Charles Gibson distingue tres etapas de poblamiento para Tlaxcala: la primera que corresponde a los grupos pinomes quienes fundaron las aldeas sedentarias, seguidos de los olmecas-xicalancas y zacatecas; estos grupos en la secuencia prehispánica de los arqueólogos del INAH serían los artífices de las culturas o fases Tzompantepec, Tlatempa, Texoloc, Tezoquipan y Tenanyecac, ocupando el Bloque Tlaxcala, las llanuras de Apizaco y de Huamantla, así como la sierra de La Caldera; la segunda etapa estaría conformada por la emigración de grupos otomíes, quienes ocuparían la parte oriental del Estado y otras regiones en el norte central como Atlangatepec; la tercera etapa estaría cubierta con la llegada de los grupos teochichimecas o tlaxcaltecas que van a desarrollar desde Tepeticpac las fases culturales Texcalac y Tlaxcala. En esta tercera etapa, siguen llegando grupos otomíes que son desplazados por la ocupación tenochca del Altiplano.

El marco de poblamiento dado por Gibson no deja de ser una simplificación de la realidad, que es mucho más compleja, pues deja fuera a los grupos tajinoides y del golfo central que dieron origen a la cultura del Complejo Acopinalco en el norte central y a la cultura Tlaxco en la misma área, así como a los poblamientos teotihuacanos que abrieron un corredor comercial entre Apizaco y Huamantla, además de la influencia Cholula en los asentamientos del valle de Nativitas.

De lo anterior deducimos que la sociedad tlaxcalteca, tal como la conocieron los españoles en 1519 fue un largo proceso de maduración en el que se fundieron varios grupos étnicos a lo largo de los siglos, dando origen a una cultura que se adelantó en conocimientos y descubrimientos a otras muchas de mesoamérica y que a la llegada de la cultura española, tuvo la capacidad de asimilar las nuevas concepciones, pero sin cancelar los valores que le daban identidad y fortaleza, que se pueden definir en una sola línea: la lucha permanente por su autonomía.

Santa Isabel Xiloxoxtla es producto de este largo proceso. La tradición oral recuerda exclusivamente el tercer poblamiento con la llegada de otomíes, pero ha olvidado el primero con las aldeas sedentarias. Afortunadamente la pérdida de la memoria histórica ha sido subsanada por la paciente búsqueda de los materiales arqueológicos que han realizado los investigadores del INAH, quienes nos dicen que Santa Isabel Xiloxoxtla fue una aldea concentrada entre los años 1200 y 800 a.n.e., periodo en el que se desarrolla la cultura Tlatempa.

Los pinomes después de una vida nómada de 12 000 años logran establecer las primeras aldeas sedentarias entre los años 1800-1700 a 1200 a.n.e., destacando la de San Salvador Tzompantepec, motivo por el cual los arqueólogos denominaron a la cultura desarrollada en estos años, fase Tzompantepec.

Al finalizar la fase Tzompantepec ocurre un crecimiento acelerado de la población transformándose varias aldeas en villas y desprendiéndose de éstas varios habitantes para fundar nuevas aldeas u otras villas. En este momento es cuando aparece la aldea concentrada de Santa Isabel Xiloxoxtla dentro de la fase que se ha denominado Tlatempa en honor de la villa que se ubicó en la loma Tlatempa, a la que se considera modelo para este desarrollo cultural.

El descubrimiento de la agricultura en la fase Tzompantepec hizo sedentarios a los primeros pobladores de Tlaxcala. Quienes aprovechando los conocimientos adquiridos en esa fase en cuanto a la construcción de terrazas para evitar la erosión de la tierra, agregan en la fase Tlatempa la construcción de canales para el control del agua de lluvia y la prolongación de la humedad en los campos de cultivo más halla del periodo de lluvias.

Los comales fueron importante adelanto, pues si la lluvia era excesiva destapaban los extremos conduciendo el agua hacia barrancas antiguas que permitían el drenado de la misma; en cambio, si el agua era moderada tapaban los extremos con lodo y piedra guardando el liquido para el periodo de secas, conservando la humedad. Cuando el fondo del canal era desasolvado se obtenía un rico sedimento de limus que era usado como un fertilizante natural para el área de cultivo.

Si bien estos adelantos permitieron una mayor productividad agrícola, la producción era insuficiente para atender el abasto de la población, motivo por el cual siguieron recurriendo a la caza y a la recolección de frutas y hierbas comestibles.

