALA
OPD
SEDIF
CRI
UNIDADES MÉDICAS
 
 
 
 
 
 
 
SEGUNDO NIVEL
-
-
-
-
1
-
-
PRIMER NIVEL
1
2
1
-
14
2
-
RECURSOS HUMANOS              
MÉDICOS
15
3
4
-
118
3
-
   ENFERMERAS
10
1
4
-
174
2
-
PERSONAL DE SERVICIOS AUXILIARES DE DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO a/
-
-
-
-
25
8
-
RECURSOS MATERIALES              
CONSULTORIOS
4
1
3
-
53
3
-
CAMAS CENSABLES
-
-
-
-
45
-
-
CAMAS NO CENSABLES
1
-
-
-
39
-
-
SALAS DE EXPULSIÓN
-
-
-
-
1
-
-
SALA DE URGENCIA
-
-
-
-
1
-
-
QUIRÓFANO
-
-
-
-
2
-
-
LABORATORIO
-
-
-
-
1
-
-
GABINETE DE RADIOLOGÍA
-
-
-
-
1
-
-
UNIDAD DENTAL
-
-
1
-
8
-
-
EQUIPO DE RAYOS X
-
-
-
-
1
-
-
RAYOS X DENTAL
-
-
-
-
7
-
-
ELECTROCARDIOGRAFOS
-
-
-
-
1
-
-
EQUIPO DE ULTRASONIDO
-
-
-
-
1
-
-
INCUBADORAS
-
-
-
-
1
-
-
FARMACIAS
1
-
1
-
11
-
-
AMBULANCIAS
1
-
-
-
3
-
-
COBERTURA DE SERVICIO              
   POBLACIÓN ASEGURADA
ND
-
1 270
ND
NA
NA
NA
   POBLACIÓN BENEFICIADA
ND
-
4 830
571
NA
NA
NA
POBLACIÓN USUARIA
27 297
13 338
-
ND
39 418
7 123
b/ -
SERVICIOS OTORGADOS              
PARTOS ATENDIDOS
-
-
-
-
1 905
-
-
ABORTOS REGISTRADOS
-
-
-
-
222
-
-
INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS
-
-
-
-
1 463
-
-
EGRESOS HOSPITALARIOS
-
-
-
-
5 655
-
-
PLÁTICAS DE EDUCACIÓN PARA LA SALUD
2 085
169
302
-
1 160
84
-
CONSULTAS DE PLANIFICACIÓN FAMILIAR
184
81
2 704
-
12 478
99
-
SESIONES DE TRATAMIENTO
-
-
-
-
-
8 704
b/ 3 122
ESTUDIOS DE DIAGNÓSTICO
-
-
-
-
52 960
-
b/ 160
DOSIS DE BIOLÓGICOS APLICADOS
8 946
2 726
1 653
-
65 141
-
-
a/
Comprende: personal de radiología, anesteciologo, laboratorio, químico, farmacobiologo, psicólogos, terapia física y educación especial.
b/
El dato se reporta por municipio de residencia habitual, pero la población usuaria, las consultas, las sesiones y los estudios se practicaron en la sede del CRI en Apizaco.
FUENTE:

SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
IMSS. Delegación en el Estado. Jefatura de Servicios de Finanzas. Oficinas de Estadística y Análisis de la Información.
ISSSTE. Delegación en el Estado.
Oficialía Mayor del Gobierno del Estado. Módulo Médico.
OPD Salud de Tlaxcala. Dirección de Planeación.
OPD SEDIF. Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia, Dirección General. Dirección de Programación, Organización y Gestoría.

Centro de Rehabilitación Integral.

 
CONSULTAS EXTERNAS
Referente a la atención médica, para 2018 se otorgaron un total de 217 342 consultas externas distribuidas por las instituciones de Asistencia y Seguridad Social de la siguiente manera:
huamantla
EDUCACIÓN

A través de generación tras generación la Educación se cataloga como un proceso sistemático de bienes culturales, costumbres y tradiciones de una comunidad, estado o nación. Y para saber la base del conocimiento académico en este caso del municipio de Huamantla se muestra su infraestructura educativa en escuelas, alumnos, personal docente y aulas.