La agricultura, la caza, la pesca y la recolección debieron satisfacer las necesidades más ingentes de la población de Santa Isabel Xiloxoxtla, porque sus habitantes dedican parte de su tiempo a la producción de la cerámica blanca "Tlatempa" que en sus variantes por su color y decoración ha sido clasificada en: blanca inciso, blanca excavada, rojo sobre blanco raspado y rojo interior, blanco exterior.

De la cerámica de figuras zoomorfas como el tejón y otros animales, podemos deducir que las sociedades tlatempas rendían culto a ciertos animales y que en ese momento los sacerdotes empiezan a adquirir prestigio ante la población, haciendo de la religión una de las concepciones ideológicas más importantes en las mentes sencillas de estos nobles campesinos.

Otras artes menores como la lapidaría, la producción textil, la construcción etc., van dando origen a un artesanado que humaniza la existencia con satisfactores más elaborados de buen gusto y variada decoración.

En la fase Texoloc que va del año 800 al 350 a.n.e., varias villas crecen demográficamente convirtiéndose en pueblos, estableciendo centros ceremoniales planificados con plataformas y estructuras elevadas que insinúan la formación próxima de centros urbanos.

Santa Isabel Xiloxoxtla es una villa dependiente en esta fase, que aún no alcanza la magnificencia de los pueblos, pero que dentro de su dimensión demográfica adopta formas arquitectónicas modestas, en una sociedad donde la religión y los sacerdotes se han vuelto importantes por monopolizar los conocimientos técnicos de la agricultura y del control hidráulico, así como de las estaciones del año y de las condiciones climatológicas.

Los sacerdotes norman la existencia conforme a las ceremonias y ritos que establecen e inventan los mitos y dioses que explican el acontecer cotidiano, mediante un panteón más amplio de deidades. La producción artesanal es más elaborada permitiendo el comercio a grandes y cortas distancias.

El comerciante y los artesanos adquieren prominencia social después de los sacerdotes. Pero sin duda el mayor adelanto que alcanzaron los campesinos de Santa Isabel Xiloxoxtla fue el descubrimiento, con los demás asentamientos Texoloc, de los cultivos de humedad mediante la construcción de chinampas y camellones. Este acontecimiento ocurre al final de la fase Texoloc y principios de la fase Tezoquipan.

Tezoquipan, que es la fase siguiente de nuestro estudio, se le considera como el periodo clásico regional debido a que cumple con todas las características del horizonte clásico, como son la agricultura permanente, comercio activo, aldeas dispersas en torno a centros ceremoniales; centros urbanos en algunos casos, religión como fuerza integradora. Para Tezoquipan en lo actualmente es el municipio de Santa Isabel Xiloxoxtla se localiza una villa.

En esta fase se ven cristalizados los cambios técnicos e intelectuales que se iniciaron durante Texoloc, es decir se plasma totalmente tanto el carácter religioso del control de la población, por tanto se da una enorme fuerza política y económica que es ejercida por la clase sacerdotal, así como la proliferación de la clase artesanal, los que tienen un estatus social más elevado que los campesinos, que son económicamente activos en la producción agrícola. La cual tuvo un amplio desarrollo por medio del cultivo de humedad, el que era utilizado gracias a la laguna de Acuitlapilco.

Después de este apogeo cultural, en toda la zona se registra un estancamiento y una ruralización en los asentamientos, por lo que reaparecen en mayor escala las aldeas dispersas mientras que los pueblos empiezan a disminuir. Durante esta etapa conocida como Tenanyecac en Santa Isabel Xiloxoxtla no se registra ningún tipo de asentamiento. Seguramente la población disminuyó fuertemente y la poca que quedaba subsistió de manera elemental.

Sin embargo, para Texcalac, reaparece en Xiloxoxtla una aldea concentrada, que suponemos dependía del señorío de Tepeyanco, pues para estas fechas el poder político y económico lo tenían los militares y se empezaban a formar señoríos autónomos que en cierta media luchaban unidos como pequeños estados confederados contra sus enemigos en común: los mexicas, huejotzincas y cholultecas.

Para algunos autores la fase Tlaxcala, es la continuación de Texcalac, puesto que en ella se consolidan los señoríos. Durante el siglo XIV, llegan a la región de Xiloxoxtla un grupo de 30 personas de origen otomí, que seguramente provenían de señoríos de Xaltocan, pues al competir por el poder con los señoríos de Metztitlán, el señor de Xaltocan es derrotado y junto con sus seguidores escapan hacia Tlaxcala. Otra de las razones de emigración de los otomíes se explica porque no aceptaron la supremacía mexica y deciden dirigirse hacia el actual estado de Tlaxcala, en donde consiguen establecerse y construir sus casas. Los otomíes, después de librar algunas batallas con la gente establecida en la región, ganan el derecho al paso y la admiración y consentimiento de los tlaxcaltecas e incluso les dieron tierras y algunas mujeres se casaron con jefes otomíes que fueron "armados caballeros". Seguramente, esto sucedió en Santa Isabel Xiloxoxtla, de ahí que la lengua que se hablaba era la mexicana y la otomí.Por lo que la población se incrementa y logran formar una villa para el periodo conocido como Tlaxcala, en donde el territorio tlaxcalteca es dividido en cuatro sendos señoríos: Quiahuixtlán, Tepeticpac, Ocotelulco y Tizatlán. Xiloxoxtla dependía del señorío de Ocotelulco.

La refundación colonial de Santa Isabel Xiloxoxtla, se encuentra en un códice de fecha de 1541 que se localiza en la sacristía de su iglesia, donde se muestra la iglesia, el pueblo, sus barrios y sus límites. "El óleo mide 1.72 mts., está fechado el 9 de marzo del año citado, día en que el Virrey Don Luis de Velasco aprobó los terrenos y límites del pueblo de Santa Isabel (nombrado aquí Xohinahuitlán) con los pueblos vecinos. Entre éstos aparece Santiago al frente. Se aprecia la laguna de Acuitlapilco con una garza y el convento de San Francisco Tepeyanco simbolizado por un fraile... Santa Catarina Ayometla se simboliza con el ciprés y una serpiente bajo su follaje.

Para la primera mitad del siglo XVI, Santa Isabel se conformaba por cuatro barrios, Quiahuiztla, Chimalpa, Culhuaca y Teotitla.

Para la fecha citada, Isabel Xiloxoxtla, dentro de la organización administrativa que se dio en los años inmediatos antes a la conquista, se le considera como un pueblo sujeto a la cabecera de Ocotelulco. Según Los Padrones del Siglo XVI, Santa Isabel es un pueblo que pertenece al cuarto tequitl, donde los campesinos y especialistas eran registrados para el pago de tributos en especie, dinero o servicios personales. Para el primer siglo de la colonia "Santa Isabel cuenta con 608 macehualtin, el 92 por ciento la conforman los labradores y el 8 por ciento son especialistas".

La fuente nos indica que el mayor número de indígenas se dedicaban a la agricultura, un pequeño sector era tlatlama o pescadores aprovechando los recursos piscícolas que se encontraban en la laguna de Acuitlapilco; otros eran carpinteros o tlaxinque. Los caciques del pueblo de Santa Isabel Xiloxoxtla eran los hermanos Montes: Cirilo, Felipe y Teresa, quienes fueron dueños de un rancho, con una extensión territorial de 57 hectáreas, que actualmente forman parte del centro urbano de la localidad, también eran propietarios de las 3 tiendas que había en Xiloxoxtla a finales del siglo XVI. Para 1776, la administración de Santa Isabel Xiloxoxtla estaba a cargo de: un fiscal, llamado Juan Crisostomo de los Reyes; un alguacil mayor de nombre Pedro Martín Merino y su auxiliar Miguel de los Santos, así como del escribano Francisco Dionisio.

Los caciques principales provenían de la casa de los Faustinos, Clamecahuas y Escobares. Durante el siglo XVI se inicia la evangelización con el arribo de doce franciscanos, quienes se dedican a la enseñanza de los hijos de los nobles tlaxcaltecas. Entre las enseñanzas que cubren el proceso de hispanización adquieren primacía las doctrinas cristianas, con el fin de sembrar la semilla de la nueva fe en las futuras generaciones, para ello se establecen varios monasterios en puntos estratégicos de la provincia de Tlaxcala. De esta manera en 1540 se inicia la construcción del convento de San Francisco Tepeyanco, cabecera tequitl que también asume funciones doctrinales con jurisdicción de varios pueblos en los que se establecen iglesias de visita entre ellos Santa Isabel.