 
INFRAESTRUCTURA ESCOLAR

La infraestructura escolar en el municipio de Huamantla, se integra con 188 escuelas de todos los niveles educativos desde los Educación Especial hasta el nivel Superior en el ciclo 2018/19. De este total, 157 son escuelas Públicas y 31 colegios Particulares. En cuanto a los planteles educativos Públicos, la mayoría pertenecía a escuelas de Preescolar y Primaria, sumando un total de 116 escuelas. Los 31 colegios particulares están integrados 10 en el nivel de Preescolar, 6 en Primarias, 5 en Secundarias, 8 en el Nivel Medio Superior y 1 en el nivel Superior. En el nivel CENDI-DIF y SEDESOL y Preescolar se contemplan un total de 76 escuelas donde 65 corresponden a escuelas Públicas y 11 Particulares.

En Educación Especial contempla 8 escuelas donde 7 pertenecen a USAER Federal Transferido y un CAM Federal Transferido.

En el nivel Básico se considera un total de 58 escuelas Primarias, 17 pertenecen al sostenimiento Estatal, 28 al Federal Transferido, 5 CONAFE Federal 2 Federal Transferido Estatal y 6 Particulares. En el nivel Secundaria concentra 31 centros educativos, correspondiendo 4 al sistema General Federal Transferido, 5 Secundarias Particulares, 6 Telesecundarias Transferidas, 7 Tele secundarias Estatales, 4 Técnica Industrial Federal Transferida y 5 Secundarias Comunitarias. En referencia al nivel Medio Superior el municipio cuenta con 13 planteles 1 CBTIS Federal, 8 Particulares, 1 Colegios de Bachilleres Estatal, 2 EMSAD Estatal y 1 Telebachillerato Comunitario.

El Municipio cuenta con 2 Instituciones del nivel Superior como la Universidad Tecnológica de Tlaxcala de tipo Estatal con Ingenierías y Técnico Superior Universitario, y el Instituto Franciscano de Oriente de tipo Particular con Licenciatura.

 
INFRAESTRUCTURA ESCOLAR A INICIO DE CURSOS 2018/19
SOSTENIMIENTO
ESCUELAS PÚBLICAS ESCUELAS PRIVADAS
EDUCACIÓN ESPECIAL 8 -
CENDI-DIF Y SEDESOL 17 1
PREESCOLAR 48 10
PRIMARIA 52 6
SECUNDARIA 26 5
MEDIO SUPERIOR 5 8
SUPERIOR 1 1
FUENTE:
SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
SEPE. Unidad de Servicios Educativos del Estado de Tlaxcala. Departamento de Estadística.
 
ALUMNOS INSCRITOS
El comportamiento de la matrícula de inscripción en sus diferentes niveles en el sector de Educación nos permite conocer la situación real de la demanda potencial que requiere el municipio y para este ciclo escolar a inicio de cursos 2018/19 la matrícula es de 29 723 alumnos donde el 51.1 % son hombres y el 48.9 % son mujeres.

En el Sistema no Escolarizado la inscripción fue de 654 alumnos de Educación Especial, distribuidos con 423 hombres y 231 mujeres.

Por otra parte en el Sistema Escolarizado es de 29 069 alumnos, se encuentran concentrados en escuelas Públicas el 88.9 % y el 11.1 % en Particulares. De acuerdo a sus niveles el municipio cuenta en primer lugar al nivel Primaria con el 42.4 % del total de alumnos, le sigue la Secundaria con el 19.0 %, en tercer lugar se encuentra el nivel Preescolar con el 13.5 %, Medio Superior le corresponde el 13.2 % y por último el nivel Superior y CENDI-DIF y SEDESOL con un total del 11.9 %
 
ALUMNOS INSCRITOS A INICIO DE CURSOS 2018/19
SOSTENIMIENTO
ESCUELAS PÚBLICAS ESCUELAS PRIVADAS
EDUCACIÓN ESPECIAL 654 -
CENDI-DIF Y SEDESOL 706 95
PREESCOLAR 3 440 482
PRIMARIA 11 020 1 309
SECUNDARIA 4 901 619
MEDIO SUPERIOR 3 082 759
SUPERIOR 2 612 44
FUENTE:
SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
SEPE. Unidad de Servicios Educativos del Estado de Tlaxcala. Departamento de Estadística.
 