Al indio terrasguero Juan Diego nacido en el barrio de Reytla o Tlamachco, se le apareció la Virgen de Ocotlán en el siglo XVI y sus restos reposan en la capilla dedicada a la Virgen de Ocotlán en la iglesia de Santa Isabel Xiloxoxtla. La conversión no pudo romper de inmediato con la estructura prehispánica de dioses, centros religiosos y rituales, quienes siguieron en las viejas prácticas fueron acusados de caer en "la idolatría", por lo que los frailes les indicaron a los naturales que rendir culto a otros dioses contravenía los principios cristianos, haciéndose acreedores a penas severas que incluían la muerte.

En el transcurso de la colonia se presentan varios casos de idolatría ya que es imposible borrar de la noche a la mañana su anterior concepción del mundo prehispánico, que en el interior de los naturales luchaba por subsistir.

Entre los casos de idolatría más sonados durante el siglo XVII se encuentra en un documento de 1646-1647 la denuncia por idolatría al indio Juan Francisco de Santa Isabel Xiloxoxtla al que se le halló un ídolo. Al ser interrogado confesó que Isabel Gracia... "se lo vendió y le dijo que lo comprase y lo sahumase y que le daría buena venta en el pulque. Y lo sahumó por tres veces con copal y le dijo: "si es verdad que fueras gente y dabas dinero dámelo a mí y buena venta de mi pulque y si no, te he de quemar". Después de seguir el proceso de la denuncia y el careo con Isabel Gracia, se les castiga con cincuenta azotes en la plaza de la ciudad quemando el ídolo.

Por esa misma fecha se presenta en Tlaxcala un conflicto entre el clero secular y regular. Con el triunfo de la secularización al mando del obispo de Puebla, Juan Palafox Mendoza, los frailes pierden una serie de privilegios quedando sujetos a la jerarquía eclesiástica.

Para 1697 Santa Isabel Xiloxoxtla era uno de los pueblos de visita que contaba con una iglesia fundada por los franciscanos. En un principio dependía de la doctrina de Tepeyanco pero con la secularización pasó a la administración de un curato de San Francisco Tepeyanco junto con Santiago y San Juan Huactzinco.

En la encuesta de 1779, sobre los bienes de comunidad en la provincia de Tlaxcala, Santa Isabel Xiloxoxtla, pueblo que pertenecía al curato de San Francisco Tepeyanco, conjuntamente con Santiago Tlacochcalco y San Juan Huactzinco. Se encuentra que estos pueblos, no tenían tierras de comunidad, porque las que existían ya habían sido repartidas entre los naturales de dichos pueblos.

Permitió la ocupación territorial española debido a las epidemias que azotaron la región durante los siglos XVI y XVII. La introducción de españoles en tierras tlaxcaltecas mediante el matrimonio con mujeres de la nobleza tlaxcalteca o por la compra-venta de terrenos. La gran mortandad que ocasionaron las epidemias dejaron muchas tierras incultas, no trabajadas, las que se vendían o rentaban a los españoles quienes terminaban adueñándose de las zonas más fértiles, y óptimas para el pastoreo o cultivos cerealeros.

La penetración española en terrenos de Santa Isabel Xiloxoxtla no fue obstáculo para que los naturales siguieran cultivando el maíz a través del sistema de humedad o de chinampas, aprovechando que la población estaba situada cerca de la ribera de la laguna de Acuitlapilco. Este sistema con óptimos rendimientos... "tuvo también la finalidad de ampliar las escasas tierras de las comunidades cercanas de las poblaciones de Acuitlapilco, Santiago Tlacochcalco y Santa Isabel Xiloxoxtla, según el documento de 1773, los habitantes de esas poblaciones habían perdido sus campos por que las haciendas vecinas se habían apropiado de las mismas.

El establecimiento de las propiedades españolas y la economía marginal a la que habían sido confinados los indígenas, se vieron en la necesidad de trabajar en las haciendas cercanas como gañanes temporales, a cambio de determinadas raciones de maíz, sin contar que debían pagar el tributo estipulado.

La situación de miseria en la que vivió el grueso de la población durante la Colonia provocó la inconformidad. Sin duda esto contribuyó para que acudieran al llamado de independencia y libertad hecho por Miguel Hidalgo.

En contraste con lo anterior, el Ayuntamiento ofrecía toda la ayuda disponible para combatir las fuerzas insurgentes y emiten una proclama contra Hidalgo, Allende y demás jefes insurgentes. Sin embargo, los que vivían sometidos no siguieron las directrices de sus autoridades, incorporándose algunos valientes tlaxcaltecas a las fuerzas rebeldes y es posible que entre éstos, algunos pobladores de Xiloxoxtla se hayan unido a los insurgentes.

El ayuntamiento de Tlaxcala cambiaría su postura hasta 1821, ya bien entrado el movimiento independentista abre las puertas de la ciudad a Nicolás Bravo y poco tiempo después se consuma la independencia con la entrada a la ciudad de México del ejército trigarante.

Con la lucha de Independencia de 1810, la población de Tlaxcala se vio liberada del vínculo con la Corona pero no se realizaron cambios en cuanto a su organización económica, que seguía caracterizándose por la concentración de la propiedad de un pequeño grupo de hacendados y un mayor número de campesinos sin medios de producción. Con respecto a los acontecimientos políticos, Tlaxcala estaría inmersa en una lucha por mantener su autonomía frente a las ambiciones de Puebla.

En 1824, Puebla intenta anexarse el territorio de Tlaxcala a su territorio, pero fracasa sólo que el Congreso demerita su calidad de Provincia novohispana a Territorio, al no concederle la de Estado Libre y Soberano. La protesta de sus ayuntamientos, entre ellos el de Tepeyanco al que pertenecen Santa Isabel Xiloxoxtla, San Juan Huactzinco y Santiago Tlacochcalco.

Tlaxcala, seguiría luchando por obtener el rango de estado libre y soberano y vería realizado su anhelo, gracias a la proclamación del Plan de Ayutla el 1º de marzo de 1854, sin embargo, Tlaxcala secundaria este Plan el 26 de mayo de 1855 y es hasta el 26 de noviembre de 1856 cuando se aprueba que el Territorio de Tlaxcala sea eregido como Estado de la Federación.

Ante esta nueva condición de estado, en la entidad empieza una reorganización mediante la promulgación de la Constitución Local, la organización del poder judicial, etc., así como una serie de decretos, siendo gobernador del estado Guillermo Valle, como el decreto número 5 que hacia referencia a la educación en el estado de fecha 11 de agosto de 1857, que en su artículo 3º divide al estado en siete secciones estableciendo en cada una de ellas una Junta Directiva. El pueblo de Santa Isabel Xiloxoxtla, que pertenece a Tepeyanco queda ubicado en la primera sección junto con Tlaxcala y Hueyotlipan.

Los cambios que se venían dando en el estado fueron interrumpidos por la Guerra de Reforma. El gobernador Guillermo Valle se pronuncia a favor de los conservadores en tanto que el secretario de gobierno, Miguel Lira y Ortega junto con varios diputados se manifiestan en contra de la derogación de la Constitución de 1857 que había decretado Comonfort, organizan un contingente al mando de Antonio Rojas. Los liberales tlaxcaltecas, reforzaron su lucha al conocer las intenciones del gobierno conservador de que Tlaxcala volviera a su condición de Territorio. Entre los más destacados liberales tlaxcaltecas encontramos a Antonio Carvajal, Doroteo León, Patricio Espino y Pedro Lira. Es probable que pobladores de Santa Isabel Xiloxoxtla, hayan participado en los contingentes de estos jefes liberales.

La Guerra de Reforma, llega a su termino resultando victoriosos los liberales reestableciéndose el orden constitucional. Sin embargo, la mencionada guerra dejó al país en condiciones difíciles por lo que el presidente Juárez se ve en la necesidad de suspender el pago de la deuda pública exterior. Ante tales circunstancias Inglaterra, España y Francia amenazan con la intervención armada de no cumplir con el pago requerido. España e Inglaterra deciden retirarse gracias a los Tratados de la Soledad, no así Francia que unidos con algunos conservadores mexicanos deciden intervenir a México para tratar de imponer un gobierno monárquico. Benito Juárez a la cabeza de los patriotas enfrentará en condiciones desiguales a la primera potencia del mundo, mientras Maximiliano de Habsburgo, engañado por los conservadores y por los franceses intentará una aventura que terminará en un desastre.

Para celebrar el primer aniversario de la aceptación de la Corona, Maximiliano promulgó el Estatuto Provisional del Imperio, por el que quedó dividido el país en ocho grandes divisiones, subdivididas a su vez, en 50 departamentos. Cada uno de estos departamentos en distritos y municipalidades. Santa Isabel Xiloxoxtla, era un pueblo que pertenecía a la municipalidad de Tepeyanco, junto con Santiago Tlacochcalco y San Juan Huactzinco. Todos pertenecían al distrito de Tlaxcala.