PERSONAL DOCENTE
Para impartir la docencia en sus dos sistemas Escolarizado y no Escolarizado el municipio cuenta con un personal docente de 1 580 maestros que son los encargados de dar los conocimientos tanto básicos como también de especialización técnica y profesional en sus diferentes niveles de aprendizaje y así fomentar el hábito de estudio en los alumnos.

Cabe señalar que el mayor número de docentes lo encabeza el nivel Primaria con el 28.5 %, le siguen el nivel Secundaria con el 21.1 %, en menor porcentaje se encuentra el nivel Medio Superior con el 13.5 %, le sigue el sostenimiento Preescolar con el 11.0 % , Superior con el 10.4 % con un porcentaje similar de 10.4 el nivel de CENDI-SEDIF y con un porcentaje del 5.1 % el nivel de Educación Especial.
 
PERSONAL DOCENTE A INICIO DE CURSOS 2018/19
SOSTENIMIENTO
ESCUELAS PÚBLICAS ESCUELAS PRIVADAS
EDUCACIÓN ESPECIAL 80 -
CENDI-DIF Y SEDESOL 135 30
PREESCOLAR 145 29
PRIMARIA 395 56
SECUNDARIA 276 57
MEDIO SUPERIOR 101 112
SUPERIOR 144 20
FUENTE:
SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
SEPE. Unidad de Servicios Educativos del Estado de Tlaxcala. Departamento de Estadística.
 
AULAS POR NIVEL EDUCATIVO
Para el ciclo escolar 2018/19 existían un total de 1 010 aulas en el municipio, 849 son Públicas y 161 pertenecen a Particulares. El mayor número de aulas lo concentra el nivel Primaria con el 43.8 %, le sigue el nivel Secundaria con el 18.7 %, para el nivel Preescolar corresponde el 15.3 %, el nivel Bachillerato representa el 8.4 % y por último el nivel , CENDI , Superior y Educación Especial con el 13.7 %.
 
AULAS A INICIO DE CURSOS 2018/19
SOSTENIMIENTO
ESCUELAS PÚBLICAS ESCUELAS PRIVADAS
EDUCACIÓN ESPECIAL 8 -
CENDI-DIF Y SEDESOL 63 7
PREESCOLAR 126 29
PRIMARIA 386 56
SECUNDARIA 168 21
MEDIO SUPERIOR 46 39
SUPERIOR 52 9
FUENTE:
SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
SEPE. Unidad de Servicios Educativos del Estado de Tlaxcala. Departamento de Estadística.
 
POBLACIÓN DE 6 A 14 AÑOS QUE SABE LEER Y ESCRIBIR
El Estado a dado atención especial a la Educación a todos los niveles de escolaridad. De acuerdo a la Encuesta Intercensal 2015 nos muestra que el 86.2 % de la población de 6 a 14 años de edad en el municipio sabe leer y escribir, cifra que esta baja en relación al Estado el índice fue de 89.0 %.
 
DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LA POBLACIÓN DE 6 A 14 AÑOS
QUE SABEN LEER Y ESCRIBIR 2015
CONCEPTO
POBLACIÓN DE 6 A 14 AÑOS
SABE LEER Y ESCRIBIR
NO SABE LEER Y ESCRIBIR
NO ESPECIFICADO
ESTADO
225 770
89.0
6.7
4.3
MUNICIPIO
18 300
86.2
9.3
4.4
FUENTE:
SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
Encuesta Intercensal 2015. INEGI.
 
POBLACIÓN DE 15 AÑOS Y MÁS SEGÚN CONDICIÓN DE ALFABETISMO
En el municipio de Huamantla se observa un índice bajo de alfabetismo en relación con el que marca el Estado. Para el 2015, la población de alfabetismo aumentó al contemplar un total de 52 847 alfabetos que representa el 93.1 % y el analfabeta con una población de 3 710 y que representa el 6.5 %.
 
DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE ALFABETAS
Y ANALFABETAS 2015
CONCEPTO
POBLACIÓN DE
15 AÑOS Y MÁS
ALFABETAS
ANALFABETAS
NO ESPECIFICADO
ESTADO
908 171
95.2
3.9
0.8
MUNICIPIO
63 670
93.6
5.3
1.1
FUENTE:
SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
Encuesta Intercensal 2015. INEGI.
AGRICULTURA

Durante las últimas tres décadas, en el estado de Tlaxcala las actividades del sector agropecuario perdieron importancia respecto de las actividades industriales, comerciales y de servicios.

En el municipio de Huamantla, también se presenta el mismo fenómeno; sin embargo es conveniente analizar las actividades primarias ya que representan una base para el desarrollo económico.

Durante el ciclo agrícola 2018 el municipio contaba con una superficie sembrada total de cultivos cíclicos de 23 590 hectáreas de las cuales, 17 502 fueron de maíz grano, 2 098 de maíz forrajero, 1 080 de avena forrajera y 498 hectáreas de trigo grano como los cultivos más importantes, Respecto a los cultivos perennes se sembraron 297 fueron de alfalfa verde, 77 de durazno y 14 de pastos y praderas. entre otros.

 
SUPERFICIE SEMBRADA, COSECHADA, VOLUMEN, RENDIMIENTO
POR HECTÁREA Y VALOR DE LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
POR TIPO DE CULTIVO Y PRINCIPALES CULTIVOS
Año agrícola 2018
TIPO CULTIVO

SUPERFICIE
SEMBRADA
(Hectáreas)

SUPERFICIE
COSECHADA
(Hectáreas)

VOLUMEN
(Toneladas)
RENDIMIENTO
Ton./Ha.

VALOR
(Miles de
pesos)

TOTAL
24 046
23 981
N.A.
N.A.
517 494.89
CULTIVOS CÍCLICOS
23 590
23 570
N.A.
N.A.
501 943.44
MAÍZ-GRANO
17 502
17 502
55 863.48
3.19
211 273.43
TRIGO-GRANO
498
498
1 553.76
3.12
7 086.14
AVENA FORRAJE
1 080
1 080
22 421.60

20.76

7 849.99
MAÍZ FORRAJERO
2 098
2 098
82 457.72
39.3
31 704.80
FRIJOL
50
50
39.5
0.79
363..4
TOMATE VERDE
450
450
9 270
20.6
61 707.33
CALABAZA SEMILLA O CHIHUA
500
480
321.6
0.67
10 842.61
AMARANTO
20
20
32
1.6
441.6
BROCOLI
233
233
5 323.26
22.85
32 594.60
ZANAHORIA
380
380
11 509.40
30.29
37 354.05
LECHUGA
99
99
2 820.36
28.49
13 435.68
CEBADA-GRANO
40
40
102.4
2.56
428.8
CILANTRO 39 39 842 21.59 3 210.98
HABA-GRANO
32
32
30.40
0.95
490.96
COL
-
-
--
-
-
HABA VERDE
15
15
56.1
3.74
258.06
CEBOLLA
6
6
139.2
23.2
634.75
COLIFLOR
6
6
127.32
21.22
636.6
TRITICALE GRANO
220
220
906.4
4.12
3 457.92
TRITICALE FORRAJERO EN VERDE
142
142
3 550
25
1 741.24
CANOLA
-
-
-
-
-
BETABEL - - - - -
FRESA 130 130 a/ 20 800 000 160 000 66 976
PAPA 4 4 144 36 576
TOMATE ROJO 3 3 636 212 8 377.50
GIRASOL 40 40 70 1.75 420
DALIA 3 3 a/ 90 000 30 000 81
CULTIVOS PERENNES
456
411
N.A.
N.A.
15 551.45
ALFALFA VERDE
297
297
24 057
81
10 060.16
DURAZNO
117
77
363.4
4.72
4 253.49
PASTOS Y PRADERAS
14
14
553
39.5
187.32
PERA
6
6
105
17.5
173.25
TUNA
6
6
34.8
5.8
126.44
NOPALITOS
7
7
94.8
13.54
405.69
PIÑON
5
0
0
0
0
MANZANA
4
4
34
8.5
345.1
a/ Serefiere a planta.
FUENTE:
SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación Delegación en el Estado
 