La Intervención Francesa llegaría a su fin con el fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo el 19 de junio de 1857. Siendo gobernador sustituto Miguel Lira y Ortega, el estado vuelve a ser dividido territorialmente y se integra por 5 distritos: Hidalgo, Zaragoza, Juárez, Morelos y Ocampo. Santa Isabel Xiloxoxtla seguía perteneciendo a Tepeyanco el cual se ubicaba en el distrito de Zaragoza también conocido como el segundo.

Durante el periodo de La Reforma Tlaxcala basó su economía en la agricultura bajo el sistema de las haciendas mientras tanto los pequeños y medianos propietarios complementaban las labores del campo con la actividad artesanal o textil, pero a pesar de todo la agricultura continuó siendo la base de la subsistencia tlaxcalteca, estructura que seguiría vigente hasta el prosperato.

A la muerte de Benito Juárez comenzaron las divisiones hacia el interior del grupo liberal, Porfirio Díaz intenta en vida de Juárez asaltar el poder pero fracasa. La reelección del presidente Sebastián Lerdo de Tejada le dará pie para la rebelión de Tuxtepec.

Todo se conjuntó para que en mayo de 1910 se levantaran en armas contra el régimen porfirista. El movimiento contó con un fuerte apoyo de los pueblos de la región centro sur, dirigidos por parceleros y obreros como Juan Cuamatzi, Máximo Rojas, Antonio Hidalgo, entre otros; hombres que lucharon por mejorar las condiciones laborales de sus conciudadanos. El maderismo triunfó en el estado cuando Antonio Hidalgo Sandoval toma posesión de la gubernatura en la entidad. Sin embargo, con la decena trágica y la usurpación huertista, los revolucionarios se unen y toman nuevamente las armas para derrocar al gobierno usurpador encabezado por Victoriano Huerta. Con la caída del dictador, todo parecía indicar que la Revolución encausaría al país por los senderos del régimen del derecho y de la justicia social. Sin embargo, la Convención de Aguascalientes vendría a mostrar las fisuras dentro de grupos revolucionarios, iniciando así la llamada lucha de facciones tanto a nivel nacional como en el estatal. Máximo Rojas apoyaría al carrancismo, Pedro M. Morales al villismo y Domingo Arenas al zapatismo.

Domingo Arenas, fue uno de los más distinguidos luchadores sociales que deseaba recuperar la tierra para mejorar las condiciones del campesinado. Sus ideales coincidían con el zapatismo, así pues desconoce a Carranza y adopta el Plan de Ayala. Por tal motivo varios campesinos y obreros de los pueblos cercanos a la zona centro y sur, participaron directamente o estuvieron vinculados con el movimiento arenista. En Santa Isabel Xiloxoxtla se menciona a Trinidad Telpalo Sánchez con el grado de coronel y Emilio Márquez (1915) quienes apoyaron a los zapatistas. Telpalo pertenecía a la División Oriente de Arenas y era jefe de la Brigada Xicohténcatl, demostrando su valor en más de una ocasión en las batallas libradas en contra de los constitucionalistas. En 1915 asaltaron el ferrocarril de Apizaco con dirección a Puebla, siendo perseguidos por los carrancistas hasta Santa Isabel Xiloxoxtla, donde hicieron varios desmanes y destrozos.

En 1920, Santa Isabel Xiloxoxtla, enfrenta una controversia con San Francisco Tepeyanco, su cabecera municipal, por la posesión de la exhacienda Molino de Santa Ana, que durante el siglo XIX había sido una de las propiedades más ricas por sus tierras de cultivo y de pastizal. Ambos pueblos se consideraban con derechos sobre la tierra. La controversia provocó que Santa Isabel Xiloxoxtla se separara eclesiástica y administrativamente de Tepeyanco, cambiando su iglesia parroquial a San Luis Teolocholco.

Según el estudio microeconómico de Alba González Jacóme, en abril de 1923, el gobernador de Tlaxcala Rafael Apango, negó la solicitud de tierras ejidales a los campesinos de Santa Isabel. Pero ese mismo año, el pueblo protestó por la compra del Molino de Santa Ana y por la agresión de la que fueron objeto por parte de la gente de Tepeyanco. Después de varios trámites por parte de las dos comunidades, el 7 de agosto de 1924 el general Alvaro Obregón dictó la primera resolución presidencial dotando de tierras ejidales a Santa Isabel Xiloxoxtla.