Durante este año agrícola, se fertilizaron un total de 24 614 hectáreas; se sembró una superficie con semilla mejorada de 17 947 hectáreas; se dio asistencia técnica 24 614 hectáreas, así como servicios de sanidad vegetal a 24 614 hectáreas, se cuenta con una superficie mecanizada de 22 172 hectáreas.

GANADERÍA

El VIII Censo Agrícola, Ganadero y Forestal 2007 refleja que el municipio de Huamantla contaba con un total de 4 595 unidades de producción con actividad agropecuaria o forestal para la cría y explotación de animales.

Para el año agrícola 2018 en el municipio se destinaron 3 631 hectáreas para la ganadería; siendo 297
dedicada para alfalfa verde, 2 098 de maíz forraje, 1 080 de avena forrajera, 142 de triticale forraje en verde y 14 hectáreas de pastos y praderas.

Esta actividad no representa un peso importante en la economía del estado; sin embargo, representa el medio de auto consumo para muchas familias del municipio. De acuerdo a la misma fuente, para el año 2018 se registró un volumen de la producción de ganado de 1 663 toneladas de ganado bovino en pie, 4 608 toneladas de ganado porcino en pie, 229 toneladas de ganado caprino en pie, 489 toneladas de ganado ovino en pie y dentro la variedad de aves existen 50 toneladas de aves en pie y 14 toneladas de guajolotes en pie.

 
VOLUMEN DE LA PRODUCCIÓN DE CARNE EN CANAL Y DE OTROS PRODUCTOS
PECUARIOS POR ESPECIE GANADERA 2018
ESPECIE
CARNE EN CANAL
(Toneladas)
OTROS PRODUCTOS
PECUARIOS
BOVINO
824.4
-
LECHE DE BOVINO (Miles de litros)
-
22 646.17
LANA SUCIA (Toneladas)
-
27.55
PORCINO
3 492.83
-
OVINO
258.87
-
CAPRINO
116.35
-
LECHE DE CAPRINO (Miles de litros)
-
622.35
AVES
40.55
-
GUAJOLOTES
10.3
-
HUEVO PARA PLATO (Toneladas)
-
92.56
CERA EN GREÑA (Toneladas)
-
5.68
MIEL (Toneladas)
-
153.36
FUENTE:
SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación Delegación en el Estado. Subdelegación de Planeación y Desarrollo.
INDUSTRIA

Nuestro estado, así como el municipio de Huamantla, también forman parte de la infraestructura dentro del sector industrial y lo integra para el año 2018, cuenta con un total de 30 establecimientos dedicados a las ramas como alimentos, confección, química, metal básica, automotriz, maquinaria y equipo, plastico y hule, cuero y piel, entre otras con un total de 4 861 trabajadores.

 
ESTABLECIMIENTOS INDUSTRIALES Y PERSONAL
OCUPADO POR RAMA INDUSTRIAL 2018
RAMA INDUSTRIAL
ESTABLECIMIENTOS
PERSONAL OCUPADO
ALIMENTOS 11 2 545
CONFECCIÓN 5 1 376
AUTOMOTRIZ 3 342
QUÍMICA 2 244
METAL BÁSICA 1 127
PLASTICO Y HULE 2 74
MAQUINARIA Y EQUIPO 1 70
COMPUTACIÓN, COMUNICACIÓN Y ACCESORIOS 2 75
CUERO Y PIEL 1 1
OTRAS 2 7
NOTA:
Comprende establecimientos industriales de tipo micro, pequeña, mediana y grande empresa.
FUENTE:
SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado de Tlaxcala.
 
a/ Comprende: Maquinaria y equipo,computacion,comunicación y accesorios, cuero y piel, otras.
FUENTE: SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado de Tlaxcala.
 

De acuerdo a los Censos Económicos 2014 del INEGI, en 2013 se contaba en el municipio con 2 187 unidades económicas, que proporcionaban empleo a un total de 5 104 trabajadores.

COMERCIO

Derivado de los rápidos procesos de industrialización, urbanización y crecimiento poblacional, se han incrementado en el municipio las unidades de comercio y abasto.

Para el año 2018 en el municipio se contempla un mercado municipal, 4 tiendas departamentales, una tienda institucional, un centro comercial, un rastro municipal, dos distribuidoras de gas y por último tres tianguis dos de 20 a 100 oferentes y uno de 100 y más oferentes en el cual se realiza el intercambio comercial.

De acuerdo al sistema de apoyo de abasto social por medio de DICONSA se tiene un total de 14 tiendas que dan cobertura a igual número de localidades con un total de 25 683 personas beneficiadas; por otra parte LICONSA cuenta con 8 centros de distribución de leche fluida y 5 puntos de venta de leche reconstituida en polvo que dan cobertura a 13 localidades, atendiendo a 1 937 familias beneficiarias, sindo atendiendos de la siguiente forma, con 1 924 menores de 12 años, 926 de la tercera edad, así como a 490 mujeres de 45 a 59 años de edad, 410 mujeres adolescentes, 43 corresponden a enfermos crónicos, con 9 corresponden a mujeres embarazadas y por último con 14 comprenden mujeres lactantes; con una dotación anual de 732 672 litros de leche reconstituida en polvo y fluida.

De acuerdo a los Censos Económicos 2014 del INEGI, en el año 2013 se contaba en el municipio con 2 187 unidades comerciales que proporcionaban empleo a un total de 5 104 trabajadores.

COMUNICACIONES Y TRANSPORTES

El estado de Tlaxcala es una de las entidades del país que han conformado una amplia y eficiente red carretera.

Esto significa que los municipios del estado cuenten con una importante infraestructura carretera, lo cual facilita el crecimiento de las economías locales, y de los mercados regionales que conforman con localidades pertenecientes a los estados colindantes.

El municipio de Huamantla cuenta con una longitud carretera construida de 284.64 Kilómetros.

 
LONGITUD DE LA RED CARRETERA 2018
CONCEPTO
LONGITUD KM.
TOTAL 284.64
FEDERAL TRONCAL a/ 46.86
ALIMENTADORAS ESTATALES b/ 78.18
CAMINOS RURALES c/ 91.40
CAMINOS RURALES d/ 68.20
a/
También es conocida como principal o primaria, tiene como objetivo específico servir al tránsito de larga distancia. Comprende caminos de cuota pavimentadas y libres.
b/
También conocidas con el nombre de carreteras secundarias, tienen como propósito principal servir de acceso a las carreteras troncales.
c/ Comprede caminos pavimentados
d/ Comprende caminos revestidos.
FUENTE:
SPF. Dirección de Planeación. Datos proporcionados por:
Centro SCT Tlaxcala. Dirección General; Unidad de Planeación y Evaluación.
Secretaría de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Vivienda del Gobierno del Estado. Dirección de Obras Públicas y Desarrollo Urbano.
 
Para el año 2018 en el municipio a través de su infraestructura de parque vehicular se tienen registrados 172 vehículos de servicio público local de transporte de pasajeros y 14 unidades vehículares de carga.
 
UNIDADES DE TRANSPORTE POR TIPO DE SERVICIOS 2018
TIPO DE SERVICIO
UNIDADES
UNIDADES DE SERVICIO PÚBLICO ESTATAL DE PASAJE 172
   TAXIS 82
   COLECTIVAS 90
UNIDADES DE CARGA DEL SERVICIO PÚBLICO ESTATAL 14
  CAMIONES DE VOLTEO 10
  CAMIONES DE CARGA LIGERA 4
VEHÍCULOS DE MOTOR REGISTRADOS POR LA DELEGACIÓN HUAMANTLA 45 200
AUTOMÓVILES 32 657
  OFICIAL 81
  PÚBLICO 106
  PARTICULAR 32 470
CAMIONES DE PASAJEROS a/ 473
  PÚBLICO 455
  PARTICULAR 18
CAMIONES Y CAMIONETAS PARA CARGA 9 127
  OFICIAL 66
  PARTICULAR 9 061
MOTOCICLETAS 2 943
  OFICIAL 34
  PARTICULAR 2 909
NOTA: La Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Gobierno del Estado, a través de la Dirección de Transportes es el área encargada de controlar el registro del servicio público del estado, por lo que concentra la información de las ocho delegaciones.
a/
Incluye microbuses.
FUENTE:
SPF. Dirección de Planeación. Datos proporcionados por:
Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Gobierno del Estado. Dirección de Comunicaciones.
Centro SCT Tlaxcala. Dirección General; Unidad de Planeación y Evaluación.
INEGI. Estadística de Vehículos de Motor Registrados en Circulación.
 
En cuanto a la infraestructura de comunicaciones existen en el municipio, por parte de TELECOM una oficina de telégrafos; otra instancia como la SCT Tlaxcala cuenta con 42 sitios y espacios públicos conectados con banda ancha del programa México Conectado, que dan servicio a 4 localidades con servicio de acceso a internet, uso de equipo de cómputo, así como asesoría al público en general, y en cuanto a estaciones radiodifusoras y televisoras se cuenta con una estación de radio de frecuencia modulada concesionada y en cuanto televisoras se cuenta con una estación televisora de tipo repetidora permisionada y por último SEPOMEX cuenta con una administración, y 3 agencias de correos.

SERVICIOS PÚBLICOS

En el año de 2017 el municipio de Huamantla contó con 29 fuentes de abastecimiento de agua potable integrado por 26 pozos profundos y 3 manantiales. Así también operaron 25 577 tomas instaladas de energía eléctrica de las cuales dan servicio a 22 204 tomas que corresponden a residenciales, 3 163 comerciales e industriales y 210 no domiciliarias que comprende: alumbrado público, bombeo de aguas potables y negras, servicio temporal y bombeo para riego agrícola.
 
FUENTES DE ABASTECIMIENTO Y VOLUMEN DE EXTRACCIÓN
CONCESIONADA DE AGUA POTABLE 2017
CONCEPTO
FUENTES DE
ABASTECIMIENTO a/
VOLUMEN DE EXTRACCIÓN
CONCESIONADA
(Miles de metros cúbicos)
TOTAL
POZO
PROFUNDO
MANANTIAL
TOTAL
POZO
PROFUNDO
MANANTIAL
TOTAL
29
26
3
6 171
6 135
36
a/
FUENTE:
Datos referidos al 31 de diciembre.
SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
Comisión Nacional del Agua, Gerencia Estatal. Subgerencia de Administración del Agua.
 
TOMAS ELÉCTRICAS DOMICILIARIAS Y NO DOMICILIARIAS 2017
CONCEPTO
TOMAS INSTALADAS
DE ENERGÍA ELÉCTRICA
LOCALIDADES CON EL SERVICIO
TOTAL
DOMICILIARIAS a/
NO
DOMICILIARIAS b/
TOTAL
TOTAL
25 577
25 367
210
46
a/
b/

Comprende: residenciales, comerciales e industriales.
Comprende: alumbrado público, bombeo de aguas potables y negras, servicio temporal y bombeo para riego agrícola.
FUENTE:
SPF. Dirección de Planeación y Evaluación. Datos proporcionados por:
CFE. División Centro Oriente.
PESCA

En el estado de Tlaxcala, se realizan acciones acuícolas que son representativas de una rama de la economía que puede expandirse y beneficiar a las comunidades de la entidad.

En el municipio, durante el año del 2014 se logró una captura de 735.0 kilogramos de pescado correspondiendo exclusivamente a carpa barrigona. La pesca se realizo en 3 jagüeyes y 1 estanque.